25.- (Hunter)

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 - No pareces una chica que no tenga a donde ir

- No deberías fiarte mucho de las apariencias – dijo retadora -

Cada vez me parecía más intrigante aquella pelirroja

- Toma, llama a tus padres – extendí mi móvil -

Jamás me esperé su reacción; miró el aparato y cambiando su expresión tranquila a una bastante fría, dijo:

- Agradezco tu ayuda, pero de aquí en adelante no tienes que preocuparte por mi

- Quiero ayudarte

- Y lo has hecho. Lo agradezco de verdad... pero ya sigo sola – respondió mirándome directo a los ojos - 

Cuando comenzaba a caminar la detuve

- Espera, ven conmigo

- No lo creo, gracias.

- Acompañame adentro, por favor, pensaré en algo para ayudarte

- ¿Por qué confiaría en ti?

- Creo que ya lo has hecho

Algo me decía que no tenía que dejarla marchar.

Me miró de nuevo a los ojos durante algunos segundos sin decir nada, como debatiéndose ante la idea de confiar o no, mientras tanto, yo sentía que podía verme hasta el alma.

Solo quería protegerla, no podía comprender bien por qué, pero, al menos durante aquella noche tenía que protegerla. 

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