3. Sabor wasabi

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Noodle

Nathan no vino hoy a verme trayéndome el café con crema de todos los días, así que tuve que conformarme con el jugo de arándanos que Russ me mandaba en la bolsa del almuerzo junto a los sándwiches de pollo con papas fritas y una ensalada de frutas. Sam salió a comer afuera con sus amigos encargándome la tienda, así que al terminar mi comida limpié un poco y luego aproveché la completa soledad del lugar para tocar un poco la guitarra como en los viejos tiempos. Usaba la que nunca se vendió en la época fallida donde se intentó vender instrumentos musicales en la tienda. Pasé un rato tocando acordes de las canciones antiguas de Gorillaz como Clint Eastwood, Rock It o Feel Good Inc disfrutándolo como antes. Se me venía a la mente esos momentos en los que con tan solo 13 años me lucía en los conciertos y los disfrutaba a más no poder.

Hasta que escuché a Sam volver a la tienda y pisé la realidad, ya no era la famosa guitarrista nipona de 14 años, ahora era una guitarrista nipona vendedora de discos de 24 años con una vida común

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Hasta que escuché a Sam volver a la tienda y pisé la realidad, ya no era la famosa guitarrista nipona de 14 años, ahora era una guitarrista nipona vendedora de discos de 24 años con una vida común.

-Me sorprende que no aproveches que la tienda esté cerrada para fumar- me dijo ella, volteando el cartel pegado a la puerta de "Lo lamento, estamos cerrados" a "Bienvenido"- De verdad estoy muy drogada para trabajar, Nood.

-Eres un desastre- dije, mirando como Samantha se tiraba en el piso alfombrado.- Pones tu cuerpo en el lugar donde pasan zapatos sucios de extraños...

Ella se sentó en el piso apoyada en los estantes donde se exhibían los discos y sacó su celular, tenía los ojos completamente rojos y apestaba a hierba. Si el supervisor llegaba hoy la iban a despedir a la primera, y como el supervisor de ahora era gay pues ella no podrá usar su bien formado cuerpo para tener otra oportunidad; daba igual, nunca la descubrían y era hasta cierto punto bastante divertida cuando se drogaba.

-Ustedes los asiáticos con sus costumbres de no usar zapatos en casa- me dijo masticando un chicle y lanzándome uno envuelto.- Espero te guste el sabor a cereza, era el único que seguía de oferta.

Lo atrapé como si fuese una pelota de baseball.

-Gracias por el chicle en oferta, Sam- me reí abriendo el empaque y mascando uno- ¿Sigues hablando con ese tipo de Tinder?

Ella asintió mientras seguía texteando, casi ignorándome. Luego dejó su teléfono a un lado y abrazando sus piernas me sonrió de forma infantil.

-Es un tipo bastante lindo y tiene los mismos gustos que yo- wow, era rarísimo que ella hablara así de un chico. Mayormente sólo se fijaba en los tipos con dinero para comprar marihuana o pagar la renta atrasada de su apartamento compartido.- Además me ha invitado uno de estos días a tomar algo en su casa y a escuchar sus vinilos.

After Plastic Beach [2DxNoodle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora