Capitulo 23: No quiero tu ayuda.

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CAMILE:

- Creí que no vendrias, digo, después de lo que te paso. Hablo Violetta sosteniendo mi mochila mientras yo sacaba algo de mi casillero.

- Me siento estúpida, no puedo hacer nada, ni siquiera puedo cargar mi mochila.

- Tranquilizate, yo te ayudare en lo que pueda, es mas, si puedo, te llevare a tu salón.

- Gracias, no se que haría sin ti. Dije sincera cerrando la puerta del casillero y sobresaltandome por ver a Connor a un lado.

- Hola. Saludo normal. - ¿como sigues de tu pierna?

- Oh, excelente, no ves que voy corriendo por todo el instituto. Conteste sarcástica.

- Parece que alguien amaneció de mal humor hoy.

Sonó el timbre de entrada...

- Camile, ya es tarde, y yo voy al piso de arriba, ¿crees que puedas sola?

- No te preocupes, yo la ayudo, voy al salón de al lado. Contesto Connor en mi lugar.

- No necesito tu ayuda. Voltee a verlo molesta y luego volví a mirar a Violetta.

Ella miro su celular y dijo dándole mi mochila a Connor - Lo siento, me voy.

- Ja, gran amiga... Dije, ¿como se atreve a dejame sola con este imbécil?

- ¿Y bien? ¿con que te ayudo? Pregunto con tono de victoria.

- Con nada, yo puedo sola. Conteste arrebatando mi mochila de sus manos pero al hacerlo una muleta cayo al suelo, luego al levantarla casi caigo yo, de no ser por Connor que me tomo de un brazo.

Negó con la cabeza y tomo mi bolso comenzando a caminar.

- ¿No vienes? Pregunto burlesco.

- Agh,  te odio. Dije y comenze a "caminar" también.

- Lo se, pero si no fuera por mi no llegarías a tu clase, y no quisieras arruinar tu reputación como la primera persona en el salón.

- Ya llegamos, dame la mochila.

- ¿Estas segura? ¿o quieres que entre a dejarla en tu lugar?

- Esta bien, entra.

- Primero las damas.
Entre al salon con Connor detrás de mi, toda la clase nos miraba, y mucho mas Ashley y Cris, apuesto a que le dirá todo a Meghan.

Connor dejo mi mochila y luego se acerco a mi oído.

- Adiós pequeña torpe. Susurro.

Rodé los ojos y me senté en mi lugar, a decir verdad, esto me gustaba, jamas imagine a Connor ayudándome, simplemente era increíble, tal vez las personas si cambian...

- Señorita Adams, ¿a caso esta poniéndome atención? Pregunto la profesora haciendo que toda la clase me mirara.

- Si, si claro. Conteste segura.

Que no pregunte nada, por favor.

- ¿A si? Entonces digame, si esta poniendo atención a mi clase de ÁLGEBRA. Dijo resaltando la palabra. - - - ¿porque en sus manos tiene un libro de química?

¡Mierda!

- Oh, yo... Esto no es mio. Me excuse.

- ¿de quien es entonces?

- Bien, si es mio, lo siento, pondré más atención.

- Si, ya lo creo, pero mientras tanto vaya a la oficina del director.

- ¡Pero! Dije interrumpiéndola.

- Pero nada, que le vaya bien.

Tome mi libro y lo metí a la mochila, me levante y salí del salón, era difícil porque cada vez que daba un paso, o se caía la mochila, o casi caía yo, pero al fin llegue a la oficina del director, toque la puerta y después de que dijeran que podía pasar, entre.

- Buen día, la profesora de álgebra dijo que viniera.

- Si, la estaba esperando, sientese.

Pasaron unos cuantos segundos de silencio hasta que volvió a hablar.

- Bien, lo que tendrá que hacer es ir a la biblioteca, hay le dirán que debe hacer, puede dejar su mochila aquí, y no se preocupe, tal vez en un rato, le salga un acompañante. Hablo burlesco y yo solo fingí una sonrisa.
Salí de la oficina y camine hasta la biblioteca, entre y la bibliotecaria me dijo que debía ir a la bodega a etiquetar unos libros y después debía ponerlos en un estante.

¿Enserio? Justo ahora que no puedo caminar, ¿quieren que vaya a todas partes?

- De acuerdo. Conteste amable y me dirigí a la bodega.
La bodega es un pequeño cuarto en donde 3 de las 4 paredes están repletas de libros, es si, no hay mucho lugar por donde caminar, pues también hay un escritorio, y un gran gabinete que deja solo un pequeño pasillo por el cual pasar.
Ni si quiera se porque la llaman bodega, si ni grande esta.

- ¡Espera! Me grito la bibliotecaria. - recuerda atrancar la puerta, si no, te quedarás encerrada.
Asentí y seguí caminando.
Llegue, y antes de que se me olvidara, puse una silla para atrancar la puerta, comenze a etiquetar los libros, la verdad prefería estar aquí que en clase, aun que tardaría un siglo en acabar con cada uno de estos libros.

"Serás Mía Pequeña"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora