Stalking

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Todo iba normal para él, había pasado una semana desde el incidente con Zico y no había pasado nada extraño en absoluto, SeokJin estaba más relajado aunque había tenido momentos en los que se sentía observado, lo había estado ignorando, creyó que tal vez era paranoia por todo lo que le dijo su mejor amigo acerca JiHo.

Caminaba solo por las calles que le llevaban directo a su hogar, era tarde y estaba obscuro, tuvo que quedarse hasta tarde en la escuela y su casa no estaba precisamente cerca; cabe recalcar que YoonGi no podía esperarlo, tenía asuntos que atender. De repente volvió a tener esa indeseada sensación, pero esta vez era distinta, esta vez tenía miedo; rápidamente comenzó a avanzar para poder perder de vista a quien sea que lo estuviese siguiendo pero aun así el miedo no disminuía.

Caminaba rápidamente con paso firme y decidido a llegar a su hogar hasta que sintió que alguien lo tomaba del brazo y lo jalaba hacia un callejón que se encontraba su lado. SeokJin estaba sumamente asustado, fue bruscamente azotado contra una pared y sujetado en esa posición; aprisionado con presión en su cuello. Al poder enfocar mejor pudo ver las facciones de quien no tardó en reconocer, era JiHoon, mejor amigo de Zico. P.O siempre le dio mala espina; su aspecto, su voz áspera, su mirada fría pero retadora, toda su imagen dictaba que no te le debías acercar.

— Buenas, princesa, ¿Cómo se encuentra su majestad esta noche?— Soltó una risa burlona que le heló la sangre al pequeño castaño.

Esto no estaba bien, ¿Qué quería el ahí con él?, ¿Por qué el mejor amigo de Zico lo tenía acorralado?, tenía curiosidad pero tenía más impulso de huir que de responder a sus preguntas.

— Veo que su alteza no quiere hablar, diría que no sé qué te vio Zico para poder insultarte en paz pero sin duda es tu bonito cuerpo.— Y poco a poco intentó acortar la distancia de ambos, sin previo aviso posó sus dedos en los labios de Jin. — Tus rosados y abultados labios.— Bajó su mano y delineó su mandíbula con suavidad, hasta rosaba lo sensual y, tal vez si la situación fuera otra, Jin lo estaría disfrutando. —Facciones perfectas en el rostro. — Su mano seguía bajando y lo tomó bruscamente de las caderas. —Una bella figura esbelta pero llamativa.— Pasó sus extremidades a la espalda de SeokJin y las posó en sus asentaderas apretándolas con fuerza. —Y un trasero envidiable, sinceramente cualquiera quisiera poseerte.

Y así, con esa última frase, comenzó a repartir suaves besos a lo largo del cuello de SeokJin, este sólo temblaba, pidiendo con pequeños sollozos que parara, el miedo lo inundaba, lo segaba lentamente. No lo deseaba, lo quería lejos.

— Zico está jodidamente enamorado de ti, te ama realmente, tanto que me tiene de tu escolta; le informo todo lo que haces, cómo lo haces y con quién lo haces, déjame decirte que no le agrada nada que te juntes con el remedo de Rapero que tienes de amigo.—Dijo sin parar de darle pequeños besos a SeokJin, ahora sus manos buscaban infiltrarse por debajo de su camiseta.

— Aunque, no creo que debamos hablarle de esto, sólo por seguridad.

El castaño notó como con cada palabra que decía el contrario disminuía la fuerza de su agarre, casi como si estuviera seguro que no se atrevería a nada. Él estaba a poca distancia de su casa, podría llegar corriendo perfectamente si se lo proponía. Debía ser inteligente para llegar con vida, no se dejaría dominar por el miedo.

Dejó que continuara jugando con su abdomen un poco y, cuando cercioró que estaba totalmente concentrado, le dio el empujón más fuerte que pudo; lo hizo caer de culo contra el suelo, aprovechó el momento y corrió como alma que lleva el diablo -Tampoco estaba muy lejos esa definición de su situación actual-, escuchaba las pisadas furiosas de P.O a sus espaldas pero no paró de correr hasta divisar su casa a la que entró rápida pero torpemente.

Protégelo ~ NJ~ [Paused]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora