Capítulo 4 || Esperanzas 2/2

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− ¡Nada! eso es lo que sabemos entonces −dijo cansada, pero jamás se rendiría, envía que encontrar la solución

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− ¡Nada! eso es lo que sabemos entonces −dijo cansada, pero jamás se rendiría, envía que encontrar la solución.

− Exactamente, Marinette −dijo la Kwami con un tono no muy entusiasta− lo siento, marinette −se disculpó apenada, por su manera de responder tan insensible, y por no poder ayudarla.

− tranquila, Tikki −le sonrió a la kwami para que no se sintiera mal, después esta le devolvió la sonrisa y entro nuevamente al bolso.

 Por motivo del ataque del akuma, aquellos estudiantes que aún se encuentren en el establecimiento, se podrán retirar y regresar mañana. Buenas tardes −el mensaje del director, se escuchó por todo el colegio a través de los altavoces repartidos estratégicamente por la institución.

Después de que marinette escuchó el anuncio, salió caminando de la forma más normal posible de su escondite, luego ya más tranquila salió de la institución camino a su casa. Cuando llego saludo a sus padres tranquilamente y subió a su habitación. Al entrar lo primero que hizo fue tirar su bolso escolar y la cartera la guindo, yendo directamente al baño. El akuma le había tirado aceite de motor encima, y sentía su cabello todo sucio.

Cuando entró al baño puso una de sus canciones favoritas de Jagged Stone, duró unos 10 minutos peleando para que su cabello quedara bien limpio. Salió del baño, ya con la ropa interior puesta, buscó un short color verde esmeralda que había confeccionado junto a un suéter color negro con patitas de gato del mismo color del short esparcidas en el, el cual había comprado.

A los minutos de haberse vestido estaba sentada frente al monitor de su computadora, investigando para la clase de Historia. Había tenido una ardua batalla como Ladybug, pero las responsabilidades de Marinette eran también importantes.

− Mari ¿Estás aquí?

La voz provenía de afuera, específicamente de la trampilla que salía al balcón. Se levantó con tranquilidad en esa dirección, sabía quién era, aunque no esperaba que después de la pelea fuera a verla, sonrió al pensarlo.

A través del cristal vió a Chat noir, el cual sonreía galante como siempre. Ella abrió la trampilla y salió al balcón con él, solían hablar siempre hay afuera, por respeto a la privacidad de la azabache, aunque una que otra vez entraban a la habitación a charlar.

Cada vez Chat Noir iba más seguido a la casa de Marinette, iba después de cada batalla y se quedaba hasta que fuera hora de la salida en el colegio, volvía en la noche cuando tenía un respiro de su estricto horario y se quedaba hasta muy tarde. Claro que esto no les disgustaba a ninguno de los dos, lo contrario, a ellos les encantaba pasar todo ese tiempo juntos.

− Hola Gatito −dijo sonriente la azabache mientras se sentaba en la mesa de allí− has venido temprano, ¿acaso te volviste a escapar? −preguntó sorpresivamente.

− No, esta vez no hubo clases −dijo con una sonrisa y sincero, mientras caminaba y quedaba a un par de pasos de a azabache− reunión de profesores −completó mintiendo.

Recordando un amor [Mlb]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora