Protégelo ~ NJ~ [Paused]

Prólogo: Woo Ji Ho

Aún recordaba esa hermosa y seductora silueta caminar enfrente de él; cómo movía ligeramente las caderas mientras avanzaba imponente por los pasillos escolares, ese cabello arreglado y peinado a la perfección para lucir como de la realeza y esa bella espalda ancha que bien tenía ganas de besar en su totalidad.

Un flechazo que le llegó directo a Woo JiHo. El hijo menor de la familia Woo, siendo ésta una de las familias principales en la Mafia de Corea, era un secreto a voces dentro de su escuela pero nadie tenía el valor de preguntarlo.

Zico, como solían decirle, siempre fue excéntrico, muy notable en su aspecto y muy determinado en todo aquello que se proponía, si él quería algo lo obtenía y Jin no sería la excepción, lo tomaría cueste lo que cueste. Su obsesión ya iba a tal grado de comenzar a averiguar cosas específicas sobre él con sus pequeñas manías; su familia, sus gustos, sus amigos, sus parejas y todo dato que se le pudiera dar sobre el castaño, todo era importante para él.

No fue nada tonto con la conquista, primero decidió investigarlo y luego pretenderlo;  duro tres semanas aproximadamente reuniendo información valiosa que le sirviera, sólo observándolo en silencio, susurrando para sí mismo lo precioso y divino que era. Su hermano mayor, TaeWoon, o simplemente Wuno, también hubiese reconocido la belleza de SeokJin pero considerando que su hermano llevaba esto a otros niveles.

Al momento de declarársele a SeokJin le llevó un ramo de rosas rosadas, su color favorito, y trató que fuera lo más telenovelesco posible, sabía que a él le gustaba lo especial, lo meloso y romántico.

—Entonces, ¿Qué dices?, ¿Serías mi novio? — Su voz era grave y profunda, trataba de seducir al castaño con todas las armas a su alcance. JiHo estaba arrodillado en el suelo de aquél salón totalmente vacío, a excepción de él y el castaño.

—Zico, esto es muy dulce de tu parte, realmente estoy impresionado— Apretó un poco el ramo de flores que ahora estaba en sus brazos contra sí mismo. —Pero no creo que lo nuestro funcione, somos muy distintos y no quiero tener un problema contigo por todo esto.

Zico se levantó del suelo negándose a la idea del rechazo y le tomó con cariño la mejilla; la acarició un poco con el pulgar, se sentía en el paraíso porque tocaba en ese mismo instante al amor de su vida. Su piel tersa y cálida le daba la bienvenida a su mano, por inercia un color rojo inundó la cara del más alto, era un toque muy íntimo a pesar de ser muy simple.

— Podríamos intentar que funcione, hermoso, yo podría acoplarme a ti en todo aquello que tu me pidas, sólo necesito un "Sí" de tu parte.—Sonrió de la manera más pura que pudo, una sonrisa sincera y pulcra.

—Perdón JiHo, pero esta vez es un no, lo lamento mucho.— Acto seguido, Jin salió del salón dejando a un Zico muy pasmado dentro del mismo.

Se sentía ofendido y burlado, ¡¿Cómo era si quiera posible que SeokJin lo haya rechazado?, no, mierda, no, eso no había pasado! Gritó fuertemente pues la rabia explotó en su pecho, su corazón ardía en bravas llamas. Maldijo una y otra vez, no le importaba si alguien pudiera escucharlo.

[...]

Era receso en ese momento y aún quedaba tiempo para usarse así que SeokJin fue en busca de su mejor amigo, Min YoonGi. No tardó en encontrarlo en un pasillo hablando alegremente con WonSik, un amigo de ambos, se despidieron con un ademán y YoonGi se aproximó al castaño rápidamente sin poder quitar de su vista ese ramo rosado.

— ¿Qué pasó, Jinnie?, ¿Para qué te quería, Zico? Y más importante, ¿Por qué traes un ramo de flores?— Claro que se burlaba de algo tan cursi y aprovechó la situación para hablar con claro sarcasmo. —Son para mí, ¿Cierto?, ¿Ya aceptaste que me amas locamente como para sólo ser amigos?— Dijo metiendo las manos a los bolsillos de su sudadera negra que tanto le gustaba al tiempo que reía fuertemente.