Guardian

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SeokJin apenas pudo controlarse por la mañana saliendo de su hogar, cada vez le daban ataques de paranoia más fuertes y ese día no fue una excepción. Se sintió observado inmediatamente después de abrir la puerta de su hogar y su instinto de supervivencia le hizo correr, correr como cuando el equipo de Fútbol quiso golpearlo por un comentario de su mejor amigo en pleno partido.

Llegó corriendo a la escuela a pesar de estar a una distancia considerable y, por ende, llegó sudado, despeinado y cansado ¡Qué manera de arruinar su aspecto personal en menos de diez minutos! Bueno, esa era la menor de sus preocupaciones en ese momento.

Caminó hacia su salón arreglando su aspecto y su respiración cómo podía, desgraciadamente al pasar por el pasillo principal pudo observar al causante de sus miedos y le sorprendió que se veía como siempre; su rubio comenzaba a dejar salir unas cuantas raíces negras, una sonrisa de suficiencia y sus ojos afilados listos para todo, claro, traía un paliacate atado a la muñeca junto con todos sus amigos tal como acostumbraban.

Inevitablemente llegó un momento en el que sus miradas coincidieron y, contrario a lo que Jin pensaba, éste le dedicó un beso volador y se fue como si nada hubiera pasado. Continuó avanzando un poco aturdido hasta su salón y entró con la mirada al suelo. Su mejor amigo ya estaba ahí, no era difícil saberlo pues era fan de llegar temprano a la escuela.

— Buenos días, Yoonie.— Dijo seco mientras dejaba sus útiles en su lugar. Se sentó en su lugar correspondiente y giró en dirección al pálido para poder verlo de frente.

— Buenos días, Jinnie.— Respondió con una sonrisa poco común. Automáticamente SeokJin se sintió descolocado y no podía contener sus dudas y pensamientos, al menos no en ese momento.

— ¿Hay algo de lo que deba enterarme?— Le dijo directamente arqueando una ceja de forma interrogatoria al tiempo que cruzaba los brazos.

— Sí, de hecho sí.— Se reincorporó de la posición semi acostada que tenía.— Hay algo que debo decirte.

— Entonces habla que me hago viejo.— Voy a admitir que su humor estaba pésimo por la mala vida que estaba llevando a causa del miedo y permanecer alerta. No era su intención sonar tan golpeado pero tampoco era algo que pudiera ocultar.

—Bien.— Se aclaró la voz. — Ya tengo una solución a nuestro problema.— El castaño torció los labios por instinto.— Y antes de que te niegues quiero que sepas que ya lo estoy empleando y todo va bien.

— Ya no me da buena espina desde aquí si tienes que pedirme escucharte antes de pedirte que te detengas.— Su mejor amigo lo conocía como la palma de su mano, debía estar prevenido ante cualquier respuesta si es que trataba de calmarlo antes de la tormenta. — Sigue. — Estaba resignado.

Comenzó a explicar con lentitud toda su red de peticiones y engaños para poder tener seguridad garantizada, al inicio no podía leer la expresión de SeokJin y agradecía que al menos no le estaba dando malas señales aún. 

Después de terminar el detallado relato Jin mantenía una cara muy extraña que sólo había visto cuando juzgaba a sus compañeros; el ceño fruncido y sus labios torcidos como desaprobación, para ser sincero, no sabía cómo reaccionar a semejante plan tan estúpido.

— Vamos, Jin.— Invitó. — Dime algo, no puedes sólo mirarme así.

— Es lo más ilógico y estúpido que has pensado.— Escupió sin tapujos ni miedos. No estaba de acuerdo, no quería seguir adelante con algo tan peligroso como eso.

— Pero este plan ilógico y estúpido puede salvarnos de una muerte segura.— No le levantó la voz pero se sentía ofendido, estaba trabajando por salvarles el pellejo a ambos a como diera lugar. Pareciese que SeokJin había olvidado que de cualquier forma estaban jugándose la vida.

Protégelo ~ NJ~ [Paused]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora