Inconsciente, así estuvo por casi una semana la azabache. Inconsciente por culpa de un akuma.
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Los personajes pertenecen en su totalidad a Thomas Astruc.
Hay un personaje que es de mi total pertenen...
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En las última semana han habido akumas cada vez más fuertes, cada vez más astutos y ágiles, lo cual solo complicaba más el trabajo del par de héroes. El último akuma con el cual Adrien y Marinette lucharon los dejó gravemente heridos, por lo cual no faltaron a clases por una semana completa.
Adrien tuvo la suerte de que su padre no se hallaba por cosas de la empresa y que Nathalie salió con él, quedándose con una niñera (aparte de Gorila) que no sabía para nada sus horarios o lo que hacía.
Pero al fin el rubio se dirigía a su colegio, en el auto solo miraba por la ventana como todo quedaba atrás «al fin, de nuevo a clases» pensó dando un suspiro, porque para él no era nada divertido quedarse encerrado en casa sin poder salir por culpa de sus lesiones; además salir por ahí y arriesgarse a que lo vieran en el estado que estaba no era opción, seguro eso sería un castigo impartido por su padre y un escándalo para las revistas de chismes.
Cuando llegó pudo observar a lo lejos a Nino, quien charlaba tranquilamente con Max y kim, hablaban sobre la nueva mezcla que había hecho Nino con el programa que había creado Max. Adrien, con una sonrisa resplandeciente en el rostro caminaba en dirección a ellos, con intenciones de saludar y ponerse al día.
—Hola chicos —saludó el rubio, mientras se situaba en el costado libre de ambos morenos.
Nino al reconocer la voz, da vuelta a su rostro viendo Adrien y esbozando una sonrisa al verlo. Kim y Max, se despidieron después de unos segundo con algo de recelo, tenían que terminar un trabajo que debían entregar ese mismo día aunque no quisiesen.
—¡Al fin apareces, bro! —dice el moreno finalmente frente a su amigo, haciendo su clásico saludo de manos.
—Sí —respondió soltando una risa nerviosa—, solo estaba muy enfermo, Nino −mintió manteniendo una sonrisa, aunque no era del todo realista, pero decir la verdad no era la mejor opción y él lo sabía.
—Oye, si quieres te presto las clases de la semana pasada —ofrece su amigo con una sonrisa mientras le hace una seña para acercarse a la sombra que proporcionaba la puerta de la institución.
—Gracias, Nino —dijo sonriente ante el gesto de su amigo siguiéndolo, pues él tampoco quería estar bajo el sol—. Oye ¿Que tal todo con Alya? —preguntó curioso, pues sabía que ellos dos salen desde hace un año y esa semana fue que lo cumplieron.
—Bueno, no pudimos. Ella estaba ocupada ayudando con Mari, y claro que no se lo voy a impedir, es su mejor amiga —Cuando en moreno nombró a la azabache captó la completa atención de Adrien, y no era que no le interesaba lo que decía su amigo (Sino, no hubiera preguntado); pero el hecho de que no hayan podido salir porque la morena estaba ayudando a su amiga, le pareció extraño.
Por la mente de Adrien pasaron muchas preguntas, pero todas cesaron al recordar algo, cosa que tampoco lo dejaba muy tranquilo. Miró al moreno más atento, tratando de disimular su inquietud un poco.