Herencia Maldita (1° ciudad Oscura)

Capitulo 1: "En el marco de la Ventana"

Capítulo 1.

San Francisco, 2014, verano.

"Dafne, ¡Daaaaaaaaaaaafne!”

Eso fue lo primero que me despertó, los gritos de mi mamá desde la cocina en el primer piso. 

Aún media dormida, tomé el despertador y miré la hora... ¡LAS 5 DE LA TARDE! Dios mío, la salida de ayer en la noche con mis amigos se me había ido de las manos.

Me levante de la cama, me coloque mis pantuflas y bajé a la cocina donde se encontraba mi madre, el olor a huevo frito, papas fritas y carne impregnaba el primer piso haciendo que el hambre me consumiera.

- ¡Dafne! Por fin despiertas, haz dormido toda la mañana. - me decía de espaldas mi mamá mientras terminaba un par de huevos fritos, llevaba el largo pelo negro en una cola de caballo y un lindo vestido azul que contrastaba con sus ojos.

- Si, lo siento, es que la salida de anoche estuvo de locos. - dije con mi típica voz de sueño.

- Ok. Bueno, eso no era para lo esperaba que despertaras. - hizo una pausa - hoy, reordenaremos las habitaciones, tú te irás a lo que ahora es el cuarto de David  y él al tuyo.

Seguro se preguntarán quien es el tal “David”, Pues, él es mi hermano menor, tiene 8 años. Realmente, no me agradaba al completo la idea de que él tomara mi cuarto, pero me encanta el arte, y valla que necesito espacio para ubicar mis implementos.

Luego de comer rápidamente mi  desayuno-almuerzo Eran las 5:45 pm. Subí a mi habitación, dispuesta a empezar de ordenar.

-¡No es justo! ¿Por qué tienes que tomar mi pieza? –Me preguntaba enojado David mientras yo iba metiendo mis pertenencias dentro de cajas que me había dejado mi madre.

-Pues necesito más espacio para mis pinturas y cuadros, ¿acaso quieres perjudicar mi talento? –Le pregunte con voz herida.

Me miro sorprendido.

-¡Claro que no! Puede que peleemos y todo, pero nunca te perjudicaría, ¡eres mi hermana! –Dijo dándome un abrazo sorpresa, no me esperaba eso, normalmente peleábamos como gato y perro-. Y también porque aun harás ese lindo gatito para Vanessa ¿Cierto?

Así que eso era, todas esas lindas palabritas y abracitos por complacer a una chica, ¡más encima diría que él se lo había hecho! Desde pequeños los hombres controlando a las chicas con palabras bonitas.

-Claro que lo hare mocoso enamorado.- Dije revolviéndole el cabello-. Pero no vuelvas a decirme palabras bonitas para aprovecharte de mí, mejor dicho de nadie, las personas vale más que palabras bonitas.- Él asintió.

-Lo decía en serio, nunca haría nada en tu contra.- Grito desde el pasillo después de salir de mi habitación.

 Y cuando menos me lo esperaba  ya estaban todas las cosas empacadas y en mi nuevo cuarto.

Seguía corriendo el reloj, yo terminaba de reordenar mis cosas, y ordenar hasta el más preciso detalle. Soy muy perfeccionista, según mi madre es algo típico de Artistas que no me preocupara y según yo, su comentario es típico de psicólogos.

- Dafne, iré a dormir, por si acaso tu padre ha llegado, no paso a saludarte por que esta exhausto. Tú lo entiendes, su trabajo es agotador. No te acuestes muy tarde. - decía mi madre a través de la puerta, se notaba que él no era el único cansado, un par de bolsas oscuras bajo sus ojos me lo confirmaban. Había pasado el dia lleno de consultas en su despacho, el fin de semana trabajaba en casa y el resto de la semana en su despacho de psicología en el centro de la ciudad.

- Sí y sí - respondí mientras ella se dirigía a su habitación. Dirigí la mirada a mi despertador eran las 1:30 de la mañana, con razón se iba a dormir era demasiado tarde.