Me costó creer que sería posible encontrar buenos sentimientos en las personas del mundo de ahora. De apoco, iban desapareciendo de mi. El mundo de ahora te obliga a sacar la peor parte de ti, que se escondía en el fondo de ti, o en otras personas...
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La laguna se encuentra tránquila, y aunque es sorprente, hay una pareja de patos que descansa en las tranquilas y tibias aguas a causa del sol.
He contado los minutos desde que llegué aquí, exactamente treinta y dos. Un absurdo método que he ocupado para mantener mi mente ocupada en otra cosa.
El grupo se ha otorgado comprensible. Demasiado, ha decir verdad. Me han dado mi espacio, además de algunos cruces de palabras brindando su apoyo y otras cosas. Lo agradezco, pero una parte de mi no deja de decirme que son simples palabras huecas. Ellos no lo conocieron, y no saben la gran persona que fue. Realmente me hubiera gustado que Ethan hubiera conocido a estas buenas personas.
Pero a pesar de todo, las miradas de lastima siguen ahí. Siento sus miradas fijas, esperando a que explote. Por lo que he pasado la gran parte del día en esta banca.
Suelto un suspiro,y entierro la gran parte de mi rostro entre mis manos, solo dejando mis ojos a la vista. Debería estar llorando, sin embargo, me encuentro en la etapa donde no quiero hacer nada. Mis ojos pesan, y no es necesariamente porqué tenga sueño.
Aunque no miro, se que alguien viene. Sus pasos son pesados, y no se toma la molestia de ser sigiloso. Y yo no me molesto en ver, ya que no me produce interés.
—Merle, así se llamaba mi hermano — miro por el entrecejo a Dixon, y sigo mirando a la laguna, con un poco de intriga. Cada cosa que venga de Daryl da intriga. —Rick lo dejó encadenado al techo de un edificio, larga historia. No te mentiré, en ese tiempo quería matarlo. Cuando volvimos por él, el idiota se había cortado la mano. Nunca más lo vi, nunca más supe de él, hasta mucho tiempo después —suspira mientras una sonrisa melancolica intenta darse a ver. —No lo tuve por mucho tiempo. La verdad, fueron un par de días. Era un maldito loco que fue a cobrar venganza, y terminó muerto. Claro, no murió en vano de esos idiotas. —ya no puedo apartar mis ojos de él, porque siento mucha curiosidad, y él lo nota.
>>No vengo a compartir penas, ni una mierda de esas. Solo, debes saber que no estas sola. Ya eres parte del grupo, de la familia. No estas sola, y podrás salir de esta, lo sé. Pero también sé que es más fácil rendirse, y lo entiendo, nadie tiene ganas de vivir en esto. Pero tú no te ves débil, y rendirse es para débiles.
Me quedo perpleja por varios segundos, y no sé que hacer.
De apoco, estiro mi mano y le doy un apretón a su hombro. El sonríe, y yo lo hago.
—De verdad, gracias Daryl.
Él se lavanta, y yo sigo sus pasos. Pero lo abrazo. Se queda perplejo por instantes, y por un momento creo que no me lo va a corresponder.
Y cuando pienso separarme, sus brazos me rodean por escasos segundos.
Nos separamos, y luego de una casi visible sonrisa, cada uno se marcha por su lado. Yo me dedico a cruzar el muro.
