Final

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—Creo que deberíamos darnos un tiempo.

—¿De... de qué hablas? —preguntó Marc, mientras los latidos de su corazón se aceleraban.

—No creo que esto siga funcionando.

—¿Por qué?, ¿hice algo mal?

—No Marc, es sólo que no creo que pueda seguir con esto.

—Es por Tristan, ¿o no? —Félix no respondió— Joder, debí saberlo.

—Perdón —habló Félix sin saber que más decir.

—Las cosas no pueden terminar así, espérame, sacaré un vuelo lo más antes posible.

—No Marc —se apresuró a decir— no hagas las cosas más difíciles.

—No voy a dejar que las cosas se queden así.

—Por favor no insistas —suspiró.

—¿Por qué haces esto? —Félix no contestó— ¿te acuerdas lo que me prometiste? Me dijiste que no me cambiarías, que para ti no había nadie mejor que yo, lo recuerdas ¿no?

—Lo recuerdo —susurró, Marc apenas pudo oírlo.

—¿Por qué prometes cosas que no vas a cumplir? —la voz de Marc se quebró.

—Las cosas eran diferentes.

—Diferentes —Marc rió— me dijiste que nadie te había hecho sentir como yo, quiero que me respondas ¿qué fue lo que pasó? —dijo con coraje.

—Estoy confundido, ¿bien? —habló rápido— te amo Marc, pero creo que me gusta Tristan... —Marc lo interrumpió.

—Dime que no lo dijiste —pequeña pausa— lo sabía, pero no quería oírlo de ti.

—¿Cómo podemos seguir si ni siquiera sé que es lo que quiero?

—Es lo peor, Félix, ¿qué hice mal?, ¿No fui suficiente para ti?

—Tú no hiciste nada mal, y claro que fuiste suficiente —pausa— jamás pienses que no.

—Mentiroso —susurró— si hubiera sido suficiente para ti esto no estaría pasando.

—Marc, yo... —lo interrumpió.

—Tú nada, Félix —respiro hondo— no quiero oír más.

Marc colgó, Félix estaba haciendo un gran esfuerzo por no llorar. Mientras Tristan se encontraba del otro lado de la puerta, oyendo toda la conversación. Pasados un par de minutos Tristan decidió entrar, Félix estaba acostado boca abajo en su cama.

—¿Todo bien? —preguntó, sentándose a un lado de él, Félix negó sin siquiera verlo— ¿Qué pasó? —volvió a preguntar, aunque claramente ya lo sabía.

Félix no contestó, pero en un movimiento rápido lo abrazo y empezo a sollozar, Tristan sólo correspondió su abrazo sin decir nada y espero a que Félix se tranquilizara un poco.

—¿Me vas a contar qué pasa? —preguntó suavemente. Félix se separó un poco.

—Hable con Marc —pasó la manga de su suéter por debajo de sus ojos— le pedí tiempo.

—¿Por qué lo hiciste?

—Estoy muy confundido, ¿sabes? —lo vio a los ojos.

—¿Por qué?

—No lo sé —mintió, no quería que Tristan lo supiera.

—Lo lamento.

—No importa, en algún momento tenía que suceder —respiro hondo.

—Eso sí —pausa— pero no estes triste por favor —le sonrió— ¿qué te parece si mejor salimos a comer un helado con los chicos?

Félix sólo asintió y se levantó de la cama. No quería pasar el día pensando en si lo que había hecho estaba bien o mal.

Desde esa vez Marc y Félix no volvieron a cruzar palabra. Marc estaba lo suficientemente mal como para querer volver a salir con alguien más. Mientras tanto Tristan se esforzaba por gustarle a Félix, invitandolo a salir y regalandole cosas. Y al parecer lo estaba logrando.

Félix cada vez se acordaba menos de Marc y pensaba mas en Tristan.

—Esstaba pensando en pedirle a Félix que sea mi novio —le dijo a Owen.

—¡No tienes que pensar!, ¡hazlo!

—Es que no sé si haya superado a Marc.

—Ya pasó tiempo, y es obvio que le gustas viejo.

—¿Cuándo sería conveniente entonces? —preguntó después de pensarlo un poco.

—No lo sé, el viernes —pausa— estaría bien.

—El viernes —repitió— perfecto.

Después de un rato Tristan se encontraba en su habitación con Félix, hablando de cualquier cosa.

—Félix, ¿te gustaría salir conmigo el viernes? —habló interrumpiendo la conversación.

—¿Es una cita? —Tristan asintió— entonces claro que si.

—¡Genial! —exclamó emocionado.

Los días pasaban un poco lentos para Félix pero Tristan sentía que las horas se le acababan y no tenía mucho planeado.

—Necesito que la propuesta sea buena, que sea la mejor que le hayan hecho.

—No te esfuerces tanto —le dijo Dylan— comprale... un gato de peluche, le gustan los gatos ¿no?

—Le compraré el gato mas grande que encuentre entonces —pausa— rosas no puedo, Marc le daba siempre.

—¡Girasoles! —habló Owen ahora.

—Un gato y girasoles —Tristan lo pensó —me gusta.

El viernes llegó y Tristan estaba listo, sentado en la banca del parque donde habían acordado verse. Félix tardó en llegar, pero se veía bien. Al ver que Tristan llevaba en sus manos un gato de peluche y un ramo con tres girasoles, sonrió y se acercó rápidamente a él.

—¿De qué se trata esto Tristan? —decía con una sonrisa inmensa.

—Félix, la verdad no encuentro las palabras para decirte que es lo que siento, pero te aseguró que eres tan especial para mí y te quiero como no tienes idea —pausa— esto y enamorado de ti, y no me imagino mi vida con alguien más si no eres tú. Así que Félix, ¿quieres ser mi novio? —le extendió el peluche y los girasoles.

Félix asintió con la cabeza, tomó los girasoles y el gato y lo abrazó. En esos momentos Félix no se arrepentía de haberle pedido tiempo a Marc. Se sentía feliz y eso era lo que importaba.

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Antes de empezar a decir algo por el final, lean la nota.
El segundo libro ya está Publicado, lo pueden encontrar en mi perfil con el nombre de "Destino".


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