El segundo año en Hogwarts representaba para Scorpius la oportunidad de presentarse como cazador en el equipo de Slytherin. Aunque su padre intentó que él se manejara como buscador, Scorp se sentía más atraído al puesto de cazador, le encantaba la sensación de volar constantemente y la tarea de cazar la quaffle le parecía sumamente interesante.
Albus se sentía ansioso por su segundo año. Al igual que su amigo rubio ansiaba entrar al equipo de quidditch pero como el buscador de su casa, aunque él se había imagino portando los colores de Gryffindor. Los conflictos con el legado familiar se hacían cada vez más fuertes, especialmente con James y Fred, ambos integrantes del equipo de quidditch de su casa. Albus no soportaba la idea de tener que enfrentarse a su hermano o hacerlo enojar diciendo que quería jugar para las serpientes. Las cosas entre ambos se habían complicado desde que Albus había sido seleccionado en Slytherin. Aunque ahora tenían un pacto de tolerancia, este es muy frágil a palabras de Albus. James se irritaría bastante si él entraba al equipo de quidditch de Slytherin e inmediatamente se terminaría el pacto.
Rose no se quedaba atrás, desde que aprendió a volar en escoba deseó jugar quidditch como una guardiana, sentía cierta satisfacción al ver la cara de irritación de James (o de cualquiera que intentara meter la quaffle) cuando ella evitaba que anotara algún punto. Era ágil y muy arriesgada en palabras de su propio padre, quien estaba orgulloso de que su hija practicara en aquella posición.
Justamente de eso se encontraban hablando tres amigos debajo de un gran árbol que se encontraba cerca del lago Negro. Rose había traído una pelota pequeña, parecida a las pelotas de tenis que Malfoy agarró y se lo lanzó a Albus, quien lo tomó y dijo
-Saben mañana será la elección de jugadores para el equipo de quidditch de Slytherin?
Albus lanzó el baloncito a Rose y ella respondió
-Es la noticia más sonada de la semana. Y tú te vas a presentar, dijo Rose lanzando la pelotita a Scorpius.
Scorpius miró a Rose fijamente y susurró
-Quiero ser un cazador.
-Y yo una guardiana, rió Rose.
Ambos miraron a Albus esperando que este respondiera, pero él solo los miraba con cara de preocupación. Esto a Rose no le inspiraba nada bueno y dijo
-Te vas a presentar...verdad?
-La verdad no estoy muy seguro, Rose. Sabes que la situación con James en casa no es la mejor a pesar de que ya pasamos de los monosílabos. No quisiera causar más problemas por querer presentarme a las pruebas de Quidditch de Slytherin.
-Pero desde los 3 años querías jugar como buscador en Hogwarts.
-Si Rosie, pero para Gryffindor.
-Creí que ya habían superado eso que ustedes pertenecen a la casa de las serpientes, dijo Scorpius con un cierto rencor en la voz. Rose, notando la irritación de su compañero le explicó rápidamente la situación, alegando que existía cierta resistencia por parte de sus primos mayores.
A Scorpius no le hacía nada de gracia que el hermano de Albus se volviera impedimento para que su amigo jugase en el equipo...Y muy internamente agradeció ser hijo único.
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Los tres amigos se dirigían al campo de Quidditch de la escuela. Scorpius había convencido a Albus para que los acompañase en la presentación. Rose no dejaba de parlotear acerca de lo grandioso que sería si quedasen dentro del equipo (aunque sea de reserva, había mencionado ella). Albus no compartía la misma felicidad, por dentro se moría de ganas de presentarte junto a sus amigos y tener una oportunidad dentro del equipo de Slytherin pero también sentía temor de perder el cariño de su hermano y primos, a quienes estimaba de sobremanera.
La situación se hizo aún menos agradable para el azabache al divisar a su hermano junto al equipo de Quidditch de Gryffindor discutiendo con el capitán del equipo de Slytherin sobre el uso de la cancha y el horario para las pruebas. Finalmente el capitán de Slytherin llamó a todos los aspirantes para explicarles que la selección se aplazaba porque el equipo de Gryffindor había hablado con antelación para el uso de la cancha.
-No estarás planeando presentarte, verdad?, susurró James cerca del oído de su hermano.-Porque eso ya sería demasiado....aunque viniendo de una serpiente...
-Ya basta James, dijo Rose empujando a su primo lejos de Albus.-Al tiene tanto derecho como cualquiera de nosotros a jugar para su casa.
-Tú no te metas Rosie, esto es entre mi ''hermanito'' y yo.
-Ya me harté!, gritó Albus.-Sabes que voy a hacer James?, me voy a presentar en la selección del equipo de MI CASA, y ni tú ni nadie de la familia me lo va a impedir....Y si sigues molestándome por el hecho de ser una serpiente le contaré a papá que tomaste la capa de invisibilidad de su baúl sin que él se diera cuenta....Y sabemos cual será tu castigo si se entera.
-No serías capaz de delatarme, exclamó James con verdadero terror.
-Pruébame, hermanito, dijo Albus con una sonrisa malévola en la cara.
-Esta bien, tú ganas...Sólo no le digas a papá, suspiró derrotado.
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El capitán del equipo de Slytherin miró a todos los jóvenes que se habían presentado a la selección, uno a uno recorrió los rostros de aquellos que habían demostrado sus habilidades en la cancha de quidditch. Y sin temor fue señalando a aquellos que no le parecían lo suficientemente adecuados para defender los colores verde y plata.
Rose miraba expectante al capitán, tenía la extraña sensación de no ser del agrado del joven, especialmente por el pasado mortífago que rodeaba al apellido de aquel muchacho y la relación que su familia tuvo con los Weasley y los Potter. Sin embargo, Eugene Rosier sabía reconocer el talento cuando lo veía. Independientemente del pasado de las familias, el equipo de Slytherin debía contar con los mejores elementos para lograr la victoria, y sabía que con Rosebud Weasley y Albus Potter lo podía conseguir.
-Scorpius Malfoy, Rosebud Weasley y Albus Potter, a pesar de que ustedes son de segundo año, y también obviando el hecho de sus apellidos, quedarán de reserva, con una posible participación durante el torneo. ¿De acuerdo?
-De acuerdo, dijeron los tres al unísono.