Un mes y medio pasó lentamente, no pensó que tendría que exponerse a tantas cosas en tan poco tiempo.
No era solo la actuación, no.
Clases de etiqueta, dicción, discurso, trabajo físico, entrenamiento vocal, baile, postura, respiración, maquillaje, fotografías, poses, todo alrededor de muchos desconocidos a los que intentaba recordar ( y nunca lo lograba).
Agotado no era la única palabra, estaba agobiado, quería salir huyendo, pero era imposible, un contrato de un año y si lo incumplía tendría una deuda tan grande que la única salida sería venderle el alma al diablo (otra vez), la pobre cenicienta estaba al límite.
Finalmente su único consuelo por más sorprendente que le pareciera fue Yang Yeming, esa figura alta que lo acompañaba a cada instante como un perro guardián, que lo sostenía cuando quería desfallecer, lo recostaba en la cama que compartían y le acariciaba con cuidado el cabello hasta que podía dormirse.
Porque después de sus nulos intentos de dormir en el incómodo sofá y despertar más cansado de lo que había llegado a casa, accedió a esperar por la cama durmiendo con él, al principio reacio e incómodo haciendo barricadas con almohadas y después de un tiempo, durmiendo tan cerca que podían sentir la respiración del otro.
En las madrugadas, cuando se levantaba exaltado por las horribles pesadillas que le aquejaban, Yeming lo hacía también, intentando calmar sus gritos y movimientos bruscos.
A Yao Wang le costó acostumbrarse a la presencia de aquel ser humano y sus comportamientos extraños, siempre tratándolo como un hermano menor, abrazándolo y mimándolo como si él fuera el niño.
No entendía tampoco por qué las pesadillas eran menos constantes. Pero se sentía más tranquilo, su mente estaba en calma. Tal vez era el cansancio que inhibía su cerebro junto con sus prejuicios y solo se dejaba llevar por los deseos de su compañero, muy dentro de su mente sentía que se lo debía.
--
Y no le duró mucho esa sensación de calma tan repentina, se fue como llegó.
El moreno actuaba cada vez más ausente conforme pasaba el tiempo, no le hablaba tanto como antes y se dormía antes que él. También aprovechaba cada día que podía para salir de la casa y no volver hasta la madrugada.
Y mentiría si dijera que no le molestaba. La inmensa casa se sentía vacía sin los juegos y las palabras sin sentido de Yang Yeming.
Tampoco se mencionó nada más sobre aquella conversación que quizás él no recordaba pero que había dejado una huella profunda en Yao Wang. Nadie había tenido esa cantidad de empatía con la pobre historia de un pobre marginado. Tal vez fue la mezcla del nivel de alcohol en su sangre con los sentimientos y una historia triste, pero nadie había llorado por él.
Ni siquiera su familia.
-"Yao Wang... llegó la cama..."
-"¿La cama?"-. Dejó algunos papeles que estudiaba sentado en el sillón y le prestó atención, trataba de recordar de qué estaba hablando.
Había olvidado aquella cama, mejor dicho, ya no le importaba. Le dio un poco de desconsuelo cuando un hombre subió hasta la habitación que también había olvidado y la armó justo ahí, junto con unos sillones y repisas.
Iba a dormir solo otra vez como era debido, Yang Yeming no se inmutaba en explicarle por qué había llegado después de tanto tiempo, o el porqué de su actitud tan extraña.
-"Finalmente podrás desempacar..."-. Señaló un sofá y se sentó en él relajado. –"El sofá vibra... es para cuando estés estresado y eso, es bastante cool, y pedí algunas repisas para tus cosas de arte..."
-"Pensé que estaba bien que..."
-"¿hm?"-. Dijo algo distraído mientras movía algunos botones del sofá.
-"Nada, desempacaré ahora mismo"
-"Bien, nos vemos luego"
Nunca pensó que la independencia fuera tan dura, y que tuviera que pasar por ella dos veces.
No entendía los sucesos tan repentinos, tampoco entendía por qué sentía su pecho tan apretado y por qué esa sensación de soledad lo estaba atacando nuevamente, si eso era exactamente lo que había querido desde el principio.
Por fin lo iba a dejar en paz, una relación de trabajo como debió haber sido desde que puso su firma en ese estúpido papel.
**
Volví
Después de un semestre de mierda
y me di cuenta de que hay algunas personas nuevas leyendo esto
;_;; gracias por los comentarios, me dan mucho ánimo para continuar con esta cosa jajaja
;; ♥
ESTÁS LEYENDO
Perdiendo la cabeza
RomanceYang Yeming es un actor con vasta experiencia buena persona, decidido y carismático que siempre obtiene lo que quiere. Yao Wang es un artista solitario, testarudo e inestable que busca cumplir sus sueños y al cual la vida no ha tratado muy bien. Se...