Diez.

2.5K 164 12
                                    

***

- Hola Emi. - Saludó Bryan enfrente mío, lo observé confundida, ¿de donde había salido?

- Hola Bry. - Respondí, pero me ignoró, voltee a ver hacia dónde el observa... ¿que es esto? ¡¿porque hay otra yo?!

- Cuanto tiempo sin vernos. - Le dijo él a mí otra yo que tenía enfrente.

- No seas exagerado bobo, nos vimos la semana pasada. - Le sonrió, me acerqué a ellos y pase mi mano enfrente de sus rostros, ninguno lo noto.

- Sabes que nunca es suficiente para mí verte, incluso por gusto y te vendría a ver todos los días. - Ella simplemente se sonrojó, si así me veo sonrojada, prometo solemnemente nunca volver a sonrojarme, parezco un jitomate.

- Por mi, y me mudaría a lado de tu casa. - Él con toda la confianza la agarro de la cintura... algo anda mal, la está agarrando a ella pero yo también puedo sentir sus manos en mi.

- Tengo una pregunta muy importante que hacerte.

- ¿Ah si?, y de que se trata. - Acercó su rostro demasiado cerca del de Bryan, está otra yo tiene mucha valentía y sobre todo es demasiado coqueta.

- He estado pensando, y aunque solo tenemos seis meses conociéndonos - ¿Espera qué? ¿Seis meses? - Me gustas, y mucho... ¿Quieres ser mi novia? - Oh Santas Cielos, ¡tienes que decir que si!

- Oh... bueno yo... - Comenzó a ponerse nerviosa, pero a lo lejos escuche unos gritos... voltee encontrándome con la nada, pero los gritos se intensificaron, ¿que estaba pasando?

***

Abrí mis ojos rápidamente, despertando de aquel lindo sueño, reconocí de quién eran esos gritos, mis padres peleando, que raro. Suspiré cerrando mis ojos de nuevo, sus gritos resonaban por toda la casa. Comencé a esperar a que los gritos cesarán, pues pareciera que para que me regresara el sueño faltaba mucho, estar entre los brazos de Bryan era mejor que escuchar las patéticas peleas de mis padres. Pero entonces un grito por parte de mi madre llamo mi atención.

- ¡Ya estoy harta de ti! ¡Ya no te soportó! ¡Quiero el divorcio! - La casa se quedó en completo silencio, sentí mis ojos arder, no, mis padres no.

Sin avisar las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, mientras podía sentir como si las paredes se derrumbaran, hey mama, hey papa, ¿y si lo intentan una vez más? ¿Donde perdieron su felicidad? Antes éramos tan unidos... y tal vez nuestra familia no es la más perfecta, si tal vez ahora estoy aquí, sola, dentro de un hogar roto. ¿Quien tiene la razón? ¿Quién está equivocado? ¿A quien realmente le importa?

El hecho de que finja madurez ante la sociedad, no significa que lo sea cuando se trata de algo que realmente me importa, que realmente me duele... No me importa si tengo dieciséis años, nunca estaré lista para que algún día mi padres se separen, siempre han estado juntos, no me imagino cuando uno de ellos se vaya de la casa, estoy tan acostumbrada a despertar, bajar a desayunar y aveces encontrármelos riendo, platicando, todo iba a cambiar desde ahora.

Un sollozo se escapó de mi labios, cubrí mi rostro con ambas manos, ¿porque siempre que me pasa algo bueno, tiene que llegar algo o alguien a arruinarlo? Mi puerta se abrió de golpee, me descubrí el rostro y lo único que pude ver fue a mi hermano con una media sonrisa y una almohada, sin decir nada acomodo su almohada a mi lado, para después acostarse ahí, y terminar con un abrazo, no pude evitar no desahogarme, él había llegado en el momento perfecto, cuando más necesitaba un hombro para llorar... ¿Ahora que pasaría con mi familia?

***

Desperté con pereza, a mi lado ya no se encontraba mi hermano, y no era sorpresa, siempre que mi madre y padre salían de la casa, él salía sin que ellos se enteraran. No me quejó me gusta estar sola, pero, creo que hoy no era el día perfecto para estarlo, necesitaba a alguien a mi lado, y al parecer, nadie estaba dispuesto a estar lo. Suspiré y cerré mis ojos con fuerza, no tenía ganas de nada, no quería comer, no quería pararme, sólo quería dormir, y perder el tiempo haciéndolo, así que eso mismo hice, volví a acomodarme y a cerrar mis ojos hasta caer dormida.

***

El sonido del timbre me hizo despertarme, pero no iba a pararme, dejaría que aquella persona se cansara de tocar y se largara por donde vino, sin en cambio, las notificaciones en mi teléfono no tardaron en llegar. Suspiré y agarre mi teléfono con pereza, tres mensajes nuevos me habían llegado, no los leí simplemente vi de quién eran, al leer Schürenkämper en la pantalla lo bloqueé de nuevo, no abriría aquella puerta ni aunque el mismo presidente estuviera afuera.

Sin dudarlo, volví a acomodarme y volver a dormir, tratando de evitar los molestos sonidos que el timbre hacía cada cinco minutos.

Había pasado ya un tiempo, y sin en cambio Beca, que supongo que a decir la que está allá fuera, seguía insistiendo, necesitaba a mi mejor amiga, solo a ella, lastimosamente apenas hoy en la mañana se fue de viaje con su familia, dos semanas sin mi mejor amiga, en el peor momento. Me salí de mis pensamientos cuando mi teléfono comenzó a sonar, la pantalla se prendió y me avisó que tenía una llamada entrante, de nuevo decía Shürenkämper... fruncí mis cejas, ¿acaso ella no captaba indirectas? ¡Si no he ido abrirle es porque no quiero! Ignoré a mi teléfono y a el timbre que, aún seguía sonando, agarre mis audífonos y los conecte a mi iPad, para después darle clic en aleatoria, la música inundó mis oídos, lo único que escuchaba era Nunca Dije, y así fue como de nuevo me volví a quedar dormida.

***

Mi estómago fue el siguiente causante de despertarme, así que desganada me había levantado de mi cama para bajar a comer algo. Para después servirme cereal con leche. Comencé a masticarlo lentamente, mientras me sentaba y colocaba mi plato en la mesa.

Miles de recuerdos junto con mi familia llegaban a mi mente, las cosas habían cambiado desde hace ya varios años, y apenas me había dado cuenta... increíble.
Al terminar de haber me comido el cereal decidí que lo mejor era ir a mi cueva, podría escuchar un poco de música, o que se yo, no quería estar dentro de mi casa, me sentía mal, todos los momentos felices que habían tenido mis padres como pareja estaban ahí. Maldita sea, era como castigarme a mi misma estando ahí dentro.

Al llegar a mi cueva, sonreí al ver al Alonso de cartón como siempre, para después comenzar a platicar con él, era como si se tratara de un estilo de terapia, lo hago desde pequeña, solo que antes era con peluches, reí al recordar la primera vez que mi madre se dio cuenta de que hablaba sola con mis juguetes, le había marcado toda alarmada a mi padre, y él había traído a un sacerdote... qué tiempos.

- ¿Sabes Alonso? Nunca fuimos una familia muy unida, tal vez siempre fuimos un hogar roto y apenas me esté dando cuenta, pero eso no quita que ambos son asombrosos, tal vez no tenga una buena comunicación a causa de que casi nunca están en casa, pero tan siquiera me hace sentir mejor que tuve una familia, en su tiempo, pero la tuve y cada momento que pasamos juntos fue jodidamente increíble, no importa si fue feliz o triste, tuvimos nuestra historia, y eso tal vez, es lo que valga la pena.

Las lágrimas de nuevo salieron, era de esperarse, no todos los días te enteras que tus padres se van a separar... no todos los días te encuentras tan sola como lo estoy yo justamente en este instante.

























🌙🌙🌙
¡Voten y comenten mucho!
Recuerda que siempre puedes ir y seguirme en mi Instagram: @jitzel_is_real
Cambiando de tema, ¿ya escuchaste No Le Hablen De Amor ? No literal, YO LA AMÉ....

La Amiga De Rebeca » J.C (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora