Luego de todos aquellos sucesos en hueco mundo (Capítulos 200-420. Tomos 30-57. Saga Hueco Mundo).
La vida de nuestros amigos ryokas y shinigamis seguía su curso habitual. Entre el instituto, los paseos en grupo y sus inolvidables almuerzos en la azotea, sin olvidar los ataques de los hollow que aparecían de vez en cuando.
Era un día hermoso, soleado. Los pajaritos cantaban, los rayos del sol alumbraban el cielo matutino, los habitantes de la ciudad se saludaban amablemente dispuestos a empezar su jornada diaria.
Era una ciudad tranquila. Personas caminando apresuradas a sus trabajos, niños enfadados por levantarse tan temprano, algunos mas compartiendo la primer comida del día en familia.
En una linda cocina de una casa muy acogedora, una pequeña niña rubia y muy sonriente preparaba el almuerzo con mucho cariño para su amada familia. A unos cuantos metros de allí, en una habitación masculina pero ordenada, se despertaba un pelinaranja con un extraño buen humor. Se colocó ambos brazos detrás de su cabeza, miró el techo de su habitación, suspiró hondo
-Mmmm. Huele muy bien. Seguro es el delicioso desayuno de Yuzu- se decía en voz baja con una pequeña sonrisa casi imperceptible. Se levantó y de su closet salió un pequeño león amarillo, muy molesto.
-Deja dormir. Qué falta de respeto por los que nos desvelamos toda la noche.
El pelinaranja volteó a verlo con cara de enfado y pereza.
-Respetaría tú sagrado sueño si te hubieras desvelado por algo productivo. No por estar espiando a la enana.-
Cuando se dirigía a abrir la puerta de su habitación, esperando vivir lo mismo de todas las mañanas y sin equivocarse. Al abrirla lentamente solo escucho un grito.
-Ichigooooooooo! Despierta! En guardia, hijoooooooo!
Tras del grito hizo su aparición un hombre de mediana edad, pero con muy buen aspecto. Cabello negro y músculos bien definidos. Se dirigía al pelinaranja con su muy famosa patada doble, la cual esquivó muy oportunamente el shinigami sustituto.
Al esquivarla obviamente el pobre de Ishiin se estampó en la pared. Aún en el suelo, con un rostro de orgullo y dolor miró a su hijo.
-Tou che, hijo. Cada vez me enorgullezco más de ti.-
El pelinaranja rodó los ojos y negaba con la cabeza incrédulo de la suerte que le toco con un padre así.
-Viejo, tú ya no cambiarás nunca, ¿verdad? Qué fastidio.
Pasó sin importarle nada y bajó a la cocina. Saludó a sus hermanas.
-Buenos días Yuzu, Karin-con una sonrisa que solo le regalaba a muy pocas personas entre ellas sus queridas hermanas.
Yuzu volteó a verlo. En sus manos, traía un sartén que contenía unos ricos huevos con jamón.
-Hola Ichii-ni. ¿Esta vez desayunarás con nosotros? Ah, por cierto. Rukia-chan se fue temprano. Vino por ella Tatsuki-chan- decía esto mientras serbia en los cuatro platos que había en la mesa.
El pelinaranja escuchaba muy atento, aun de pie frente a la mesa, cuando Karin le dice:
-Oye ichii-ni, ¿no se te hace tarde para pasar por Mizuiro?
El pelinaranja dirigió sus ojos a un reloj que estaba atrás del comedor.
-¿Qué? No puede ser aun no me baño. Lo siento, Yuzu-y corrió subiendo las escaleras.
Ya en las calles de karakura, una pequeña shinigami iba acompañada de una pelinegra rumbo al instituto. Lucían radiantes por el sol que las iluminaba, aunque no disimulaba sus caras de angustia.
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Un Sacrificio de Amor(Ichihime)
FanfictionLos peligros no han terminado, la verdadera guerra ahora comienza, un sentimiento que se descubre en la desesperación del peligro de perder a ese ser amado, la verdad del origen y la evolución de un ser divino, un corazón que descubre cuanto puede s...