Capítulo 10 | La mejor forma.

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Estoy flotando, se siente divino, aunque estoy algo desorientada, me asusto al escuchar una voz.

—Leila, mi amor, tienes que despertar, recuerda que hoy es tu primer día en la escuela -—dice Nathally lanzándome una almohada, y yo bufo bostezando, y al procesar lo que me dijo doy un salto.

Nathally suelta una carcajada mientras me observa.

—Lo siento Leil sé que es por el desface del horario, pero tranquila, llegarás a tiempo. Abajo Sophie te espera con tu desayuno favorito y tu nuevo chófer, el cual se llama Karl. Él es muy simpático, sé que te va a caer bien, ahora te dejo para que te alistes.

Dicho esto se va mientras yo inspecciono mi nuevo armario y escogo un vestido gris y unos zapatos de tacón alto a juego, coloco todo encima de la cama y voy al cuarto de baño, luego abro el grifo de agua caliente, voy relajando mi cuerpo lentamente mientras busco mi gel favorito.

Después de la ducha me envuelvo en una toalla de algodón.

Me visto, ya cuando termino me dirijo al espejo de mi habitación y veo la cadena que llevo puesta con tres letras L y D me despojo de ella y dejo sólo la L y en vez de sentirme bien y aliviada siento un vacío profundo, esquivo todo lo relacionado con Deivy, y como estoy cambiando de estilo me aplico lápiz labial rosa y no utilizo base porque ya no tengo ojeras porque Nathally me ha consentido bien y he descansado bastante, me hago una coleta algo despeinada pero que luce bien, me pongo unos aretes a juego con la cadena y un poco de perfume, bueno la verdad fue mucho pero no importa ¿verdad?.

Tomo mi bolso y hecho los materiales necesarios para sobrevivir en la escuela, bajo a la cocina y reprimo dar un salto de alegría al ver hot cakes, jugo de naranja, y brownies.

—Hola señorita Leila —dice Sophie de manera formal.

Le sonrío y ella también lo hace.

—Sophie, nada de señorita Leila, quiero ser tu amiga, no la quisquillosa jovencita, por favor llámame Leil.

—Gracias Leil, me alegra de que seas así de buena onda porque Nathally también lo es y así me siento más cómoda ¿le sirvo?

—Claro, esto se ve delicioso.

Ella me sirve y cuando lo pruebo sabe estupendo, igual que los que preparaba Luce, a ella la extraño mucho.

Bebo un sorbo de jugo de naranja y Nathally aparece.

—Leil estás hermosa, ya verás que pronto esta casa estará llena de pretendientes.

—No lo creo —digo tratando de parecer serena pero una sonrisa me delata.

—Eso ya lo veremos —dice guiñándome un ojo a lo que yo bufo.

—Esto continuará porque ya me tengo que ir, surgió un inconveniente en la empresa. Hasta luego —dice abrazándome a lo que correspondo.

Nathally se va y yo me termino el plato.

—Todo estaba perfecto, cocinas muy bien —digo halagando a Sophie.

—Gracias Leil.

Recogo mi bolso me miro en el espejo y me dispongo a irme.

—Hasta luego. Mala suerte que tengo escuela, nos vemos —le digo a Sophie en forma de despedida.

Me dirijo a la sálida y veo a Karl, es guapo, por cierto me saluda
formal.

—Hola señorita —dice de manera educada.

—Hola karl, y por favor llámame Leil.

—Gracias —me dice mientras me abre la puerta para entrar en el BMW. Ya en el auto, tenemos una charla agradable, después de 15 minutos él aparca frente a la escuela, me abre la puerta y yo salgo de éste mientras ahogo un grito. Es hermosa, ya había buscado información, pero verlo es más de lo que esperaba, parece un castillo y tiene una belleza clásica, todo luce perfecto.

—Hasta luego, Leil, te recogo a las cinco —dice Karl.

—Hasta luego, Karl, te espero.

Él se va y yo me quedo anonadada de tanta belleza, y observando todo detenidamente.

Hasta que siento un cosquilleo, volteo y es un chico de ojos verdes con una sonrisa encantadora, y por cierto es demasiado guapo.

—¿Crees que es precioso?. Lo es, pero no más que tú muñeca —dice de manera sexy.

Yo le sonrío y él me mira fijamente, se nota que es popular y mujeriego, pero eso no evita que me caiga bien.

—Mi nombre es Howard Spencer ¿y el tuyo muñeca?

—Leila Smith —digo algo picarona.

Él me agarra de la cintura y me muestra los nombres de los salones desde afuera, mientras pensaba que mi viaje a Inglaterra no estaba resultando nada mal, de hecho me estoy empezando a acostumbrar y más al lado de él.

No sé si es muy rápido pero tengo que olvidar a Deivy y empiezo a creer que esta es la mejor forma.

Aunque estés lejos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora