capítulo 11

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Empecé a correr por el bosque, iba secando con mi ante brazo mis ojos, dejarla era lo más duro que había hecho en la vida, ella era todo lo que me quedaba, pero si decidía quedarme la matarían, no iba dejar que aquello sucediera,ella lo era todo.

Sin parar de correr seguía sumergido en mis pensamientos, ¿ella estará bien?, ¿me odiara por haberla dejado?, estaba acabado sin ella no sabía a donde ir.Tome un respiro, solo veía árboles, no tenía un plan en concreto, mi hermana se había quedado atrapada en esos muros y yo no sabía cómo seguir con eso, era una fortaleza impenetrable desde afuera.

-Riley.

Mire al oeste, sabía  que habían sobrevivientes por aquel lugar, había escuchado que era un buen lugar, pero nunca había ido a comprobar, le dije a Riley que fuera y esperaba que hubiera escuchado, y encontrarme con ella, necesitaba ayuda para sacar a mi hermana.

Comencé a seguir la ruta, ya empezaba a tener un plan, ella era lista, audaz, y yo la había ayudado no tenía razones para decirme que no, esperaba un sí.
Me detenía de tanto en tanto para tomar agua, comer y descansar.El lugar empezaba a estar más despejado, mis pasos ya eran algo lentos estaba algo exhausto, no tenía un arma conmigo, pero no creí que la necesitaba, mientras caminara en lo conocido.

La densa vegetación desaparecía hasta  que me encontré con una calle y una gran entrada similar a la muralla. Me fui acercando, este debía ser el lugar, la entrada estaba abierta, habían niños jugando, y lucia bien, me gusto Sonreí, había llegado, aquí debía ser…

Paseaba la mirada por el lugar mientras entraba, de repente fruncí el ceño, era Riley, estaba caminando por las instalaciones, pero no tomaba un paseo, tenía un arma en las manos, ¿Qué diablos cree que hace?.

La vi desaparecer en los pasillos, di unos pasos más, sentí la necesidad de correr y preguntarle que hacía, pero justo allí sonaron disparos, esperaba el caos, la gente huyendo, las madres cargando a sus hijos adentro, pero no, no hacían nada, miraba de un lado a otro, mi pulso se había acelerado sentí la necesidad de huir y ellos seguían en sus labores.

-¿¡no oyeron eso!?- pregunte exaltado - ¿¡no van a correr!? .No respondían, un guardia se llevaba a los niños, me aproxime.

-usted,¿ no ha escuchado los disparos?.

-no es nada, siente se en el comedor por favor, ya casi vamos a comer- me indico.
- ¿porque no hay nadie vigilando?.

- no se preocupe señor, nos encargaremos, acompañe me-pidió.

- no iré a ninguna parte, me voy- declare, cuando me di la vuelta la entrada estaba cerrada.

-abra la puerta.

-señor acompañe me- insistió el hombre.

- ya he dicho que no y más le vale que me deje salir- le amenazo.Se acercaron tres hombres corpulentos, más de los que ya había enfrentado antes, uno de ellos dio un paso al frente.

Vas venir con nosotros.
No iré a ninguna parte.
Los tres hombres se acercaron y di un paso atrás, eran grandes y no estaban con juegos otro levanto su arma y me apunto.
Tú decides.
¿ a dónde me van a llevar?.

Caminamos atravesando el patio y entramos en una habitación sucia, había sangre en el suelo, en las paredes, había una especie de lava manos, había una tina llena de sangre y había varias mujeres en el suelo, estaban inconscientes de varias heridas en sus cuerpos salían una especie de tubos  que daban a unos tanques, la sangre llenaba esos tanques, me quede horrorizado. Uno  de los hombres tomo una silla.

-Sienta te.Obedecí, mire sobre el hombro de uno de los hombres y una sombra se movía a toda velocidad detrás de ellos,     la reconocí enseguida,  desvié la mirada para no llamar la atención.

SIN ESCAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora