Capitulo 28: ¡Cooper!

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CAMILE:

Estábamos en clase de gimnasia, y ahora agradezco estar fracturada, pues no tengo que hacer nada, aunque quisiera ayudar a Violetta, se veía agotada después de la rutina de ejercicio que puso la estúpida maestra.

- Por fin un descanso eh. Le dije a mi amiga dándole una botella con agua.

- Quisiera ser yo la fracturada. Contesto seria y luego río.

- Si, esto tiene sus ventajas, pero también sus desventajas.

- ¿Que hacia Connor contigo en la cafetería? Pregunto cambiando de tema por completo.

- ¿porque cambias de tema?

- ¿y tu porque respondes una pregunta con otra pregunta? Respondió irónica.

Rodé los ojos. - solo me acompaño, eso es todo.

- Si claro, ¿te das cuanta de que ha estado raro desde que le tiraste el café encima?

- Es un idiota, lo único que quiere es "vengarse"

- ¿estas segura?

Iba a responderle pero me interrumpió.
- por cierto, ¿que paso en la bodega?

- ¿no crees que son muchas preguntas?

- No, contesta.

- Pues no paso nada.

- ¿a no? ¿Entonces porque tu y Connor estaban a punto de besarse, de nuevo?

- Yo no lo iba a besar.

Violetta levanto la ceja. - explicate.

- Bien, me sacaron de clase y tuve que ir a ordenar los libros, llegue a la bodega y atranque la puerta, pues no abría por dentro, empecé a acomodarlos y no escuchaba nada pues tenia los audífonos puestos, luego camine para atrás y choque con alguien, yo grite, el grito y cayo al piso estirando la silla que atrancaba la puerta, entonces esta se cerro, y cuando se levantó, me di cuenta de que era Connor, así que me moleste por lo idiota que es...

- Señorita, vuelva a la formación. Nos interrumpió la maestra y Violetta rodó los ojos.

- Luego te cuento.

- Esta bien...

Luego de una media hora, la clase termino y la entrenadora mando a todos a los vestidores, así que me quede sola en las gradas del gimnasio.

Había dejado mi mochila en mi casillero, así que podía andar sola, la ultima clase no me tocaba con Violetta, así que camine a los casilleros por mi mochila, espero ingeniármelas para poder yo sola.
Llegue hasta mi casillero y puse la combinación.

- ¿Camile? Pregunto alguien detrás de mi.
Me gire lentamente y entonces lo vi, ¿a quien? Se preguntaran, bueno, es un chico que conocí en unas vacaciones con mi familia, hace como un año.

- ¿Cooper? Pregunte sorprendida.

- si eres tu, no sabia que te encontraría aquí, ¿que te paso en la pierna? Pregunto acercándose rápido y abrazandome al instante.

- Yo, estudio aquí, y mi pierna... Eso no importa mucho, pero tu, ¿que haces aquí?

- transfirieron a mi padre, yo... estudiare aquí.

- eso es genial, creí que no te volvería a ver.

- Bueno, nunca se sabe.

Sonreí tomando mi mochila del casillero e intentando caminar.

- Yo te ayudo.

- Gracias. Dije aliviada. - ¿pero no estas ocupado?

- no, mi madre esta haciendo los tramites, yo solo vine a acompañarla.

- bueno... Conteste comenzando a caminar.
Todas se le quedaban mirando, la verdad es que era muy guapo, cabello castaño, ojos color miel, y esa boca... tenia un cuerpo bien formado, era alto, delgado, y sus bíceps...

- Amm, ¿Camile? ¿Donde es tu salón? Pregunto sacandome de mi ensoñación.

Trague saliva. - es en ese de ahí. Dije señalando la puerta con mi índice.

- Bueno, me voy, seguro mi mamá debe estar buscándome. Se despidió con un beso en mi mejilla. - Oh, casi lo olvido, ¿me das tu numero? Así estaremos en contacto.

- Claro. Conteste dictando los dígitos uno a uno.

- Te llamare para ver si lo anote bien. Dijo y mi teléfono comenzó a vibrar en mi bolso.

- bien, parece que si es, ¿te llamo más tarde? Pregunto comenzando a caminar hacia atrás.

- si, seguro, oye, ¿como te agendo?

- Cooper, Jason Cooper. Contesto sonriendo y alejándose.

Si, pregunte como lo agendaba porque jamas me dijo su nombre, solo sabia que su apellido era Cooper.

Entre a mi salón, aun no podía creer que el estuviese aquí, era simplemente increíble, cuando estuve de vacaciones, decidimos que era mejor no tener contacto, pues era mucha la distancia, y no queríamos salir lastimados, pero ahora, esta aquí, ya no hay ningún obstáculo.

El maestro llegó unos minutos tarde, y esta clase era la ultima, así que lo que quedaba de tiempo paso rápido, al salir del salón, llame a mi mamá para que fuese por mi, esto era tan aburrido, tenia que estar recibiendo favores de todos, y yo detesto eso.
Espere a que mi madre llegara, la estaba esperando en una banca afuera de la oficina del director.
Y justo en ese momento comenzó a llover y a sentirse un poco de frío.

Saque mi chaqueta de la mochila y me la puse.
Después de unos 15 minutos, mi madre al fin se digno en llegar, mis pies estaban mojados, y yo temblando de frío.

- disculpa, el trafico. Dijo con una sonrisa extraña, pareciese que quería decir algo.

- ¿me vas a decir que sucede? Pregunte frotando mis piernas intentando quitar el frío.

- No sucede nada. Contesto seca.

Rodé los ojos y ya no dije nada, la verdad no tenia muchas ganas de hablar, así que mejor guarde silencio en todo el camino hasta mi casa.
Al llegar ya no llovía, baje del auto y camine hasta la puerta de en frente, espere a que mi madre llegara con las llaves y luego de que habría, entre directo a mi habitación, quería tomar un largo baño caliente, o sino me enfermaría.

"Serás Mía Pequeña"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora