5.

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—Lo encontré.

Informó con voz gastada y quebrada a través del comunicador al instante en que divisó a Peter, su Peter con el uniforme totalmente sucio y el rostro empapado el lágrimas.

¿Cómo sucedió?

Steve, Tony y él lo dejaron a las puertas del colegio. Lo despidieron como todos los años en el primer día de clases, le desearon lo mejor y lo llenaron de consejos.

¿Por qué no fueron capaces de verlo antes? De prever...

—¡B-Bucky! —Peter enrolló sus brazos y piernas alrededor del hombre, aferrándose a él cual naufrago a un trozo de madera. —C-Creí que me... que me...

James con el corazón apretado a un nivel doloroso envolvió la cabecita con su mano metálica, asegurándose de que ni un solo cabello estuviera fuera de lugar. Apretó los labios. Peter estaba seguro en sus brazos y Steve y Tony le estaban dando la paliza del siglo a los enfermos que se habían llevado al niño.

Su pequeño Peter.

—¿Estás bien?

—S-Sí... Me asustaron, querían que papá les construyera un arma. —James tembló al oírlo.
Habían sido suertudos. No cualquier víctima de secuestro es hallada en menos de cuarenta y cinco minutos.

Los peores de su vida.

—Nunca más Peter, nunca más pasarás por esto.

—Por supuesto que no. —Steve Rogers ingresó en la habitación con los nudillos manchados en sangre.

—Steve, no me digas que hiciste una-

—No, soldado. No dejaría a mi esposo arruinarse. —En ese momento entró Tony y se acercó a ellos. —Los decoramos un poco, la policía ya se hizo cargo. —El encogimiento de hombros y la posterior mirada de anhelo en la dirección en la que resguardaba a Peter le hizo darse cuenta de que el niño necesitaba del amor paterno.

—Ve, pequeño... Sólo estamos nosotros tres además de ti en la habitación. —Lo instó a salir del lugar al que se había adueñado en su pecho.

—Todo está bien, mi campeón... —La voz cálida y más cercana de Tony lo hizo reaccionar y entonces James pudo ver el inmenso gesto de desconsuelo en el muchachito que recién alzaba la cabeza por sobre su hombro.

—Papi...

Los jóvenes brazos hacía arriba derritieron el corazón de Stark, quien no dudó en tomarlo contra su pecho aún cubierto de la armadura. Como si su Peter volviera a los cuatro años. Cuando una pesadilla lo orillaba a correr al dormitorio paterno.

AdmiraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora