No entendía.
Honestamente, no entendía.
¿Y qué era lo que no entendía? ¡Que hubiese hecho pasar al flamante Dr. Uchiha a su casa! Definitivamente se había vuelto loca. Sí, eso debía ser, porque no encontraba una razón lógica que explicara lo que estaba haciendo. Sasuke tenía razón en una cosa, era una insensata que, para variar, se estaba dejando llevar por su conciencia sin pensar antes con la mente fría.
Encontrándose en la acogedora sala de la casa de Sakura, ambos se miraban completamente incomodos. Y no solo por el hecho de estar empapados de pies a cabeza, sino porque el ambiente, así lo era. Ella lo miraba extrañada, haciéndole millones de preguntas con la mirada, tratando de descifrar qué era lo que se proponía. Y Sasuke... él solo la miraba vagamente. O por lo menos, eso era lo que trataba de hacer, ya que no le resultaba sencillo ignorar el estado en el que se encontraba esa chica a la que repudiaba solamente por el hecho de ser una voluntaria, sin el más mínimo sentido de docencia médica.
Si bien es cierto que Sasuke había ido hasta allá solo con la idea de disculparse y verificar que no se estaba muriendo de un paro respiratorio, sus prioridades habían cambiado drásticamente desde el mismo momento en el que le abrió la puerta. Ahora, solo se concentraba en olvidar que ella estaba mojada, vistiendo solo una camisa y una pequeña prenda rosa que de vez en cuando se podía vislumbrar debajo de sus piernas.
La próxima vez que sintiera la necesidad de saber algo sobre alguno de sus pasantes o, en ese caso, voluntaria, mandaría todo a la mierda y esperaría a que el astro sol se mostrara para llamar, o pedirle amablemente a Shizune que lo hiciera. De esa forma, se evitaría escenas tan embarazosas como la que estaba viviendo en ese momento, y que probablemente el imbécil que estuviese en la habitación de arriba, saliera en calzones demostrando que, en efecto, habían cogido.
¿De quién se trataría? ¿De alguno del West? No, no lo creía posible. Ella nunca había tenido el tiempo suficiente para eso. Además, él tampoco pensaba permitirlo. Lo que ella hiciera o dejara de hacer en sus tiempos libres era muy su problema, pero mientras estuviese en horas de "servicio" y siendo vigilada por él, no tendría tiempo de flirtear ni siquiera con su reflejo. Y no le importaba en lo más mínimo tener que ordenarle trescientas tazas de café para evitarlo, ella no lo haría.
Estaba totalmente consiente que Sakura no poseía conocimientos de cirugía ni nada que se le pareciera, pero eso no significaba que dejara de ser uno de los rostros más bellos que había visto hasta los momentos. Y ni hablar del cuerpo... Así que ese idiota con el que había follado, debía ser todo un experto en el tema del sexo o por lo menos lo suficientemente atractivo para poder haberse metido en sus sábanas. Una chica tan bonita no podía mezclarse con cualquier idiota.
Removiéndose un poco en la esquina del mueble donde estaba acurrucada, Sakura seguía viendo a Sasuke, preguntándose qué era lo que pasaba por su mente mientras la observaba de esa manera tan rara e intensa. Bueno, quizás la pregunta estuviese demás, ya que ella tenía ambas piernas recogidas y pegadas a su pecho, haciendo que parte de sus muslos posteriores e inclusos sus glúteos, se pudieran observar. No era la postura más adecuada, es cierto, pero estaba haciendo un frio de mil demonios y dejarlo allí solo, habría sido de mala educación. Además, de haberse cambiado, habría tenido que proporcionarle algo caliente y seco también a su querido superior, y hasta allá no llegaba su buena voluntad. Quería que en lo que saliera el sol, se fuera de su casa. Así que prácticamente estaba contando los minutos que faltaban para eso.
No era una mala persona, pero se había dicho que no toleraría nada que se relacionara con Sasuke y así lo haría.
Repentinamente, un trueno se hizo presente en el cielo, resonando e iluminando todo a su paso, provocando que Sakura diera un pequeño salto en su lugar y se aferrara a la tela del sofá, cerrando fuertemente sus ojos. ¡Cuánto los odiaba! Pero no más de lo que odiaba a Sasuke Uchiha. Eso era seguro.
ESTÁS LEYENDO
West Hospital
FanfictionAyudar a los demás. Ése, era el lema de vida de Sakura Haruno, hija de una de las mejores cardiólogas del mundo y subordinada de Sasuke Uchiha, quien pensaba que por tener un apellido bonito, podría barrer el piso con ella. Si eso creía, no estaba n...