Inconsciente, así estuvo por casi una semana la azabache. Inconsciente por culpa de un akuma.
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Los personajes pertenecen en su totalidad a Thomas Astruc.
Hay un personaje que es de mi total pertenen...
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Marinette observaba un punto fijo e indefinido de su habitación, ella había bajado en cuanto perdió de vista al rubio y solo estaba allí, observando la nada. Tikki había salido de su escondite y la miraba tan fijamente como su portadora a la nada.
− Marinette, ¿sucede algo? –preguntó curiosa después de unos minutos acercándose a su portadora y colocándose frente a ella, para ver si reaccionaba.
− No es nada, Tikki –dijo moviendo su mano y sonriéndole para tranquilizarla– pero Chat tiene razón, ¿Porque el lucky charm no me curó?
− No lo sé, tal vez porque cuando te hirieron eras Marinette, pero cuando utilizaste el lucky charm eras Ladybug, pero no sé el porqué en realidad –respondió la kwami sin poder aclarar la mente de su portadora.
− Y Tikki, ¿Chat a venido antes, de todo esto? –preguntó esta vez curiosa por la repentina aparición que hizo el héroe en su balcon.
− No Marinette, es la primera vez que llega a visitarte fuera de horario de akuma.
− Y entonces solo vino para saber cómo estaba, como él dijo –se dijo así misma– Bueno, ¡ho Tikki! –exclamó la azabache recordando algo repentinamente, haciendo que la kwami se sobresaltara un poco– ¿Qué tan obsesionada estaba de ese chico? creo que era Abrahán o era Adrián–y se quedó callada unos segundos mirando la cubierta de su cama pensando el nombre del oji-verde– ¿Adrien? Sí, era Adrien.
− Veo que no recuperaste por completo la memoria –dijo dando un suspiro de resignación la pequeña criatura– bueno como te dijo Alya, tu estas obsesionada con Adrien, por eso la cantidad de imágenes que tenías y creeme la obsesión era mucha, pero ¿Cómo es que no puedes recordar Adrien? –pregunto entre sorprendida y preocupada Tikki.
− No lo sé, solo sé que no lo recuerdo, o al menos tengo confusas imágenes de un rubio pero tratar de recordarlo solo hace que me duela la cabeza –respondió sin darle mucha importancia al asunto.
Apenas y pudo sentarse tranquila, pues su cabeza dolía y se encontraba un poco mareada. Imágenes comenzaron a pasar por su mente.
Un rubio le entregaba un objeto a la entrada del instituto y ella lo tomaba, en ese momento sintió algo cálido en su pecho y se le revolvió el estómago.
Se recostó en su cama y calmó su respiración, aparte de sus mareos. La noche estaba tranquila, silenciosa hasta que se oyó una explosión. Automáticamente se levantó y en menos de lo pensado Marinette era Ladybug.
− Es hora de jugar –fue lo que único que susurro con una sonrisa antes de salir por su ventana y pararse en el barandal de su balcón sin mucho esfuerzo– ¿Dónde fue eso?
Miró a su alrededor, hasta ver donde había una gran cantidad de humo subiendo sin parar. Tomó con fuerza su yo-yo y lo lanzó, se balancea hasta el lugar y observó, a la poca gente que había a esa hora, huir despavorida del akuma que estaba encima de una mesa mirando el caos y temor que causaba.