Mateo 7.15

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Vanessa irrumpió intempestivamente en al baño, corrió abruptamente el cancel mientras me bañaba. Traía mi celular en la mano, no era buena señal.

-¿Quién es esta tal Rebeca? –me mostraba su foto por la sincronización de facebook en mis contactos.

-Una compañera del trabajo- respondí a secas, intentando disimular mis nervios lavándome la cara con el agua de la regadera que corría al contrario mío, sin preocupaciones-. ¿Por qué? ¿Llamó?

-No –contestó ella pasando su mirada del teléfono a mí como si nos pudiera revisar a ambos con tan sólo la mirada-. Te mandó un mensaje preguntándote si estabas despierto.

-Oh- contesté en tono bastante indiferente. A Vanessa pareció serle suficiente y salió del baño sin cuestionar nada más.

Llegué al trabajo unos minutos antes y aproveché a marcarle, durante todo el trayecto pensaba en cómo pedirle que no me llamara tan temprano sabiendo que aún estoy en casa, pero cuando la llamada se enlazó y me contó que llegando a su apartamento encontró todo revuelto y al parecer le habían robado extrañamente unas cuantas cosas sin mayor valor, pues no pude ni mencionarlo, se me hizo de pésimo gusto. La escuché muy atemorizada y me dijo que casi no había podido dormir. Sentí que no me lo dijo para que le resolviera la vida, ni para sentir respaldo de mi parte, sino simplemente por desahogarse. Prometí llamarle más tarde, aunque honestamente lo olvidé y fue ella quien me marcó.

-Lo bueno fue que Vanessa no hizo más ruido al respecto –me dijo Mateo mientras charlábamos durante la hora de la comida en el trabajo.

-Supongo que aparte fue porque el texto no decía nada más que “ya despertaste?”

-Deberías aclararle que esto es sólo un juego para ti -. Lo miré taciturno por la soberbia de lo impecable de sus palabras-. Deberías dejárselo muy claro, no puede llorarte como una niñita asustada ni estarte marcando cada vez que le pase algo, ella sólo es sexo para ti. Ella es como Alcóholicos Anónimos: sólo por un día. A menos que la muchachita esté intentando darse a conocer con Vanessa.

- No, no, claro que no.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Sólo lo sé, ella no es así. Tiene fotos mías con ella, si quisiera probarle algo a Vanessa podría lo haría sin problemas y…

-¿Te has dejado fotografiar? –me interrumpió extrañado Mateo-. Te desconozco, Santiago. Mira, yo sólo digo que está tan sola que quizá lo que quiere es que te quedes con ella.

-No, no, ella no sería capaz.

-Recuerda: “Guardaos de los falsos profetas que vienen a nosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Mateo 7:15.

-Resultaste ser muy culto.

-Todos tenemos nuestro lado culto… y oculto.

Llamada entrante. Era Rebeca. Decidí inventarme un curso de Roaming Internacional para poder verla esa noche, la esperé cerca de su trabajo. Cuando subió al auto me sonrió y vi iluminados sus ojos, me saludó con un apasionado. Observé la hora en el reloj del auto, 7.15 p.m.

-Vámonos, no hay tiempo que perder –y sin perderlo más, arranqué. 

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2014 ⏰

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El Diario de Ana Rebeca: Del desamor y otros demonios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora