La lluvia caía con fuerza afuera, Kuroko abrió los ojos mirando a su alrededor, estaba en una elegante habitación, diferente a la del hospital, miró hacia la ventana, aquellos chicos le habían traído a ese lugar ayudándole, pero el hecho de estar en una mansión con tantas cosas elegantes le perturbaba un poco, temía en cualquier momento ver a Aki por ese lugar.
—Veo que despertaste, te traje de comer—anunció Akashi entrando a la habitación con una bandeja llena de comida.
—No tengo hambre—esa era la frase que Kuroko había usado desde hace tres días en el hospital, los doctores tenían la esperanza de que en un lugar más familiar lograran hacer que comiera algo, pero aún no quería comer.
—Debes comer algo, estás perdiendo peso y estas demasiado débil, ya no sé qué hacer para que comas algo—
Kuroko no contesto miro hacia otro lugar, no quería ver la mirada de Akashi.
—déjame salir de aquí—murmuro Kuroko—no quiero estas aquí—
—Estas débil, no te puedes ir hasta que recuperes fuerzas—
Más que nada, todos habían acordado no dejar salir a Kuroko, era peligroso que saliera, no tenía muchos recuerdos y eso le hacía vulnerable a cualquier ataque.
—déjame solo—dijo Kuroko, la situación comenzaba a frustrarle, estas encerrado como un rehén, era igual que estar con Aki.
—Tetsuya solo quiero que tú...—
—¡Lárgate! —gritó Kuroko desesperado
Akashi no dijo nada más, se puso de pie y salió de la habitación, quería evitar cualquier discusión, pero aún tenía ganas de gritarle algunas cosas a Kuroko de igual manera, parecía que el peliceleste quería morir de hambre y de seguro lo conseguiría en algún momento, la situación era frustrante para Akashi, sentía impotencia, ya había intentado casi todo para hacer comer a Kuroko, pero solo lograba que el peliceleste se pusiera agresivo gritando o tirando la comida, algo había cambiado en Kuroko.
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Aki residía dentro de aquellas cuatro paredes, estaba sentado en la única cama que tenía con aquella ropa sucia, le habían encarcelado en un hospital psiquiátrico desde el día en que lo capturaron, había confesado que Akashi no mató a la madrastra de Kuroko para que le dejaran libre, pero tampoco confesó que él lo hizo para no condenarse, suspiró de nuevo, el tiempo de culparse por la muerte de Hanamiya había pasado, ahora solo quería una cosa, salir de allí y encontrar a Kuroko.
—Te ves tan miserable como cuando te encontré en las calles Aki—se escuchó una voz desde la puerta de la habitación. Aki giró la mirada hacia aquel sujeto.
—Tú te ves igual de orgulloso que siempre, Liam—Aki sonrió al ver quién era.
—Tengo que sacarte de tus problemas siempre, espero esta vez me pagues bien—
—Como siempre te pagare adecuadamente, gracias—Aki se puso de pie saliendo por la puerta.
Aquel sujeto, tan alto como Aki, de cabello medio largo oscuro con un brillo azul y ojos purpura le sujetaron el brazo.
—Aki, recuerda siempre devolverme los favores, no soy tan indulgente como tú y no aceptare que te hagan daño—
—Lo prometí, lo cumpliré, así que no te preocupes—
Aki se soltó saliendo por la habitación dirigiéndose hacia su libertad.
—Estas libre de todo, me alegra que nunca uses tu nombre para nada importante—agregó el tipo antes de que Aki se fuera.
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Sueños sin cumplir [Kuroko no Basket] continuación de "Realidad"
FanfictionLa terrible familia, Cordelia, Jay y Jason, se enteran de lo ocurrido en la mansión Shitsueki por lo que piensan recuperar aquello que quieren. Kuroko ha cambiado demasiado, no recuerda muchas cosas de su vida, por lo que nadie sabe que hacer par...