𝗖𝗜𝗘𝗟𝗢 𝗔𝗭𝗨𝗟 ท้องฟ้า ━━ 𝖳𝖧𝖨𝖱𝖣 𝖪𝖠𝖬𝖨𝖪𝖠𝖹𝖤 𝖸 𝖳𝖴́

Capítulo 21

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Acababa de despertarme. Hoy no tenía clases, estaba aburrida y faltaba una hora para ir a Kamikaze.

—¿A dónde vas? —preguntó al verme pasar con una cara larga.

—No sé, iré a caminar y ya.

—De acuerdo, no llegues tarde porque debes llegar temprano para el ensayo.

—Lo sé, gracias.

Salí a recorrer la grandiosa ciudad. Fui al parque y observé el cielo. Parecía que desde ese día, siempre que estaba en el parque y miraba fijamente el cielo me acordaba de él, de Third. ¿Acaso era una maldición?

—¡_____!

—Hola Perth ¿Cómo estás?

—Bien, ¿Y tú? Tienes cara de perro mojado.

—Más o menos. —sonreí un poco.

—¿Y eso por qué?

—Por lo de Third.

Comenzamos a caminar alrededor del parque. El día era bueno. Las familias a los alrededores parecían disfrutar del aire libre. Risas y carcajadas se escuchaban lejos y cerca.

—No sé si podamos arreglar las cosas.

—Creo que deberías olvidarte de él.

—¿Eh? —fruncí el ceño.

—Por el momento. —sonrió. —¿Qué tal si vamos al cine con Pau y Cata?

—Me parece una buena idea.

Omnisciente

Marc se encontraba de camino a la casa de Third, su mejor amigo. Quería apresurarse, ya que estaba llegando tarde. Corrió lo más rápido que pudo, entonces chocó con alguien.

—Lo siento. —dijo una voz femenina.

—No, yo lo siento. —respondió apenado.

—¿Te conozco? —ambos se miraron fijamente por unos segundos.

—Creo que sí. —titubeó. —No te recuerdo muy bien.

—Espera... ¡Marc! ¡Marc Kamikaze!

—Sí, ¿Cuál es tu nombre?

—Mi nombre es Catalina, pero me puedes decir Cata. —sonrió. —Soy amiga de ____.

—¡Claro! ¡Fueron a la Full Moon Party.

—Así es.

—Bueno, me gustaría charlar más tiempo, pero se me está haciendo muy tarde.

—Claro, no te preocupes, nos vemos.

—Adiós.

Third

Marc al fin había llegado y yo ya me estaba quedando dormido. Literal.

—Hasta que te dignas a venir. —hablé con voz adormilada.

—Lo lamento. —se sonrojó.

—Empecemos a ensayar.

Comenzamos por quitar algunas cosas de mi habitación y después comenzamos. Ambos hacíamos lluvia de ideas de vez en cuando, cambiamos pasos, los mejorabamos, etc.

(...)

Habíamos bailado por quién sabe cuánto tiempo. Estábamos jadeando, cualquiera que pasara por mi puerta pensaría que estuviéramos haciendo otra cosa. Nos costaba respirar. Caímos rendidos a la cama.

—Espero de después de todo esto,  ______ nos perdone. —habló con algo de trabajo.

—No siento mis piernas...

—Pues más vale que sientas las piernas, porque tienes que bajar por agua.

—¿Eh? —él asintió.

—Lo siento bro, te toca.

—A veces te odio.

Con un poco de trabajo me levanté y llegué las escaleras. Las observé por un largo rato y me imaginé el cansancio que iba a sufrir. Finalmente me decidí por lanzarme por el varandal, rápidamente llegué al piso de abajo y oí unas voces.

—Hola, Third.

—Hola, Elena.

—Algo pasó allá arriba. —dijo Misty al observar las gotas de sudor cayendo de mi frente.

Con mi mano temblorosa llené dos vasos de agua. Todo el cuerpo me dolía, por un momento creí que la resistencia física que había ganado en Kamikaze había sido mentira.

—¿Qué haces haya arriba? —preguntó Elena.

Le conté la historia brevemente, aprovechando para descansar un poco y relajar las piernas.

—Espero que te perdone.

—Yo también.b—contesté.

—¡Ey!

Marc se asomó desde las escaleras, estaba igual o peor que yo. Se tenía que sostener fuertemente del barandal para no caer.

—Estoy esperando mi agua.

—Señor sí, señor. —susurré.