Cuando las luces comenzaron a fallar, Sasuke supo que las cosas no terminarían bien. Algo en su interior se lo decía. Y mira que odiaba tener esos presentimientos, ya que por lo general, terminaban cumpliéndose. No obstante, mantuvo su optimismo firme y hasta el final, tratando de creer que sólo se debía a una pequeña falla técnica. Pero al sentir la sacudida del elevador y al ver que las luces dejaban de funcionar, se dio cuenta que la falla no era tan pequeña como llegó a pensar.
Él sabía que lo mejor en ese instante era tratar de mantener la calma, pero la mujer a su lado no parecía ser una persona muy familiarizada con el término, ya que al momento de escasear la luz dentro del ascensor, sintió como lo tomaba fuertemente del brazo, apegándose a su cuerpo.
De haberse tratado de otro tipo de situación, hubiese hecho todo lo posible por hallar su rostro y burlarse descaradamente de lo miedica que estaba siendo, pero lo que sucedía en ese preciso momento no era nada cómico y probablemente, de haberlo hecho, Sakura habría terminado dándole un puñetazo. Además, Karin lo estaba esperando afuera. El favor que le había concedido, se lo estaba cobrando caro.
– ¿Estás bien? –Le preguntó con tono grave y tocando una de sus femeninas manos.
Casi como si el roce le hubiese quemado la piel, Sakura lo soltó. –Estoy bien. –dijo de forma afirmativa, colocándose donde se encontraba inicialmente y sacudiendo un poco su ropa. ¿Acaso pensaba que tenía pulgas?
–Pues eso no es lo que parecía. –atacó Sasuke sonriente.
Había tratado por todos los medios no ser un gilipollas, pero ella tampoco colaboraba.
– ¿Qué ha pasado? –la escuchó preguntar, ignorando su comentario y mirando hacia las luces, ahora apagadas, del ascensor.
–Supongo que ha habido alguna especie de falla eléctrica.
Sin embargo, al Sasuke acabar aquellas palabras, un trueno resonó, haciéndoles saber cuál era la razón de lo que estaba sucediendo.
– ¿Otra tormenta? –susurró Sakura, achicando los ojos. –En Portland es normal, pero... últimamente hay demasiadas.
Ella tenía razón. Y Sasuke también pensaba lo mismo. Hacía años que no estaba en Portland, es cierto, pero aun así conocía exactamente el clima de su ciudad natal.
–Probablemente se trate de un cambio climático.
O al menos, esa fue la razón más lógica que pudo encontrar para tratar de explicar por qué estaba lloviendo tanto y de aquella forma tan brusca y venteada.
Recostándose de una de las paredes de metal del ascensor, Sasuke se dejó caer hasta llegar al suelo para luego extender una de sus piernas como si estuviese en la sala de su casa, provocando que Sakura observara detenidamente cada uno de sus movimientos.
– ¿Qué está haciendo? –le preguntó con el ceño fruncido.
–Esperar. –dijo sin más y casi como si estuviese en un consultorio odontológico esperando a ser atendido.
Sakura, apartando su vista de él, se acercó a las puertas del ascensor y comenzó a golpearlo repetidas veces.
– ¡Hola! –gritó. – ¡Auxilio!
Ella podía gritar todo lo que quisiera, nadie los ayudaría. Todo el personal en ese instante estaba ocupado. Los únicos que se iban temprano eran ellos dos que por mera casualidad, habían coincidido y él sabía por qué.
Ese día, se celebraría una conferencia para discutir los nuevos sistemas que se podrían implementar en las áreas de neurocirugía y pediatría, por lo cual, un representante de cada una de esas especialidades, tendría que ir. No obstante, Sasuke era encargado de seleccionar a la persona más capacitada de pediatría para acompañarlo. Karin, al enterarse, claramente quiso hacerse espacio en la conferencia, negociando el ingreso de Sakura a su área. Al principio, él ya había pensado en su vieja amiga, pero antes de que pudiera repasar el listado de las demás personas, tomó provecho de la situación. Era por esa razón que Sakura y él estaban allí, juntos. Apostaba que Karin por ser la residente de pediatría, había salido a la última y quizás por ello, tomó las escaleras, gracias al apagón.
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West Hospital
FanfictionAyudar a los demás. Ése, era el lema de vida de Sakura Haruno, hija de una de las mejores cardiólogas del mundo y subordinada de Sasuke Uchiha, quien pensaba que por tener un apellido bonito, podría barrer el piso con ella. Si eso creía, no estaba n...