Inconsciente, así estuvo por casi una semana la azabache. Inconsciente por culpa de un akuma.
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Los personajes pertenecen en su totalidad a Thomas Astruc.
Hay un personaje que es de mi total pertenen...
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Adrien miraba a la azabache fijamente, sus ojos verde esmeralda mostraban cierta culpa; aunque ni él entendía porqué. Ya llevaba una hora así, solo tomando la mano de la azabache, acariciando el dorso de su mano con su pulgar. Observando con cuidado sus pestañas, sus labios, sus cejas y mejillas, detallando cada parte de su rostro.
− Marinette, por favor despierta. Te necesitamos −susurró al punto de casi derramar lágrimas de nuevo. Su voz se quebraba un poco, bajó su vista con la esperanza que ella lo oyese.
Un movimiento provino de la chica, haciendo que el rubio soltara su mano y luego su cuerpo comenzó a tomar color. Pero algo pasaba al igual que la azabache iba despertando, una bruma color púrpura comenzó a cubrirla, hasta el punto de que ya no había cuerpo que ver. Después fue librada y dejaba ver a una joven con una sonrisa tétrica, y ojos llenos de ira y dolor.
− ¡Marinette, no! ¿Qué sucede? −dijo preocupado el rubio ante lo que sucedía. Marinette estaba de pie frente a él, su rostro parecía estar cubierto por una especie de máscara hasta la mitad, dejando ver únicamente sus ojos y después de la nariz sus labios formando esa aterradora sonrisa.
− Tu mejor que nadie lo sabes, Adrien −sonriendo coloca su cabeza de medio lado al ver como el rubio no sabe qué hacer, y su rostro demostraba su gran confusión− ¿o debería decirte Chat noir? −su sonrisa se ensanchó al ver la cara de sorpresa del rubio ante sus palabras− Si, ya se tu identidad, y no se como no medí cuenta antes. Te daré una oportunidad de vencerme, pero no será ahora −da una carcajada terrorífica, digna de un villano y se esfuma en un tornado de humo negro y morado.
− ¡Marinette! −grito el rubio tratando de que no desapareciera, pero de nada sirvió− ¿Que le has hecho a Marinette, Hawk Moth? −dijo con frustración.
Alya se encontraba en la puerta de la habitación, su cara reflejaba la cantidad de sorpresa que tenía, no podía creer lo que había visto. El rubio volteó a verla, a sus adentro pedía para que ella no haya oído lo que marinette había dicho de él, cosa que confirmó al verla simplemente pasmada por la desaparición repentina de la azabache.
− Adrie-en ¿Po-porque Ma-marinette? −ella no podía completar su oración, pues no podía creer lo que había visto− No entiendo... -fue lo único que logro pronunciar con fluidez.
− Yo tampoco entiendo lo que sucedió Alya, pero hay que descubrir ¿Por que Marinette fue akumatizada, y cuando fue akumatizada? −dijo decidido el rubio viendo a Alya con determinación.
Ambos decidieron que lo mejor era irse cada uno a sus hogares. El rubio no paraba de pensar en lo que sucedía y la manera solucionarlo, pensaba en ¿Como sucedió?, ella estaba en coma era imposible.
Alya al llegar a su casa saludó a sus padres, entró a su habitación y se encierró. Lo que había sucedido aun no lo digería, cuando se acercó a su mesa de noche para dejar su teléfono pudo ver una pequeña cajita color negro con pequeñas líneas rojas.