Capítulo 9.

1.3K 155 5
                                        

Light se mordió el labio, sonriendo emocionado. Ante ellos estaba el escenario principal de la sala donde tocarían los X-Fighters. Gracias a Lawliet que fue el encargado de conseguir las entradas VIP, podrían disfrutar en primera fila del concierto.

—Es increíble que estemos aquí, juntos. Aún no puedo creerlo.

Lawliet le sonrió a su novio, besando su sien mientras sus manos le rodeaban la cintura.

—Y todo gracias a ese foro de Internet. Hice bien en agregarte a la mensajería.

—Calla — dijo Light, abrazándose contra su novio y hundiendo el rostro en su cuello —.Me pone triste pensar que habría pasado si nunca lo hubieses hecho. Mi vida sería un asco sin ti.

—Uhmm...Mi vida será un asco cuando te vayas — susurró sobre sus cabellos, acariciándole la espalda y mirando como los encargados del escenario comenzaban a probar las luces de la sala —. ¿Cuándo hablarás con tus padres?

Lawliet no quería sonar ansioso, pero realmente necesitaba comenzar a hacerse ilusiones con una posible mudanza de Light a Inglaterra. No podía ni siquiera pensar en volver a una rutina prolongada sin él a su lado. No después de tenerle allí.

—En cuanto pise Japón. Te lo prometo — le abrazó, sonriendo emocionado antes de besar su mejilla y colocarse contra la valla de la primera fila.

Tenia miedo. Realmente temía que sus padres le prohibiesen mudarse a Inglaterra en un futuro cercano, junto a Lawliet. Aunque sabia que siempre se había salido con la suya, porque al fin y al cabo era mayor de edad y había evitado a toda costa vivir demasiado arropado por sus padres en el sentido económico. Desde que era un chiquillo, Light siempre estuvo trabajando para buscarse la vida por él mismo y no depender del dinero de sus progenitores. Esperaba que entendiesen que estaba enamorado de Elle y quería un futuro a su lado. A lo mejor las cosas terminaban saliendo mal o quizá todo era más que perfecto.

Light tenia claro que quién no arriesga, no gana.

----

—¡Y cuando el vocalista ha agarrado el micrófono y casi salta sobre el público ha sido una pasada! ¿Verdad que si, Elle?

Lawliet asintió, sonriendo ampliamente. Tras el concierto se habían dirigido a una hamburguesería cercana donde habían quedado con Mello y Near, que escuchaban curiosos la crónica del concierto. Era increíble que tanto su amigo como Light, compartiesen tantísima euforia por aquel grupo de música.

—¿Podemos ir a casa para cambiarnos antes de salir?

—Claro, bebé — sonrió Lawliet, besándole la mejilla a su novio —. ¿Vosotros venís o nos esperáis en el local?

Mello se encogió de hombros, dándole un mordisco a su hamburguesa.

—No se si quiero estar presente cuando lleguemos a tu apartamento y te tires a Light en la ducha.

El castaño se sonrojó, evitando reír. La verdad es que su idea era precisamente esa, aprovechar la ducha con Lawliet antes de salir hacia aquella discoteca.

—Creo que mejor os esperamos en el local — dijo Near, ojeando su teléfono móvil mientras comía distraído un par de patatas. La verdad es que a él no le molestaba demasiado si sus amigos se hacían carantoñas o arrumacos en su presencia. Entendía que Elle quisiese aprovechar el tiempo junto al japonés.

—¿Y cómo es esa discoteca? —preguntó Light curioso, acariciando con mucho cariño el dorso de la mano de Lawliet, que reposaba sobre la mesa.

—Grande y ruidosa — respondió Near, como si fuese la respuesta que todos esperaban.

—Te gustará. Ya verás.

Light asintió conforme, sintiéndose más feliz que nunca. Acababa de ver en directo a su grupo favorito junto a su novio, al que había conocido a través de Internet y con el que las cosas parecían fluir como si de alguna manera estuviesen destinados. Aquel rollo de almas gemelas, medias naranjas...Todo eso que antes no tenia demasiado sentido para él había adquirido un matiz de suma importancia en su vida, demostrándole que quizá estaba equivocado y el destino realmente había actuado a su favor.

----

Se retrasaron unos minutos debido al jueguecito que habían compartido en la ducha. Uno donde los besos, roces y jadeos estuvieron más que presentes. Les había costado apartar las manos el uno del otro pero al final y casi por insistencia de Light (al que le daba mucho apuro dejar plantados a Mello y Near) habían terminado tomando el metro para ir a la discoteca de la que tanto le habían hablado.

En cuanto se reunieron con los chicos y entraron en el local, Light sonrió ampliamente. La decoración era genial, mezclando un ambiente futurista que parecía situarse en una especie de fábrica acristalada y metálica. La música sonaba muy fuerte pero clara, y la pista de baile estaba a rebosar de gente.

—¿Qué queréis beber? —preguntó Mello, encaminándose con ellos hacia una de las mesas al fondo de la sala.

—Lo dejamos a tu elección.

Mello sonrió travieso, besando la mejilla de Near antes de desaparecer entre la gente encaminándose hacia la barra. Los demás se sentaron en los sillones de cuero que había alrededor de la mesa, aunque Light se mantuvo de pie, mirando a su novio.

—Elle, baila conmigo.

—Sabes que soy muy mal bailarín.

Light terminó sentándose sobre el regazo de su novio, de cara a él y metiendo las manos bajo su camisa blanca para acariciarle la clavícula.

—Anda...ven a bailar... — le susurró, usando aquella vocecita de cachorro que conseguía hacer temblar a Elle de arriba a abajo.

Near sonrió divertido, acomodando el brazo sobre el reposa cabezas del sillón.

—Vaya, si que te tiene bien domesticado.

El moreno sujetó al japonés por la cintura, bajando con las manos hasta su trasero y apretando con fuerza la carne. Le mordió el cuello, besándole el mentón segundos después.

—Está bien. Solo una canción.

Como un niño que se ha salido con la suya, Light agarró con firmeza la mano de Elle antes de llevarlo un poco a rastras hacia la pista de baile. Con decisión, puso los brazos sobre sus hombros y le rodeó el cuello, moviéndose sensualmente al ritmo de la canción que sonaba a través de los altavoces. Sintió el rostro de Elle hundirse contra su cuello y eso hizo que ronronease con gusto.

—¿Ves como no es tan terrible bailar?

—Ya veo que no. Así al menos puedo tocarte el culo con libertad.

Riendo, Light besó su mejilla, moviéndose junto a Lawliet y cerrando los ojos. Ni si quiera se acordó de que estaban bailando en un lugar lleno de gente, que seguramente se movían de forma frenética entre ellos.

—Recuerdas...¿Recuerdas cuando te envié aquel mensaje? Esa noche, cuando salí con Matt a la discoteca.

—Claro que me acuerdo. Gracias a ese mensaje comenzamos a salir juntos.

—Si no lo hubiese enviado...¿Estaríamos aquí ahora?

—No lo sé, Light. Yo nunca he tenido mucha confianza en mi mismo. Seguramente me habría callado que me gustabas por la inseguridad de pensar que jamás estaríamos juntos.

—A veces eres muy dramático, ¿lo sabias? — dijo burlón, mirando con la ceja arqueada a su novio.

—Uhm...Si. Me lo dicen mucho.

Light se abraza más a Lawliet, cerrando los ojos y besando su cuello.

—Pero no te preocupes — le susurra al oído —. Porque yo te quiero igual.

El moreno solo puede sonreír, mordiéndole los labios mientras se mueven al ritmo de la música. En su cabeza comienza a sentir el peso de la ansiedad por la marcha de Light, pensando y pensando en si conseguirán construir algún tipo de futuro juntos. ¿Y si no sale bien? ¿Y si resulta que no son compatibles? A Lawliet solo le queda esperar.

A distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora