Bombón

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¿Era acaso una amenaza?

No, en definitiva.

No podía dejarse intimidar, era absurdo, no valía tan siquiera la pena de imaginarlo. Era simplemente estúpido.

Al subir al auto que la llevaría a la iglesia donde se casaría, apareció Hanji en su mente, una conversación de hace cuatro días, ambas se habían reunido a beber un café en casa de la castaña.

   — Levi es viudo ahora ¿sabias?

La esposa de Levi había muerto, igual que su hijo.

No existían ataduras ahora, Levi era libre otra vez.

Pensamientos como esos la fueron asaltando durante todo el trayecto, hasta llegar a la iglesia. Para su fortuna, Levi no estuvo presente.

Pero aún así estuvo incómoda, no dejó de mirar atrás donde toda la gente se hallaba.

Se contradecía así misma, quiso y no que el joven de cabellos negros apareciera por aquella puerta colosal.

Toda la iglesia estaba en silencio. Todos la miraron fijamente. Entonces observó su bellísimo vestido blanco. Se estaba casando, o al menos eso era lo que debía de creer.

¿Por qué Levi aparecían en su mente arruinando de ese memorable momento?

Apretó la mandíbula hechandose a correr, no pudo seguir ahí, escuchó como varios invitados gritaron su nombre, pero ella hacía caso omiso...




Habían ya transcurrido de seis días desde que había dejado a Zake en el altar. Hacía seis días que no salía de casa. Tenía montones de llamadas de diversas personas preguntando por su estado, en especial de Zoe, quién resultaba ser la más insistente. Se negaba a responder, se sentía culpable y el recuerdo de como había abandonado todo la azotaba una y otra vez.

Dejó el celular a un lado después de ver el largo historial de llamadas perdidas, suspiró con pesadez levantándose de su cama hecha caos.

Se puso de sus pantunflas en forma rana, dirigiéndose al baño, hoy saldría, no se la pasaría eternamente encerrada solo por haber huido de un matrimonio. Claramente aún habría resentimiento ir algunos invitados en especial por Zake, pues de él ni una sola llamada recibió.

— Al carajo — soltó, se paró frente al espejo mirándose detenidamente — Soy todo un bombón, aún toy chiquita para casarme. Que estúpida.

Rió con cierto lamento, abrió la llave caliente, se quitó la pijama y entró en la ducha.

El Chico Del Tren | Levi Ackerman ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora