10-Recuerdos

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Kuroko abrió los ojos lentamente, observo su alrededor, estaba en la habitación, su antigua habitación.

—¡Tetsuya! —grito una voz, la voz de su padre desde el pasillo.

—¿un sueño? —pensó Kuroko al notar la situación, más que un sueño era un recuerdo, uno de aquellos que quería olvidar.

—¡TETSUYA! —de nuevo otro grito.

Kuroko se cubrió los oídos, la puerta de su habitación estaba cerrada, pero como siempre su padre la lograría abrir, su instinto le dijo que escapara, que saliera, su padre siempre lograba atemorizarlo lo suficiente, se bajó de la cama escondiéndose debajo de está, miraba hacia los pies de la puerta, esperando.

La puerta se abrió de golpe, Kuroko dio un pequeño salto por el susto y soporto la respiración para no hacer sonidos, todo su cuerpo temblaba, miro los pies de su padre, caminando y rondado la habitación, en alguna oportunidad podría salir corriendo por la puerta, pero antes quería hacer lo posible para despertar de aquella pesadilla.

—¡Maldición Tetsuya! ¿¡Dónde demonios estas!? ¡Deja que te encuentre!—

Su padre camino subiéndose a la cama, Kuroko lo sintió, por algún momento sentía su corazón latir, era su oportunidad, se movió saliendo de la cama con la mayor velocidad que podía, se raspo un poco los brazos y salió de debajo de la cama, se apoyó en una mano y aunque tropezó por un momento logro ponerse de pie y correr saliendo por la puerta, en ese momento su padre miró hacia atrás, había revisado la ventana, por si acaso Kuroko había salido por esta.

—¡NO TE ATREVAS A MOVERTE! —

Kuroko se detuvo por un momento, el grito le había paralizado, tomo todo el valor que tenía para correr, tenía que salir de ese sitio, pero la puerta de la entrada estaba cerrada y bloqueada con un mueve, tardaría demasiado, se giró y corrió hasta el baño cerrando la puerta con seguro y sujetando con fuerza la perilla.

Había escuchado a su padre correr detrás de él y justo ahora su padre golpeaba la puerta con fuerza intentando abrirla.

—¡KUROKO! ¡ABRE LA MALDITA PUERTA! ¡TETSUYA!—

Los golpes hacían que Kuroko brincara, en cualquier momento su padre le ganaría en esa pelea de fuerza, Kuroko no lograría sostener la puerta más tiempo, las lágrimas se acumulaban en sus ojos por los pensamientos de lo que pasaría después, su corazón latía con rapidez y cerraba los ojos con fuerza suplicando que todo se detuviera.

No podía, sin importar cuanto lo intentara no podía recordar que había hecho para que su padre se molestara de aquella manera, habían sido tantas cosas que no podía organizarlas, pero si recordaba los pensamientos que tuvo en aquel momento esos típicos pensamientos de ¿lograre sobrevivir? ¿Iré a la escuela mañana como si nada hubiera pasado?

Las lágrimas caían por sus mejillas, su fuerza se acababa y se dio por vencido, como siempre, aceptando cualquier cosa que fuera a suceder, retrocedió, alejándose de la puerta y mirándola con temor, su padre abrió la puerta y Kuroko dio otro paso hacia atrás intentando cubrirse con las manos.

—No p-papá, porfavor—suplico, ya no tenía otro lugar a donde correr, no tenía salida, estaba encerrado.

Su padre se acercó tomándolo por el cabello y acercándolo para después empujarlo hacia el pasillo.

—¡CIERRA LA MALDITA BOCA! —

Volvió a tomar a Kuroko por el cabello arrastrándolo por el pasillo, Kuroko sujetaba la mano de su padre intentando que no le hiciera tanto daño hasta que por fin le soltó, el peliceleste se giró para ver a su padre, ver que haría.

Sueños sin cumplir [Kuroko no Basket] continuación de "Realidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora