🥀¿De qué sirve la belleza exterior si por dentro lo que tenemos es un corazón podrido?
Yuuri Katsuki, un joven que tenía lo que a muchos nos falta: buen corazón y una bondad capaz de hacerte morir de cariño. Un omega deseado por muchos pero rechaz...
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🌹Capítulo 13 ; Rains Of Sorrow🌹
Y así fue cómo el príncipe, sumido en profunda tristeza, volvió a encontrarse con su viejo amigo, ese sentimiento de soledad y dolor que lo había acompañado desde muy joven.
Los sirvientes habían presenciado todo, sabían lo que el destino y el tiempo les tenía preparado así que nadie se quejó. Todos habían encontrado a alguien con quien pasar el poco tiempo que quedaba antes de que todo se volviera real.
El plumero había salido en búsqueda del candelabro lo más rápido posible, una vez que estos se encontraron Phichit apagó sus velas sin chistar para no quemar las plumas de su pareja. El plumero sabía bien lo sentimental que era su novio por lo cual este no se quejo cuando los brazos metálicos que cargaban con las velas lo rodearon con cera escurriendo, era lo mas cercano a un abrazo que podían tener.
Mila por otro lado, comenzó a platicar con la tacita de té para que este se distrajera de pensar en lo que pasaría cuando ya no pudiera moverse y hablar mas.
El reloj, por otro lado, no tenía a nadie de quien despedirse; fue con el viejo piano de cola quién respondía al nombre de Masumi ya que sabía que el si tenía alguien a quién extrañar después de todo.
—¿Hay algo que quieras que le diga a Chris de tu parte?— preguntó hacía el piano.
—¿Se ha acabado el tiempo ya?— contestó este.
—Si... lo lamento.
—Y yo por ti... y en ese caso, dile a Chris que siempre lo amaré a pesar de las circunstancias y que me duele no poder verlo.
—Esta bien
El reloj ya había emprendido su camino a la planta de arriba hasta que la voz de Masumi lo detuvo.
—Yuri,— dijo, este se volteó a mirarlo— Otabek seguro te estaría abrazando en este momento y repitiéndote cuanto te ama... por favor no te vayas pensando otra cosa que no sea eso.
El menor asintió lentamente con la cabeza, no podía romperse justo en esos momentos así que se tragó sus sentimientos y fue a donde se encontraba el armario para llevarle el mensaje.
Por otro lado, el príncipe había regresado a su habitación para contemplar los últimos dos pétalos rojizos de la rosa lentamente perder su brillo y vida para que pronto terminaran desprendiéndose y con eso, atando a todos a la maldición para siempre.
Sabía bien que todos sus sirvientes y amigos se convertirían por completo en utensilios, decoraciones o de mas cosas del palacio y que él... que él perdería la cabeza y se volvería una bestia por completo, ya no tendría control sobre su mente y cuerpo y actuaría por puro instinto animal.
Tomó el violín y lo colocó en el espacio entre su hombro, clavícula, mandíbula y cuello, el arco sostenido con firmeza en su mano derecha mientras que la izquierda estaba preparada en el mango del instrumento para comenzar a marcar las notas musicales que al príncipe se le viniera en gana.
