Pasaron un buen rato mirando a las personas llorar, casi era medianoche cuando esa gente se fue, para ser precisos. Entonces se acercaron a las tumbas para poder ver mejor lo que decía en ellas: <<Aquí yace MARIANA GARCÍA amada hija, amiga y compañera. La muerte nos separó pero nuestro cariño nos seguirá uniendo>>, otra decía <<JIMENA DÍAZ. Querida hija y amiga, ángel mío desde que tus ojos se cerraron los míos no han dejado de llorar>>, <<Aquí descansa DIEGO GÓMEZ un Amigo y un hijo para toda la vida Pasaste como una estrella fugaz en nuestras vidas pero tu luz brillara por siempre en nuestros corazones.>>, y la última rezaba <<MARTÍN HERRERA, amado hijo, amigo y hermano. Siempre estarás aquí porque tu alegría estará en cada uno de nuestros corazones.>>.
- Vámonos, ya hemos visto suficiente. - Comentó una chica. - Esto me pone triste.
- Si totalmente, mejor vamos a casa. Ahora - Añadió uno de los chicos al ver que nadie se movía. Entonces los otros lo miraron y se pusieron en marcha, pero una de ellos se quedó atrás, y volvieron a buscarla.
- Hey, ¿qué te pasa? - Preguntó el primero en llegar.
- Nada, solo que no puedo creer lo que está pasando ...
<<Flashback>>
Inmediatamente después de doblar en una esquina vi que los Súmps que teníamos delante se separaban en una intersección de calles, iban a interceptar a el señor en la próxima esquina se lo dije a los chicos y a su vez, disimuladamente, les di a cada uno una pastilla roja que simulaba los efectos de la muerte, el señor Rodríguez, un amigo de la familia que es inventor, las fabrica, y me las dió para que cuando nos disparen, la electricidad las active y podamos simular haber fallecido, el efecto dura una hora y media, lo que es más que suficiente. Nos separamos, Diego y yo vamos a la derecha mientras que Martín junto a Jime van a la izquierda.
La idea era fingir nuestra muerte así cuando comencemos los ataques no nos descubrirán, ni tampoco piensen que nuestros padres tienen algo que ver. No podemos dejar que les hagan daño. Debajo de ropa nos pusimos unas armaduras a prueba de plasma que Rodríguez también nos hizo. Eran transparentes para que no las vieran, flexibles por lo que podemos movernos con bastante libertad, resistentes y muy cómodas.
Cuando llegamos al cruce vimos como los dos Súmps que teníamos delante se acercaban al hombre, que se había caído al suelo, y le apuntaban con sus armas de plasma. Llegamos y a pesar de tener miedo, me acerque al hombre y me puse delante suyo, preparada para recibir cualquier disparo dirigido a él, mis amigos me siguieron y juntos rodeamos el cuerpo del señor, dispuestos a impedir que le hicieran daño, enseguida después llegaron nuestros perseguidores.
- ¿Qué están haciendo? - Vociferó uno de ellos - ¡¡Quitense del medio si no quieren morir!! - Nos advirtió, aunque sabíamos que no lo decía de verdad. Si debía dispararnos, no lo dudaría ni un segundo.
Nosotros nos mantuvimos firmes, sin decir nada. Ellos se estaban enfadando, lo sabía, nos daban miradas que le daría miedo a cualquiera, pero a pesar de eso, nosotros no nos movimos. De improviso llegó un militar que evidentemente era de un rango superior, y les ordenó a gritos que nos dispararan.
- Por favor señor deje en paz a este hombre, yo lo conozco. Es pobre, su familia no tiene nada que comer, si lo deja ir le prometo que pagaré todo lo que el hombre ha tomado, cada centavo. Por favor, piedad. - Dije yo con un tono de súplica.
- Muy bien acércate y dame tu dinero, luego se podrá ir. - Con pasos temerosos fuí al encuentro con aquel militar, cuando llegué saqué el monedero y le dí todo lo que tenía adentro. Luego me di la vuelta, estaba por regresar cuando sentí una mano sobre mi hombro. - Bien bien, ahora puede irse - Dijo el extraterrestre señalando al hombre que ya se había levantado, él recogió sus cosas y se fue corriendo - Es bueno que los humanos conozcan la valentía, lastima que sus héroes tengan que morir. - Lo último lo dijo con un susurro en mi oído - Los humanos son unos tontos - Agregó-
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Terra Rebellio
RandomHace mucho tiempo la tierra vivía en paz, pero todo cambió cuando una raza extraterrestre atacó la tierra. Desde entonces las personas de todas partes del mundo viven bajo su dominio. Después de sesenta años una chica de un país latinoamericano, dec...