10

1K 75 3
                                    

- Seguro habrás hecho ejercicio, cierto? - Sara le acarició el brazo derecho, era tan incomodo tenerla a su lado de esa forma, tan apegada a él y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal. Julie solo miró.

- No mucho. – respondió Max. A su otro lado tenía a Julie. Intentó fijarse en lo que hacía y aunque comía los ravioles al igual que él, sabía que algo le molestaba y obviamente no dudaba qué.

- ¡No mientas! – se rió sola, golpeando el hombro de Max con amabilidad como si este hubiera hecho o dicho algo gracioso. Marie volvió a la mesa después de haber colocado más ravioles en el plato de Josh, su esposo.

-Si te ves muy bien. . .- le dijo ella.

- ¿Tú crees? – Max le sonrió. En un intento por seguir la conversación.

- Por supuesto jajaja - le respondió Sara al igual que él puso una bonita sonrisa.

-Mi hija tiene razón. – sentenció Marie. La anciana codeó a Josh queriendo que este también diera su opinión al respecto pero él solo siguió comiendo. –Pero aquí la única que nos puede afirmar si eso es cierto es Julie.

Marie la miró con una sonrisa pícara, mientras que Sara se aguantaba las ganas de pedirle a Julie que se fuera de su casa, ya mucho era con saber que era la novia de Max.

-En realidad no hace mucho ejercicio- mintió ella, pues él podía pasarse todo el día haciendo barras o planchas y además por otras cosas.

- ¿Perdona? – Max enarcó una ceja, mirando a Julie.

- Eso, que no haces mucho ejercicio. – volvió a decir ella esta vez mirándolo divertida. Max amaba sentir esa bonita química entre los dos.

"¿Y quién es el que te lleva por las noches en sus brazos cuando te quedas dormida en el mueble?" Pensó él.

Sara se puso de pie, observó que el plato de Max ya no tenía ni un rastro de Ravioles por lo que se inclinó en su lado para recogerlo.

- Yo pienso que estás muy bien. . . - le dijo al estar cerca de él, ". . . Mierda. . ."pensó, "Que bonitos senos redondos y provocativos". Intentó no fijarse en ellos mientras ella recogía el plato de su sitio, no podía dejar de admitir que Sara estaba realmente buena.

- ¿De verdad? – fue lo único que se le ocurrió preguntar mirándola completamente ¡NO LO HAGAS! se dijo así mismo intentando desviar la mirada pero para su pésima mala suerte, Julie si había notado lo que había atraído la atención de Max, Sara se fue hasta la cocina y Julie se puso de pie.

-Muchas gracias por la cena. – agradeció una vez puesta en pie. -Ha sido un gusto. . . - observó a los ancianos, "Pero a ti no zorra " – conocerlos.

Y de esa forma salió de la casa de los Marsh enojada, y por supuesto esto le costaría muy caro a Max.

SECRETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora