SECRETOS

24

- Te noto diferente. – le dijo Julie tan inocente y sin intención de nada. Emma intentó disimular, ahora sentada en el sofá principal de la casa de Max.

- ¿En serio? estoy igual, eres tú la que está diferente. – ambas se sonrieron. – Max te ha cambiado.

- Vaya, así que tú si conoces a mi novio pero yo no al tuyo. - Julie sonrió, divertida. Lo que no sabía era que Emma sabía muchas cosas más de Max que ella misma, secretos, secretos que ella aún no descifraba.

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- Y vive en Kingston. – continuó Ryan. – está aquí y por eso he venido.

-¿Cómo sabes que vive aquí? – preguntó Max.

Entonces Ryan calló. Se hizo un silencio entre los dos por un largo tiempo, necesitaba meditar su respuesta, una respuesta que significarán miles de recuerdos, los peores y más repugnantes de su vida. Recuerdos para él, recuerdos para Max pero tenía que decírselo antes de que fuera demasiado tarde, antes de que Emma no fuera la única afectada sino también Julie.

- Vive aquí y tú lo conoces

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Julie intentó disimular su mirada pero había mirado las mismas marcas más de dos veces.

- No es nada. – le dijo Emma tragando saliva y se cubrió los moretones del brazo con la chaqueta.

- ¿Cómo te lo hiciste? – preguntó Julie realmente preocupada.

Entonces Emma prefirió callar por un momento a pesar del tiempo Julie seguía significando mucho para ella, seguía confiando tanto en Julie que empezaba a creer que también necesitaba saber la verdad, verdad que Emma ya sabía y que le había costado muchísimo afrontar. Los ojos se le envolvieron en lágrimas queriendo llorar tan fuerte como podía.

- Abusaron de mí.

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- Sé que ha sido el hermano de Andrea.

Andrea

Y entonces todo se volvió borroso como si un inmenso huracán hubiera atravesado su vista, como si un enorme volcán hubiera explotado en frente de sus ojos pero un volcán lleno de recuerdos, de secretos, de miradas, de llantos, de lágrimas, de insultos, de miedo, miedo puro, de rabia, del peor momento de su vida del que se sentía avergonzado. Perdóname Andrea. . .

Max endureció los pómulos.

- No tienes pruebas

- Se está vengando Max.

- ¡No! – gritó él.

- Él tiene una casa en el lago ¿lo recuerdas? aquella que está justo al lado de la de mis padres, es ahí en donde me he quedado con Emma todo este tiempo.

- Es imposible ¡joder! eso pasó hace tanto tiempo - Max tragó saliva.

-Él fue el imbécil que se atrevió a tocarla, lo vi el mismo día Max, no había nadie más en el lago que nosotros y él. – intentó hacerlo entrar en razón. – Se está vengando. . . - lo miró. Max colocó sus manos sobre su nuca. Esto no podía estar pasándole. – Por lo que hicimos con su hermana.

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Julie se puso una mano en los labios.

-¿Esto lo sabe Ryan?

- Si, por supuesto. . . - las lágrimas caían sobre sus mejillas, a Julie le dolía la garganta de tanto aguantarse el llanto.

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- También tenía que contarte esto, yo. . . por un momento llegué a pensar que. . . Julie también. . .

- No. – respondió Max. – No tiene ni idea de lo que le pasaría si llega a ponerle un solo dedo encima.

- Entonces acabemos con esto. – le dijo Ryan. – Que sepa que se ha metido con la persona equivocada.

Max asintió.

Y de esa forma caminó hasta su casa con un punto claro, lo que le habían hecho a Emma no tenía nombre y sabía que a Ryan le había afectado más que nunca por eso demostraría que nunca nadie debía meterse con ellos así esa persona involucra su pasado no debían meterse con ellos y mucho menos con las personas más importantes de sus vidas. Lo demostrarían, por algo eran los más buscados de Estados Unidos.