Chicas, lo siento mucho. Cometí un error. Publiqué el capítulo 9 en vez del 8. Estoy corrigiendo lo sucedido. De verdad, mil disculpas.
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– ¿Sakura? –escuchó sorpresivamente la voz de su madre en el mismo momento en el que llegó a su casa y aventó con fuerza la puerta principal. – ¿Eres tú?
Mebuki, sin perder tiempo, salió de la cocina y llegó hasta la entrada de la casa, mirando a Sakura.
Ver a su madre allí era extraño. Hubiese apostado que quizás se encontraba en una operación, conferencia o cualquier otra cosa que la necesitara más que su propia hija. Tal vez, ese, pareciera un pensamiento un poco egoísta teniendo en cuenta que su madre salvaba vidas. Además, era obvio que ella no podía interponerse en eso, pero vaya que le hubiese gustado poder tener una infancia normal como cualquier otro niño que disfrutaba a plenitud de su madre.
–Hola, madre. –respondió sin ánimos y con una cara que dejaba muy en claro que no estaba de humor para nada, ni siquiera para la increíble comida que Mebuki probablemente estaba preparando. Cosa que le daba un dolor de ovarios terrible, ya que a pesar de ser una mujer con muy escaso tiempo, su madre solía aprovechar el poco que le sobraba para compartir con ella y a su vez, Sakura adoraba el gesto, sobre todo porque hacía ver sus maravillas culinarias. Sin embargo, esa noche nada podría cambiar la ira que le estaba corriendo por las venas. Ni siquiera un pie de limón o un profiterol de nutella.
– ¿Estás bien, cariño? –preguntó Mebuki, mientras se quitaba los guantes esponjosos de cocina. Aunque en vez de parecer un ama de casa, se vio más como la cirujana que era. Ya tenía el habito.
Sin querer entrar en detalles, Sakura solo asintió y se dirigió a las escaleras. Al igual que aquella noche, quería llegar a su cama y tratar de olvidarlo todo. No había razón alguna para mantener tan estúpidos recuerdos en su mente. Sasuke no lo haría. Lo que pasó, solo fue un momento de... ¿adrenalina? Bueno, no sabía exactamente qué era lo que había pasado, pero tampoco le daría muchas vueltas al asunto.
–Sakura Haruno–ante ese llamado en específico, Sakura se quedó de piedra. Era muy extraño cuando su madre la llamaba por su nombre completo y si lo hacía, era porque había descubierto que algo pasaba con ella. ¿Y cómo no? Estaba siendo demasiado obvia.
Al enfrentar los ojos verde manzana de su madre, se dio cuenta que se había cruzado de brazos y la observaba con una ceja enarcada.
Esa ceja... Sasuke siempre hacia algo muy similar.
¿Pero bueno, qué coño? ¿Por qué tenía que recordar la cara de ese idiota cuando veía a su madre? Eso era el colmo. Claramente algo muy grave estaba sucediendo con ella. No era normal. Además, él, de seguro, estaba feliz como una lombriz y pasándola de flores junto a Karin. Así que su único deber en ese instante era concentrarse en el peligro inminente que se mostraba delante y que sin duda alguna, le dispararía infinitas preguntas.
– ¿Si? –miró a su madre y le dedicó una sonrisa falsa.
– ¿Qué ocurre? –antes de que pudiera si quiera abrir la boca, su madre alzó uno de sus dedos. –Y no te atrevas a decir que "nada". Soy tu madre, jovencita, y te conozco.
Era claro, jamás podría mentirle a su madre y solo una persona con escasos dedos de frente lo haría.
Resignándose, bajó los escalones que había subido y arrastró los pies hasta la mesa del comedor, donde la comida ya se encontraba servida. El pescado se veía delicioso, pero su madre bien sabía que ella era una mujer con unos gustos mucho más diferentes y que prefería comida menos sanas.
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West Hospital
FanfictionAyudar a los demás. Ése, era el lema de vida de Sakura Haruno, hija de una de las mejores cardiólogas del mundo y subordinada de Sasuke Uchiha, quien pensaba que por tener un apellido bonito, podría barrer el piso con ella. Si eso creía, no estaba n...