La Amiga De Rebeca » J.C (Terminada)

Once.

***Una semana después***

Todos los días era lo mismo, mis padres ni la mirada se dedicaban, mi hermano se iba a no sé dónde, había apagado mi teléfono, ignoraba el sonido del timbre cada vez que sonaba, no comía demasiado, me la pasaba durmiendo y no me ponía otra ropa que no fueran pijamas, y seguía a la espera de que mi mejor amiga estuviera de vuelta. Gran vida la mía, pensé sarcásticamente.

Suspiré, había intentado ya varias veces volver a dormir, pero no podía, me volvía a despertar a los cinco minutos, jugué con mis dedos, y me levante de mi cama, tenía que darme una ducha, que más da si al terminar volvía a colocarme mi pijama, así no me sentiría tan asquerosamente sucia.

Comenzaba a caer en depresión, como hace ya varios años, no me sorprendería que los ataques de ansiedad regresarán a mi... siempre me daban cuando escuchaba los gritos de mis padres, y ahora que sé que se van a separar, es peor. ¿Porque siempre les pasan cosas malas a las personas buenas, y cosas buenas a las personas malas? ¿Será que yo seré una mala persona y por eso me pasan cosas malas?

Me comencé a enjabonar el cabello, mientras seguía  pensando, tratando de encontrar una respuesta, tan siquiera una buena.

***

Conecte mi laptop a la televisión, entre a Netflix y me puse a ver, al hombre de mi vida, Stiles... Algún día superare Teen Wolf, tal vez no hoy, no mañana, pero, bah, algún día.

Me metí un puñado de palomitas a la boca mientras veía el primer capítulo de la primera temporada, y justamente en el instante donde aparecía Stiles, el timbre sonó... ¡LA PUTA MADRE QUE PARIO A LA PERSONA QUE TOCA EL TIMBRÉ, UNA AQUÍ QUERIENDO AMAR MÁS A SU CRUSH, Y ESA PERSONA AHÍ, ARRUINANDO TODO!... Intento de aborto fallido. Casi aviento las palomitas al techo, y me pare del cómodo sillón realmente molesta, para después salir a grandes pasos.

- ¿Qué es lo que quieres? - Pregunté de mala manera con solo abrir la puerta, luego de observar con atención a las dos personas que se encontraban ahí, una con el ceño fruncido y los brazos cruzados «Huy que malote.» y la otra incomoda mientras se rascaba el brazo.

- ¿Así de amable eres con todos? - Pero mira quién lo dice...

- No es de tu incumbencia Miguel. - Respondí mientras colocaba mis ojos en blanco.

- ¿Podemos pasar? - Preguntó Rebeca.

- De que pueden, pueden, de que yo quiera que... - Antes de terminar mi respuesta el tonto de Jos empujó la puerta haciéndome caer al suelo, y permitiéndole a él entrar. Maldito, hijo de...

- ¡Ahora ¿quien invade la casa de quien malparido?! - Grité desde el suelo, mientras el entraba a la sala, lo que obtuve por respuesta fue una linda carcajada.

- Perdónalo, no suele ser así todo el tiempo. - Me tendió una mano para que me pudiera parar, desganada la tome.

- Si, claro. - Dije de mala gana, mientras de nuevo ponía mis ojos en blanco.

Ella solo suspiro y yo cerré la puerta, pasamos el patio y entramos a la casa, encontrándonos a Jos sentado en el mismo sillón donde yo antes estaba mientras comía palomitas, entre cerré mis ojos hacia él.