Capítulo 4.

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Capítulo 4.


// Light Yagami entró en la sala.


Lawliet sonrió al ver como su novio (desde hacia ya un mes y medio) se conectaba puntualmente al programa de mensajería.

No podía creer que al final hubiesen terminado manteniendo una relación a distancia. Una formal y basada en la confianza que ambos se tenían, por rara o alocada que sonase toda esa historia. Por un lado, Mello y Near le habían dicho que no funcionaria porque al final la distancia es mas puta de lo que parece, terminando por enfriar hasta las relaciones mas sinceras. Por lo que le había dicho Light, su amigo Matt pensaba lo mismo y Lawliet odiaba que aquel pelirrojo al que no conocía incitase a su novio para salir los fines de semana a la discoteca.

E.L: has llegado pronto del trabajo ;)

L.Y: en realidad me he escapado un poco antes para poder hablar contigo. Te echaba de menos, Lawli~

Elle sonrió ante aquel cariñoso apodo, mandándole como de costumbre una solicitud de vídeo llamada a su chico. Una que aceptó rápidamente. En cuanto ambas pantallas se sincronizaron, Lawliet se mordió el labio inferior al verle aún ataviado con el uniforme del trabajo.

L.Y: ni siquiera me he quitado aún el uniforme.

E.L: puedes quitártelo ahora.

Light sonrió con suavidad, mirando los ojos negros de su novio mientras su corazón latía con algo mas de ritmo. Debía admitir que aquella semana habían comenzado las charlas subiditas de tono e insinuantes, donde ambos ya rozaban la desesperación por el contacto físico. Pero por ahora eso seria imposible, por lo que se conformó con reír divertido y alejarse con lentitud del ordenador, asegurándose de que Lawliet podía verle muy, pero que muy bien.

Despacio, fue abriéndose la camisa por la parte del pecho, soltando cada botón blanco hasta dejar su torso al descubierto. Sonrió satisfecho cuando vio a través de la cámara como Lawliet tragaba saliva y movía los dedos sobre el teclado casi de forma inmediata.

E.L: a ver, no te veo muy bien todavía :p acércate más.

Light rió divertido, acercándose y activando el sonido del micrófono para no tener que usar el teclado.

- ¿Sabes que eres un pervertido?.

- Y eso te encanta, ¿a que si?. - le guiñó el ojo,acomodándose mejor en la silla mientras miraba a su novio contornear las caderas al ritmo de la suave música que comenzó a sonar en el dormitorio.

Dios...Light lo ponía tan caliente que no sabia como iba a aguantar sin verle tantísimo tiempo. Ya habían decidido que se quedaría unos días en su apartamento en Inglaterra para asistir al concierto juntos por lo que la espera se hacia muy cuesta arriba.

- Light, me estás poniendo malo. Si sigues así me voy a volver loco.

- ¿Y si hago esto?. - Light se quitó del todo la camisa, dejándola caer al suelo cerca de sus pies. Se rozó con la yema delos dedos la piel del pecho y se mordió parte del dedo índice, sonriendo.

Lawliet se masajeó el puente de la nariz, gimoteando de forma graciosa. La distancia era horrible y en aquel momento si que la odiaba con toda su alma.

- Quiero tocarte.

- Y yo que lo hagas. - su novio se mordió el labio, con las manos apoyadas en la mesa y los músculos de sus brazos en tensión debido a la postura. Lawliet se perdió en sus ojos color miel.

Habían hablado de sexo, bastante además. Lo que comenzó con charlas sobre sus relaciones íntimas, terminó con un tonteo que dio paso a frases calientes y el confesar que postura sexual les gustaba más o que "rol" adoptaban durante el sexo. Saber que Light prefería ser el sumiso, había hecho que Lawliet no llevase bien el no poder hacerlo debido a la distancia que los separaba. Joder, lo que daría por un beso de Light en aquel momento.

- Light. Estoy bastante cachondo ahora mismo.

- No te creo, necesito pruebas. - sonrió con inocencia, sentándose en la silla frente a la pantalla y esperando paciente que su novio continuase.

Lawliet se puso en pie, ladeándose con una ceja arqueada y una sonrisa de medio lado que no auguraba nada bueno. Light se relamió el labio al ver su erección abultada bajo los pantalones, una que parecía necesitar con urgencia un buen desahogo. Jadeó débilmente, sonrojándose ante el buen porte de su novio. No veía el momento de dejar que se hundiese en el interior de su cuerpo.

- Quiero mas pruebas. - con una risilla, Light se acarició la zona cercana del ombligo, satisfecho cuando hizo que su novio se quitase también la camiseta.

- Y luego el pervertido soy yo.

Deforma que fue algo tortuosa, Lawliet se desabrochó el pantalón hasta quedarse en ropa interior. Unos bóxers negros muy sexys que le marcaban la zona de los oblicuos y resaltaban su bonito cuerpo. Tomó asiento frente a su novio, mirándolo a través de la pantalla y siguiendo el movimiento de sus dedos sin perder detalle de como se deslizaban hacia abajo, muy cerca de la entrepierna.

-¿Vas a tocarte?.

-¿Quieres que lo haga?.

-Si... - Lawliet tomó aire, mordiéndose los labios cuando su novio metió la mano dentro de su ropa interior.

El ambiente se caldeó bastante, de una forma casi animal. Light echó la cabeza hacia atrás, masturbándose con sensualidad y acallando como podía sus propios gemidos debido a que sus padres estaban en la planta inferior de la casa. Lawliet no pudo evitar acompañar al chico, acariciándose mientras se miraban a los ojos, sonriéndose con travesura y disfrutando de la excitación que les producía el poder observarse de aquella manera.

Las mejillas ruborizadas de Light, los labios entre abiertos y sus gemidos entre cortados eran música en los oídos de Lawliet.

-Joder...Light...que ganas tengo de follarte... - se mordió el labio, gimiendo de forma ronca sin contenerse lo mas mínimo.

-¿Será lo primero que hagas cuando nos veamos?... ahhh...Elle... - aumentó el ritmo, acompasándolo al de su novio demasiado excitado como para pensar algo coherente.

Lawliet gimió con fuerza cuando llegó al orgasmo, acompañado por Light que con dificultad tuvo que cubrirse la boca para no hacer ruido cuando alcanzó también el clímax junto a él. Respirando agitados, se miraron con una suave sonrisa traviesa y un ápice de tristeza en los ojos.

Era muy difícil superar la barrera de la distancia, era difícil también cuando ambos no podían hablar entre ellos durante un día entero por alguna razón y los celos o el "que estará haciendo y con quién" se abría paso dentro de ellos como una especie de huracán.

A distancia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora