Una flor tan delicada no puede ser una serpiente

1K 46 4
                                    

"Slytherin".

Parecía que el tiempo se había detenido para mi, los murmullos de aquellos que me veían pasar se intensificaban a medida que me acercaba a la mesa de mi nueva casa. Albus me hizo un espacio entre él y su nuevo amigo, Scorpius Malfoy.

Ciertamente, yo no era la primera Weasley en quedar en la casa de las serpientes, Domenique Weasley se llevaba ese honor, pero tanto Albus y yo, hijos de los héroes en la guerra, hijos de padres Gryffindor, habíamos acabado en la casa de Slytherin, el mayor enemigo de los leones.

Cuando acabó la cena el peso de la realidad cayó sobre mí, no era un sueño, no estaba alucinando, realmente habia quedado en Slytherin, realmente era una serpiente más.

Albus me tomó suavemente del brazo para salir del gran comedor,  el camino fue incómodo para Scorpius, aunque trataba de sacarle conversación a Albus e incluirme en ésta, solo obtenia silencio por parte de ambos.

°°°°°°°°°°°°°

Al momento de dirigirse a sus habitaciones, Albus y Rose se miraron fijamente y se fundieron en un abrazo, Rose trataba de reprimir las lágrimas que querian salir de ella y Albus dejó escapar una pequeña lagrimita. Se soltaron y sin decir nada se fueron, Albus acompañado de Scorpius, y Rose, sola.

Aquella noche, Rose escribió una carta para sus padres contándoles lo sucedido en la selección y finalizado su carta con muchos abrazos para su hermano Hugo. Al terminar de escribir su carta, la selló y la envió con su lechuza Antares. ( Antares es el nombre de la estrella más brillante de la constelacion de Escorpio).

Albus daba vueltas en su cama sin poder dormir, le preocupaba la reacción que tuviera su tío Ron cuando se enterara que su hija había quedado en la casa que él más odiaba.

°°°°°°°°°°°°°°°°

-Les enviaste la carta, Rosie?

-Anoche les escribí, sólo estoy esperando una respuesta.

-Entonces nos vemos en el comedor mañana, trata de dormir prima, no creo que se lo tome a mal.

-No se lo tomará a mal Albus, se lo tomará a peor.

Travesura realizada, susurró Rose antes de cerrar el diario por el cual se comunicaba con su primo. Albus se lo había regalado cuando cumplió los 11 años, y juntos habían descubierto el modo de comunicarse a través de sus páginas.

A la mañana siguiente, Rose se hallaba cansada, apenas había dormido tres horas. Su primo Albus tampoco estaba mejor que ella, había escrito a su padre contándole sobre la selección, de cómo se sentía estando en Slytherin, y sus temores. 

Ambos se dirigieron al Gran Comedor, donde un sonriente Scorpius los esperaba.  Su felicidad era grande, había conocido a dos personas que no rehuyeron al oír su apellido...Y HABIAN QUEDADO EN LA MISMA CASA!!!!. Sin embargo, su sonrisa desapareció al ver a sus dos nuevos amigos cabizbajos, no entendía el porqué de su tristeza, especialmente a la pelirroja pecosa. Quedar en Slytherin no es malo, pensó el muchacho.

-Buenos días Albus, saludó el chico rubio, Buenos días Rose. 

-Hola Scorpius, saludaron ambos sin emoción alguna. Al chico, esa actitud lo desconcertaba y terminó por molestarle. Pero antes de decir cualquier cosa, llegó el correo matutino. Miles de lechuzas cruzaron por el comedor dejando caer cartas y paquetes.

Frente a Rose cayó un vociferador, Albus y ella salieron a toda prisa con el vociferador en la mano para que no hiciera un escándalo frente a todos.

"ROSEBUD JEAN WEASLEY, CÓMO ES POSIBLE QUE HAYAS QUEDADO EN CASA DE LAS MALDITAS SERPIENTES, MI HIJA NO PUEDE SER UNA SLYTHERIN, ES UN VERGÜENZA PARA MÍ......"

Antes de oír más, Rose apuntó con su varita y dijo "Incendio". El vociferador se quemó ante la vista de tres personas, pues Scorpius los había seguido. 

-Era por eso que no querías estar en Slytherin.

-Mi papá me odia, Scorpius.

-No lo hace Rosie, el tío Ron es un exagerado, ya verás que pronto se le pasará. 

-Además, no hay nada de malo en pertenecer a Slytherin, somos inteligentes, astutos, valientes, y sin miedo a nada. El sombrero debió ver esas características en ustedes y por eso los mandó acá, sonrió Scorpius. Seremos de una casa de mala reputación, pero nadie niega que los mejores magos han destacado sin importar la casa de la que sean, puntualizó.

-Sabes Rosie, Scor tiene razón. Viéndolo desde ese punto de vista, no parece tan malo, verdad?

-Además, somos nosotros y no nuestros padres quienes deciden su futuro.

Rose los miró a ambos, Scorpius sonreía de oreja a oreja, y Albus parecía más determinado. No pudo más que asentir y decir:

-Este será un gran año para nosotros.


Las tres serpientesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora