Move On

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— Venga, ¿Cómo que se van si la fiesta apenas va a comenzar?— Dijo esa silueta difícil de distinguir desde el umbral de la puerta. — Que decepción, muchachos.

Un alivio enorme le llegó al cuerpo cuando vio a NamJoon, tan imponente y decidido, pero así como llegó la tranquilidad, se fue cuando observó como el seguro del arma que apuntaba a su madre era retirado con habilidad.

Con una precisión casi inhumana los hombres que acompañaban al moreno dejaron en el suelo a los que habían llegado antes; se hubiera dado el lujo de quedar estupefacto por unos minutos más pero pequeñas gotas de sangre se plantaron en las mejillas rosadas de SeokJin y en el aterrorizado rostro de su madre.

Los cuerpos cayeron produciendo un ruido estrepitoso que le puso la piel de gallina al castaño, no podía creer lo que estaba viviendo, el aire no entraba correctamente a sus pulmones ¡Había tres cadáveres en su sala, tres cadáveres, TRES CADÁVERES!

— D-Dios.— No se creía capaz de articular ni una sola palabra, estaba aterrorizado; estuvo a punto de ver morir a su madre  y ahora sangre ajena le cubría el rostro de una manera grotesca.

Las lágrimas se acumularon en su rostro y corrió a abrazar a su madre, quien tampoco salía de su shock, se unieron en un abrazo cálido que irradiaba protección de ambos hacia el otro;  NamJoon se sintió enternecido por la imagen y se permitió admirarlos unos segundos, ojalá su madre hubiera sido así con el cuándo estaba con vida.

El moreno solía ser frío gran parte del tiempo, además de tener una buena falta de sentido común, aunque resultaba muy agradable la mayoría del tiempo, fue suficiente para él desde que nació porque las relaciones, de todas maneras, no solían durarle por mucho tiempo.

Desde niño se le enseñó a proteger a los suyos en su medida y mantenerse a salvo como sea posible, ahora se le había encargado proteger a Jin y eso haría por sobre todas las cosas pero no se creía del todo capaz de protegerse a sí mismo de la manera de ser de ese pelirrosa extraño y amoroso.

— SeokJin, Señora Kim. — Llamó su atención pue sno podían permanecer mucho tiempo en ese lugar. — Debo hablar con ustedes pero no aquí, su hogar ya no es seguro.— Su tono reflejaba aquella seriedad que se le da a los negocios. Todos salieron del lugar rodeando los cuerpos inmóviles del suelo. No pudo pasar por alto las miradas de ambos, sólo atinó a decir. — Mis hombres se encargarán de esto.

Se dividieron en dos camionetas, la madre de Jin en una con dos escoltas y NamJoon con SeokJin en otra; no se sentía confiado si alejaba a Jin de sí mismo. El pelirrosa aun temblaba a pesar de querer controlarse con todas sus fuerzas, realmente tenía mucho miedo. Sin aviso previo, sintió como su mano fue sujetada con fuerza, casi con devoción.

— Todo estará bien, Jinnie, lo prometo.— No sabía qué responder por más buenas que fueran las intenciones de NamJoon.

Tampoco hablaron en el resto del camino, Jin tenía muchas dudas en su cabeza y no sabía si quería respuestas, ¿NamJoon ya había asesinado?, quiero decir ¿Qué tan acostumbrado estaría de esas situaciones? él no lograba una imagen de sí mismo que reaccionara calmado a las armas y a la sangre.

— No, él no ha asesinado. Se dijo así mismo tratando de calmarse, tratarlo como un asesino tampoco era una opción pero... — No te engañes, Jin.— Dijo esa molesta voz en su cabeza. — Es parte de la mafia desde nacimiento, claro que lo ha hecho.— Deseaba pedirle que se calle pero no sabía cómo. --- Es un criminal reconocido, no te enredes, sólo es trabajo para él.

Se sentía mal, mareado, un poco decepcionado por esa idea tal vez, pero debía ignorarlo; NamJoon era su único boleto de salida ante la situación que estaba viviendo, trató de enfocarse en el camino que se volvió muy largo. Apretó los ojos y cerró sus puños, trató de evitar las nauseas que sentía y disimular su malestar pero NamJoon podía notarlo muy bien.

Después de un rato de mucho conducir, llegaron a una mansión enorme; tanto Jin como su madre bajaron desconfiados y con movimientos torpes, observando todo con cuidado y atención mientras mostraban ese brillo curiosos en si mirada. 

— De tal madre, tal hijo, supongo.— La voz del moreno sólo tenía tono para escucharse a si mismo.

Había una buena cantidad de áreas verdes rodeando la casa y árboles enormes plantados en la parte de atrás. Podía suponer que los árboles facilitaban el esconderse si un mal evento llegaba a ocurrir.

Entraron entre servidumbre y jóvenes con armas cuidando su andar, SeokJin pensó después de 5 minutos caminando que podría perderse con facilidad en ese lugar, parecía un laberinto internamente y, si sus sospechas no estaban mal, esa debía ser la casa legítima de NamJoon.

Atravesando varios pasillos una puerta café se presentó ante ellos, pasaron dudosos y tomaron asiento en un sillón muy grande de cuero negro; los hombres de Nam también pensaban entrar, como acostumbraban en las juntas empresariales, pero hizo un pequeño ademán para que se retiraran y obedecieron en el acto.

— Bien, Señora, usted debe ser la única confundida aquí pues SeokJin y yo entendemos perfectamente lo que sucedió, ¿No es así, Jinnie?— Éste asintió ante las palabras del moreno pero no se atrevía a subir su mirada. — Trataré de decirlo lo más claro y fácil que pueda para que comprenda de una.

— Está bien.— La voz de la mujer también estaba en el mismo tono que la de el moreno pero temblaba un poco. No sabía cómo sentirse en esa situación.

— SeokJin está siendo cazado. — Soltó. — Creo que es la forma más correcta de decirlo. La Familia Woo, no, más bien, el hijo menor de la familia Woo está tras SeokJin y al parecer se va acercando cada vez más.— La mujer torció los labios pero entendía bien lo que expresaba en chico frente a ella. — Mi objetivo es protegerlo, no pediré nada a cambio pues es un favor especial para mi hermano mejor, sólo espero que se acaten mis órdenes.

Jin no entendía cómo es que el moreno que tenía enfrente, con ese  tono serio y autoritario, era el mismo con el que había convivido por un tiempo de la forma más agradable que se podía. Su madre negaba con la cabeza ligeramente y una pequeñas lágrimas se agruparon en sus ojos, no era una noticia fácil de digerir.

— ¿Por qué mi SeokJinnie?, ¿Por qué él?— El castaño tomó su mano para tratar de calmarla. Ésta le miró y trató se sonreír con toda la dificultad del mundo. Afrontarían ésto y lo superarían juntos, sabía que sí.

— No me tome a mal el comentario pero hasta yo reconozco la belleza de SeokJin como algo poco normal, es de comprender que alguien desee tenerlo a su lado con tanta desesperación pero éstos no son los métodos.— Suspiró. — Lo hombres caen en la barbarie cuando algo no les funciona en el cerebro y eso, realmente es repugnante.

Esperó a que la mujer se calmara un poco pero no llegaba ese momento, sus ojos seguían acuosos y adoloridos, NamJoon carraspeó un poco y siguió. — Considero que lo más conveniente ahora es que SeokJin se mantenga a mi lado y usted se quede aquí, en mi casa.

Sin desearlo, reaccionó instintivamente. — ¡N-No, por favor no me separes de mi Jinnie, es todo lo que tengo!— Rogó, siempre habían sobrellevado las desgracias juntos y separarse ante una situación tan peligrosa le resultaba casi imposible.

— Y si no me permite cuidarlo como se debe, ya no tendrá nada. — RM tenía poca experiencia con los sentimientos y no creía poder evadirlos en ese instante. — Tiene total acceso a lo que guste en esta casa; a excepción de las habitaciones no disponibles, el estudio de mi padre y el ala Oeste del lugar, los tiene estrictamente prohibidos.

— Lo entiendo.— Sorbió su nariz y abrazó a su hijo, quien se había mantenido callado todo ese tiempo; era comprensible su silencio, estaba dudoso, adolorido, asustado y no sabía qué le asustaba más en ese momento;  el demente JiHo o el frío NamJoon.




Protégelo ~ NJ~ [Paused]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora