Vivir en esa mansión con forma de sombrero ya era un infierno. Vivir enamorado del jefe lo era aún más.
Una isla. Una villa. Una casa grande llena de secretos.
¿Porqué se sentía tan conectado a su maligno jefe?
Flug podía soportar mucho. Demasiad...
Resultó que el Equipo Justicia de verdad solo quería ayudarme. No es de extrañarse, es decir, son héroes.
Los conocía a todos por la televisión, periódicos, e Internet. Además, eran los eternos rivales de un grupo de villanos a los que nosotros proveíamos de armas.
Claro, ellos no sabían eso. Solo se hacían a la idea de que vendíamos armamento a otros villanos, nada más.
Otra cosa. Si no estuviera tan asquerosamente sumido en mi miseria, me incomodaría la inquietante mirada que tiene ese chico, Rapidash, sobre mí. Me ve como si fuera lo peor del mundo. Y tiene razón. Pero no me gusta que me vea así.
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Yo seguía en la cama y este muchacho en una esquina del cuarto, vigilándome cual perro en prisión. Algo así era, sí. Entrecerré mis ojos y le dirigí una mirada el doble de asesina.
Éste se atemorizó. Wow.
—¡Capitáaaaaaaan! ¡Se lo dije, el científico loco ese me miró feo!
Y más rápido de lo que habló, salió corriendo. Sí que es veloz. Pero, ja.
Asusté a alguien. Al final de cuentas si soy un villano, supongo. Eso logró subir un poco mis ánimos, aunque no sé porque.
Pero el fortachón no tardó en llegar. Ahora venía con una chica de cabello rosa y una especie de... ¿Robot flotante? Oh, cierto. Era el pequeño robot del grupo. No recuerdo su nombre.
Pero igual me miraba con su único ojo, lleno de odio. La heroína en la sala me veía con un brillo especial en los ojos. ¿Qué estaba pasando aquí?
—Ajam —el líder ahí carraspeó la voz—. Rapidash, deja de exagerar y vuelve aquí.
Literal, no supe cuando llegó el mencionado, pero ya estaba ahí otra vez. Aunque me veía por detrás del hombro del más grande.
—¡No exagero! Usted no medita las cosas, nunca lo hace. ¡Este sujeto es un villano!
Yo bostecé. Mi yo de hace unos días estaría sudando y muerto de nervios. Pero no ahora mismo.
—Cálmate, Rapidash. El Capi solo quiere ayudar a este indefenso chico. Dr. Flug, sólo le haremos unas preguntas, ¿si?
Recuerdo que el nombre de la chica que habló era algo sobre princesa, pero... Un momento, ¿cómo que indefenso chico? Aunque tenga razón, no me gusta oírlo o que se atrevan a decirlo.
—Ah... ¿Si? —fue a modo de cuestión, a propósito. Me sentía como una rata de laboratorio ahí entre tanto héroe, irónico.
—Lo más lógico sería entregarlo a la policía. Pero como sé que no lo harán, trío de tontos, mejor me retiro de aquí y los dejo con su desastre solos.
