Cap. 7: Aprovechandome de la situación

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-¡Booooooon!-

¡que vergüenza que me vea así!, digo, de esta forma en la que me dejaron….¡molido!

Sentí unos pequeños pasos apresurados que venían hacia mí….era escalofriante la forma de como se acercaban rápidamente, pero…..i-inexplicablemente m-mi corazón empezó a latir a mil….sabía quien vendría a socorrer mi aflicción. De pronto, en silencio y con una respiración agitada, acompañada de llanto, aquel muchacho que me volvía cada segundo loco de amor….se arrodilló muy cerca de mí, levantó mi cabeza, la acomodó entre sus piernas, la abrazó y me acarició con su mano derecha, mientras su propia cabeza chochaba con la mía….. “valió la pena” <pensé>; valió la pena la inmensa paliza que recibí….digo, esto lo planee desde un principio, ¿si?....¡no me juzguen por favor!, esta idiotez que acabo de probar era para ver cuanto le importo a Bonnie….aparte…p-para s-sentir su….*sonroja*….¡ay!...es para sentir su calor, su piel suave, su aroma a moritas y….alcancé a escuchar su corazoncito que latía a mil…..solo por mí.

Era una experiencia gloriosa, pero…..pero me rompe el corazón oírlo llorar….

-no te mueras Bon, no me dejes…..-

Esas palabras…….esas palabras me hicieron darme cuenta que me quería con todo su corazón….aunque sonó como si dependiera de mí; al menos así lo entendí. Me dediqué a acariciarle la pierna por reflejo…..mi intención era hacer que se tranquilizara, pero……

-¿uh?- *reaccionó el peli morado*

-Bonnie, ¿estas bien?-

Me dediqué a preguntarle por su estado físico y emocional, ya que….creí haberle visto un moretón si mas no recuerdo.

-oye…- *mostrando incomodidad el de ojos rojos* -¿qué estas…?

-¡aaaah!- *interrumpe el peli azul*

Ay, ay, ay; tuve que gritar como si alguien te pegara justo en una herida muy delicada….me di cuenta de que Bonnie se estaba sintiendo incómodo con la situación; aunque….ahora que lo pienso….es raro que una persona le acaricie la pierna a su amigo….¿eso no es como si desearan tu entre pierna?, si es así….¡raios!

-¡nooo, esto es mi culpa!-

-¡no lo es…!-

Realmente no era su culpa, todo lo planee yo, todo lo hice yo y….como resultado….solo conseguí que él llorara por mí; ¡realmente era mi propia culpa!. Lo bueno era que logré distraerlo de la incomodidad que había pasado…¡uff!, de la que me salvé.

-ayúdame a levantarme por favor…-

Le volví a cambiar el tema para que no se siguiera echando la culpa y así dar al siguiente paso de lo que había planeado.

-pero, pero…-

-¡ay!-

Hay wey, este chico no para de sufrir, ¿acaso tendré que seguir quejándome para que avancemos?


-pero, pero…-
-¡ay!-
Hay wey, este chico no para de sufrir, ¿acaso tendré que seguir quejándome para que avancemos?

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Narra Bonnie:

-¡Booooooon!-

Corrí hacia su cuerpecito *sonroja* c-casi sin vida…..no paraba de llorar y….los nervios estaban tan encima de mí que, las piernas ya ni me respondían. Me logré sentar en el suelo cerca de Bon, levanté su cálida c-cabeza *sonroja* a-acomodándola en mi pecho y me aferré a ella, pidiéndole que no se muriera….. “no te mueras Bon, no me dejes….”, lo acariciaba para que su dolor no fuera tan malo.

De pronto, una cálida y traviesa mano recorría mi pierna izquierda de arriba hacia abajo sin parar, fue de forma tierna…..fue…….calmado; pero…….eso no hacen los amigos….¿será gay?, esperen….¡¡¡¡¿GAY?!!!!

-¿uh?-

-Bonnie, ¿estas bien?-

Por una parte me gustaba que mi Maestro fuera así de cariñoso conmigo *sonroja*…...por otra parte……solo es mi amigo……o al menos eso creo.

-oye…¿Qué estas...?-

-¡aaaay!

Por un momento pensaba preguntarle que estaba haciendo….no se porqué me sentí un poco incómodo….quizá no estaba acostumbrado a esa clase de cariños, menos de él; pero su quejido de dolor y sufrimiento me hicieron distraerme de esos pensamientos que pasaban por mi cabeza.

-¡noooo, esto es mi culpa!-

-¡no lo es…!-

¡sí, así es!, sentía que era totalmente mi culpa….quizá si me hubiese ido corriendo a mi casa….esto jamás hubiese pasado….si tan solo me hubiese defendido…..

-ayúdame a levantarme por favor…- *solicitó el peli azul*

-pero, pero…-

-¡ay!-

Al oírlo quejarse me daba cosita, no quería que siguiera sufriendo, pero tampoco podía hacer algo para ayudarlo por el momento, mas que hacer lo que me pidiera.

Contra viento y mareaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora