Capitulo 24: Dos en uno.

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Aquel pitido daba señal de que pronto terminaría la transformación. En un intento desesperado, Queen Bee tomó un cojín –que estaba sobre un sofa rojo– y lo arrojó a la cara de Nathaniel, corrió al armario y lo cerró; justo a tiempo pues segundos después ya no portaba su traje.

—Diddi! Aguijón a mi– susurró

—Lo siento... necesito comer.–

—Amm... ¿Queen Bee?–

Nathaniel se acercó a la puerta.
Chloè no sabia que hacer y viendo como el pelirrojo intento abrir la puerta, por inercia la rubia la cerró.

—Lo siento, no puedes verme sin mi traje.–

—Entiendo...–

Chloè se asomó por la rendija, le parecía increíble el hecho de que Nathaniel estuviera en su casa, y mas increíble; en su cuarto.

—Sigamos con la conversación.– dijo la rubia mientras veía las expresiones de Nathaniel.

—Bueno, yo... Queria disculparme por lo del beso– jugaba con sus manos nervioso. —Abuse de la situación y no tomé en cuenta tus sentimientos...– miro fijo a la puerta. —Pero, no me arrepiento de nada, ni de ese beso ni de lo que estoy apunto de decir.–

Su pulso se aceleró, le sudaban las manos, le temblaba la voz y la cara completamente roja.
Del otro lado el nerviosismo también se sentía, Chloè ya no sabia que pasaba solo sabia que una palabra podría afectar para bien o mal.

—Yo... me enamoré de ti.–

Cayó! La bomba cayó! El pelirrojo no sabia que hacer le temblaba todo el cuerpo y ninguna palabra se articulaba en su totalidad. La boca se sentía seca y el tragar no era una opción.
Los ojos de Chloè se iluminaron, pero acaso esto no era dejavú?

—¿Esta es la​ parte en la que debo corresponder?– pregunto la voz dentro del armario. —¿Dime eso esperabas?–

Esta vez la rubia se habia vuelto seria, agresiva.
Los ojos de Nathaniel se volvieron cristalinos, las palabras de la heroína le herían.

—No... Realmente no, solo quería hacertelo saber.–

Una risa nerviosa se escuchó entre las puertas.

—Ni siquiera sabes quién soy.– Solo te enamoraste de mi cara sonriente, solo eso.–

—¡No es asi! Yo se quien eres, se que sufres y se que tu sientes lo mismo que yo.– tomó el pomo de la puerta intentando abrir, pero la chica se lo impedía —Por favor, dime que no son ideas mías...– apretó los puños. —dime que no es así.–

—Tienes razón, lo reconozco. Pero si supieras quien soy en realidad tu...– suspiro. —tu y yo no podremos vernos ni hablar mas. Nuestra amistad terminará.–

—¿Y que si me gusta quien eres?–

—No lo creo.–

—Si no abres nunca lo sabremos.–

—No voy a abrir.–

—Lo se, no puedes revelar tu identidad, lo hablamos varias veces.–

Todo el ser de Chloè temblaba, estaba dudosa:
¿que se supone deberia hacer en estos casos?

–Chloè, por favor abre.– una vocesita detras de ella le suplico.

—No Diddi, no lo haré. Tengo miedo.–

—Chloè, puedes engañar a medio mundo pero a mi no.– besó su mejilla. —Nesecitas salir de aquí, tarde o temprano.–

Chloè asintió y giró suavemente las perillas de la puerta.
Nathaniel terminó de abrirlas de par en par

El romance de una chica indecisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora