Bianca come il latte rossa come il sangue

Nueva amistad

Capitulo 16:

Traté de todas las formas posibles de alargar el tiempo de trabajo para que Bea no se fuese con Jong Jin, pero a pesar de mis esfuerzos, logramos terminar justo a tiempo para su cita.

Me enojaba a sobremanera que ellos tuviesen una cita. ¿Como pudo él obtener una cita con Bea casi sin conocerla? No tenía sentido. Y tampoco tenía sentido que yo estuviese lamentándome mentalmente de mis desgracias, tenía que estar al tanto de lo que ocurriría en esa cita.

Sin que Bea ni Jong Jin lo notasen, comencé a seguirlos. Tuve que tomar prestado el auto de mi mánager pues si usaba el mío era muy probable que lo reconociesen.

Como al sólito, Jong Jin llevaba a sus citas al mismo restaurante francés bastante caro para sorprenderlas, lo que no sabía, era que Bea no estaba interesada en lo mas mínimo a ese tipo de detalles.

Entré gracias a que el propietario me había reconocido, pues no te permitían cenar sin una reservación.

Todo iba muy bien, para mi, pues Bea comía en silencio y totalmente seria, y por mas Jong Jin intentara hacerle conversación, ella solo se limitaba a responder con un sí o un no. Pedí una copa de vino para celebrar que esa absurda cita haya sido un fiasco.

Continué observándolos, hasta que vi como Jong Jin resignado, le entregaba el teléfono a Bea. Jong Jin, hasta donde estaba entendiendo, le pedía disculpas y ella las aceptaba. ¿Así de fácil? Segundos después, ambos reían y conversaban amenamente. De un momento a otro el vino no me pareció mas dulce.

No podía evitar mirarlos con rabia y... envidia. ¿Porque ella era gentil y agradable con los demás? ¿Porque no reía de esa misma manera junto a mi? Todas esas cosas me lastimaban, y me hacían sentir que no tenía esperanzas. Pero a ella le gustas. Me dije mentalmente. Las has besado. Me recordé. Suspiré y pagué la cuenta para después salir de allí.

No sabía a donde ir, por lo que me vi a mi mismo conduciendo hacia el bar que hace mucho no visitaba. Tal vez un par de tragos podían ayudar, pensé.

Me coloqué una gorra y me puse mi capucha para tratar de ocultarme lo mas posible. No podía arriesgarme a que me reconociesen allí.

Entré y me senté cerca de la barra.

-Vodka, por favor.

-Ji Yong... que hermosa coincidencia.

Me giré hacia esa voz mientras maldecía por lo bajo. ¿Porque demonios me detuve por una copa?

-Kiko. Lamento no poder decir lo mismo.

-Ji, no seas así conmigo. Te ves extraño. ¿Esta todo bien?

-No creo tener ganas de hablar de mi estado de animo, y mucho menos tengo ganas de hablarlo contigo.

-Somos amigos después de todo, ¿no?

La miré un tanto confundido. ¿Desde cuando Mizuhara Kiko se preocupaba por mi? Y lo peor de todo, es que sentí en su mirada algo de sinceridad.

-Bueno, ya que no hay nadie mas con quien pueda hablar esta noche, creo que puedo decirte que es lo que me esta perturbando.

Ella me miró con una sonrisa y simplemente asintió, por lo que hablé.

-Estos últimos días han sido algo difíciles. No estoy completamente seguro de cómo sucedió, pero me he enamorado de una chica y... jamas pensé que sería tan difícil. Es decir, me he enamorado antes, pero las cosas no fueron así de complicadas. Ella me gusta, yo le gusto, pero hay varias cosas que se ponen en medio de los dos. Aparte, ella me confunde totalmente. Dice que le gusto, pero me trata como si no me soportara y esta siempre a la defensiva. Sé que he hecho algunas cosas que le dan muchas razones para ser así, pero ella parece ser de esas personas que perdonan si tu te disculpas apropiadamente, y entonces, ¿porque ni siquiera me da la oportunidad de disculparme? No lo entiendo.