🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹Capítulo 09 ; Here Comes A Thought🌹
El peli plata había sido arrastrado de regreso a la puerta de la habitación del nipón, hace unas horas el dulce olor que desprendía Yuuri no lograba ser tan fuerte pero ahora este se podía percibir unos metros antes de llegar a la puerta de la habitación.
—¿Es normal que su olor sea así de fuerte?— preguntó con nerviosismo el príncipe, había comenzado a jugar con el borde de sus mangas gracias al estado de preocupación en el cuál se encontraba.
—Mmm... repasemos biología básica de nuevo Viktor: el cerdo llorón de ahí dentro, recordemos, es un omega y nosotros omegas pasamos por etapas llamadas "celo" ¿okey? También resaltemos que con el celo el olor se vuelve más fuerte y de paso nos pone en situaciones un tanto incómodas, Nikiforov.
El oji turquesa aún no daba respuesta de haber comprendido completamente lo que aquella situación implicaba para poder ser llevadera en el caso de el peli negro, pero aún así y sin conocer de mucho tiempo a su huésped podía confirmar que no haría nada que lo perjudicara estando en aquel estado.
El reloj rodó los ojos y después tocó levemente la puerta esperando una respuesta del joven que se encontraba en el interior de la habitación, tuvo que patear tan fuertemente la madera como su cuerpo le permitiera para que al fin después de tantos intentos y llamados el oji café diera una respuesta en señal de que se encontraba bien y dentro de la habitación.
—¿Puedo pasar? Soy Yuri, el reloj... recién me entero de tu amm... "condición"— dijo haciendo énfasis en la última palabra.
Hubo un silencio, después la respuesta afirmativa del nipón. El reloj, ya con años de práctica, abrió la puerta sin problema alguno; la bestia dio unos pasos hacía la puerta, decidido a entrar para asegurarse de que el azabache se encontrara en perfecto estado, pero este fue detenido por el reloj.
—Aún no.— dijo Yuri al peli plateado, quien ahora miraba incomprendido aquella reacción.
—¿Por qué no? Yo también quiero ver a Yuuri.— dijo en forma de puchero, preocupado por el ya mencionado.
—¿Viktor?— preguntó la voz del nipón desde el interior de la habitación— ¿Viktor esta fuera?
—Si... ¿lo dejo pasar?
—¡No! —gritó el oji café sin titubear— ¡Que no entre! Por favor...
—Ya escuchaste Viktor, no te requiere ahora mismo y se encuentra bien.— dichas una vez estas palabras el reloj entró a la habitación de Katsuki y cerró la puerta tras de el.
