Protégelo ~ NJ~ [Paused]

Road

Se retiraron de la imponente mansión en las camionetas en las que llegaron momentos antes dejando atrás a la temblorosa mujer castaña que lidiaba con su imparable llanto; igual que antes, NamJoon y SeokJin tenían la privacidad del vehículo para disfrutar, sin embargo, tampoco es como que desearan entablar una buena conversación. Se podía palpar la incomodidad.

Jin temblaba en su asiento, cabe aclarar que trataba de contenerse en su mayor medida, miraba a la ventana para tratar de distraerse pero daba miradas rápidas hacia el conductor, quien realmente parecía concentrado en su tarea. La última mirada que le dedicó pareció  demasiado perdida en el perfil del moreno pues dio un gritito cuando su celular comenzó a vibrar en su pantalón. No reaccionó después del susto, casi como si se hubiera quedado hecho piedra por la vergüenza.

— ¿No piensas contestar?— La sonrisa amistosa que se había mantenido ausente se plantó en el rostro de NamJoon nuevamente y acompañada de una leve risa burlona, no lo diría en voz alta pero el pelirrosa era hilarante sin desearlo.

— S-Sí, lo siento.— Hablaba con rapidez por la vergüenza, deslizó el botón en su pantalla y tomó la llamada aún sin revisar el número. — ¿Hola?

— ¡SeokJin, con una mierda, ¿Qué sucedió?!— La tranquila voz de YoonGi le taladró los oídos en cuanto se puso el teléfono en la oreja. — ¡¿Sabes o mucho que preocupo por ti, imbécil?!

Con una mano tapó la bocina del teléfono lo más rápido que pudo y con la otra le dio un pequeño golpecito a NamJoon para que le prestara atención.

— ¿Tienes idea de cómo se enteró?— No era sólo una pregunta, era una exigencia por su respuesta. No sabía qué tan bueno era que YoonGi estuviera así de ansioso por su seguridad.

— Mientras caminábamos por mi casa le avisé a Jimin con un mensaje de texto, debo suponer que él le contó.— Se encogió de hombros restándole importancia.— No le dije la gran cosa, probablemente preguntó a alguno de los chicos que trabajan para mi padre.

— ¿En qué estabas pensando?, ¿Acaso estás loco?— El moreno realmente no entendía el estado de alerta y la preocupación de su acompañante. YoonGi podía parecerle molesto pero no peligroso. — ¡No me dejará solo ni en el baño! — Aclaró.

— Eso lo haré yo de todas formas.— Pensaba reclamar pero, una vez que pensó en la respuesta tan rápida y extraña, se sonrojó por el comentario, ¿De verdad planeaba hacer eso?, ¡Dios que asco!

— ¡SeokJin te estoy hablando!— Nuevamente la voz de YoonGi se escuchó por la bocina, pobre de Jimin que seguramente lo tenía al lado. Se colocó nuevamente el celular en el oído con miedo de que volviera a gritar. — Te llamo porque me preocupo por ti y me ignoras en plena llamada.

— Ya, ya, tranquilo, Gi.— Suspiró. — NamJoon llegó a tiempo para evitar que algo malo pasara, estoy seguro de que...

— ¿Y qué hubiera pasado si no? ¡Está incumpliendo con lo acordado!— Se escuchaba a través de la línea como forcejeaba pues Jimin luchaba con él por quitarle el teléfono para poder hablar con SeokJin, y de paso con su hermano.

— ¿Acaso te piensas poner en contra de los Kim también?— El moreno lo miró levantando una ceja de forma sugestiva pero no se atrevió a interrumpir, SeokJin parecía concentrado en reprender a su amigo.— Por que conozco tus arranques de odio hacia el mundo exterior y espero que te controles en los próximos 10 minutos.

— No, no, claro que no. — Contestó. — No estoy tan loco aún pero sí considero que deberían de cuidarte mejor. Mira que esto pudo no haber terminado bien y...

— NamJoon llegó a tiempo, y mi mamá y yo estamos bien, eso es lo que importa ahora, Yoonnie, estate tranquilo que todo va bien.— El pálido suspiró de forma pesada, lo mejor era calmarse y dejarlo pasar. Concentrarse en lo bueno.

— Aún así, yo... ¡No, Jimin, estate quieto!... ¡Basta mocoso irrespetuoso!— De repente las ahogadas carcajadas del pálido comenzaron a sonar junto con la voz de Jimin en el fondo diciendo "El duro Park YoonGi si tiene cosquillas".

— ¡Es Min, mi apellido es Min!— Gritó y nuevamente la respuesta de Jimin se escuchó en el fondo.

— ¡Cuando se case conmigo será Park!— Le dijo y escuchó ese sonido de un beso tronado. Ellos dos seguro están teniendo mucha diversión.

— ¡Mi apellido es mejor!

— ¡Ni en sueños, aceptarás el apellido de mi familia, mi amor!

Ahora fue el turno de Jin para reír como un loco de sus dos amigos, las cosas que hacía YoonGi por él le comprobaban lo mucho que lo quería. Colgó la llamada pues sabía a la perfección que iba a ser imposible continuar la conversación con su mejor amigo si ya estaba ocupado con Jimin.

— ¿Se puede saber qué pasó?— La sonrisa simpática de NamJoon se agrandó por escuchar la peculiar risa de SeokJin. De alguna manera, le hacía feliz escucharlo mejor después de lo sucedido. Comprendía que no todos lograban acostumbrarse a ese mundo.

— Problemas maritales.— Dijo con simpleza

— Técnicamente no son maritales porque no están casados.— SeokJin no podía soportar que le matara el chiste así que dijo.

— ¿Un día apagarás tu cerebro?— Se giró para poder verlo. —Seguro te pierdes de muchas bromas divertidas por culpa de tu cabeza.

— Si apagara mi cerebro, moriría.— Nuevamente se rio un poco de él.—Hay cosas simples que no me molesta perderme.

— Ya cállate, tonto.

Entró en confianza otra vez, y lo agradecía mucho porque no creía soportar la tensión de antes, pero era necesario volver a la seriedad durante unos instantes porque no se quedaría con sus dudas molestándole.

— ¿NamJoon?

— ¿Sí, Jinnie?— A pesar de sentir el tono de Jin como frío trató de ser amistoso, consideraba que ya habían pasado muchas cosas de ese estilo en el día y no necesitaban algo que los crispara otra vez.

— ¿Dónde viviré este tiempo?— Podría jurar que sonó como un niño pequeño, lleno de miedo e intriga. Se sintió enternecido por segunda vez en el día.

— Estarás conmigo, que sea eso lo que te deba importar.— No dejó que el comentario lo sonrojara o incomodara, no iba a flaquear hasta tener todas sus respuestas.

— ¿Seguiré yendo a la escuela?— Continuó. Sabía que era peligroso pero quería aferrarse a esa chispa de esperanza.

— ¿Quieres seguir yendo?— Aprovechó el rojo en el semáforo para mirarlo directamente. No quería escuchar la respuesta porque la conocía pero en ese momento no se sentía capaz de hacerlo sentir decaído, al menos no más de lo que ya estaba.

— Quiero seguir sintiéndome normal a pesar de que mi vida está más jodida que la mierda.— Bajó la mirada unos instantes porque no aguantaba la idea de llorar ahora cuando se contuvo todo el día. Por instinto, el moreno colocó sus grandes manos al rededor del rostro de Jin y le acunó con delicadeza.

— No está jodida, ¿Está bien?— Le acarició las mejillas suavemente. — Te ayudaré a salir de esto y harás tu vida de vuelta, como si nada hubiera ocurrido.

— Gracias...

No sonó convencido del todo  pero la voz se le quebró como para dar queja que valiera la pena; las lágrimas cayeron por sus mejillas cubriendo su suave rostro y el moreno maldijo al semáforo que había vuelto al verde. Quería abrazar a Jin hasta que se calmara, quería contenerlo hasta que se sintiera mejor, quería menguar sus preocupaciones y hacerle saber que todo estaría bien porque estaba con él pero no podía. No era apropiado, no era lo que debía hacer.