After Plastic Beach [2DxNoodle]

1. Vida Cotidiana

Hola, sí soy yo, Noodle la guitarrista de la empolvada banda Gorillaz y aquí estoy preparándome para el trabajo. Es tan raro saber que las cosas pueden cambiar de un día para otro, pasar de ser una famosa guitarrista llena de fanáticos a nivel mundial a ser ahora vendedora en una tienda de discos donde actualmente la mayor parte de la música no era más que basura comercial inútil. Mientras me colocaba sombra negra en los ojos rasgados, sentí que alguien tocó ligeramente mi puerta y la abrió con delicadeza, era aquel peliazual desdentado de ojos hundidos, sonriéndome de manera tierna.

-¿Estás lista, Noodz?- me preguntó, bostezando y entrando a mi habitación. Volteé a verlo y le devolví la sonrisa asintiendo. Peiné un poco más mi cabello para que se vea bien y acomodé mis botines. Me puse de pie arreglando mis shorts y mis medias rayadas color blanco y negro mientras que desconectaba mi teléfono que cargaba en la mesa de noche junto a aquella foto que traía lindos recuerdos a mi cabeza.

Al voltear hacia 2D, vi que sus mejillas estaban sonrojadas a más no poder y sin decirle nada salí con mi teléfono, audífonos y lentes de sol en mano hacia el pasillo cerrando la puerta con pestillo para evitar que entraran a mi habitación intrusos como ladrones o Murdoc.

-¿Desayunamos aquí o vamos a Starbucks?- Le dije a Toochi en voz alta, sonriendo de manera traviesa sabiendo quién estaba en la cocina.

-Alto ahí ambos- dijo Russ, con su enorme figura saliendo del susodicho lugar con una espátula en mano y un delantal amarrado a su cuerpo- Jamás pensé que Dents o mi princesa rechazarían mi comida.

Toochi y yo reímos, mientras que Russel nos miraba con el ceño fruncido a ambos y entraba a la cocina. Russel era taxidermista y profesor de percusión para mocosos con ganas de formar una banda para divertirse, así que ahora el moreno tenía que levantarse muy temprano para cocinar y prepararse para salir a trabajar.

-¿Que hay de comer hoy, viejo?- preguntó el peliazul sentándose en la mesa apoyando el mentón en su mano y encendiendo un cigarrillo, olía a ducha de desodorante Rexona.

Russ no contestó, seguía algo resentido por la pequeña broma, aunque él sabía que casi siempre bromeábamos así con él. 2D entrecerró sus ojos del cansancio y yo noté una mancha curiosa en su mejilla que me hizo soltar una carcajada.