Capitulo 4

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Capitulo 4

-Dafne  llegamos.- Escuche decir desde abajo y luego que mi madre le decía a papá: “no puedo creer que nos hayan hecho tal broma ¡mi hijo! ¡En el hospital!”

Abrí mis ojos y el rápidamente Salió de mi lado cortando el casi-beso.

- No... Esto no está para nada bien. - replicó él. - Adiós, Dafne.- Dijo mientras salía por la ventana.

Me pare rápidamente y mire al exterior él no se encontraba por ninguna parte.

-¿Neca? –Dijo alguien a mis espaldas.

Me exalte y estire la mano para adelante antes de voltearme y luego… no podía creer lo que estaba viendo. Mi padre se encontraba paralizado en la puerta con tijeras y corta cartones a su alrededor y detrás mi madre con la boca abierta, ambos me miraban con horror. Baje mi brazo y todas las cosas cayeron al suelo.

-La Herencia está completa. –Dijo mi madre mirando seriamente a mi padre.

-Lo sé. –Dijo el devolviéndole la mirada.

-¿De  qué están hablando? –Pregunte.

-Hija síguenos tenemos algo de qué hablarte.- Dijo mi padre tomando a mi madre de la mano y dirigiéndose a su habitación, se veían preocupados.

Okey… esto se había puesto demasiado raro, primero acaba de mover y casi matar a mi padre con tijeras y corta cartones, segundo no se preocuparon de eso y tercero quieren que los siga a no sé dónde para no sé qué ¿Qué está sucediendo aquí? Camine a su habitación y se encontraban mirando un cuadro con una fotos de nosotros dentro.

-Hija, Siempre supimos que este dia llegaría desde que empezaste a ser más inteligente que los demás y a saber más cosas que niños de tu edad. –Dijo mi padre.

 -¿De qué hablas? –Le pregunte confundida.

-Ahora lo sabrás. –Dijo mientras que recorría el marco del cuadro con los dedos, hundió un dedo en un lado.

-Diga su contraseña ¿señor o señora Braun? –Dijo una voz.

-Señor.- Dijo mi padre, sonó un ahora y susurro algo a el marco.

-Por favor entrar señor Braun. –Dijo la voz y la pared se levantó mostrando una escalera de caracol que bajaba.

-Vamos hija. –Dijo mi madre mientras tomaba mi mano. Bajamos.

-¿Qué… Es… Esto? –Dije haciendo una pausa después de cada palabra. Ante mí se encontraba una sala con estantes repletos de libros, pero lo asombroso no era eso más allá se encontraba una pequeña pared llena de armas y raros especímenes de animales encerradas en capsulas gigantes de vidrio. El suelo era de un brillante color blanco del cual en diferentes secciones flotaban libros abiertos y una larga fila de computadoras y otros artefactos electrónicos que nunca había visto se encontraban en mesas frente a mí.

-Bueno hija, necesitamos que nos tomes toda la atención posible ¿sí? –Dijo seriamente mi madre, más de lo inusual.

Sí… -Pude formular apenas, la incertidumbre brotaba de mi ¿Dónde estaba?

-Bueno, nosotros y tú no somos personas normales ¿entiendes?- Dijo mi padre mientras traía un libro gigante que dejo caer de sus manos y mágicamente quedo flotando en medio de nosotros, mientras hacia un gesto con su cabeza las sillas de los computadores se movieron a donde nos encontrábamos para que finalmente  nos sentáramos. Lo que hicimos, yo al medio y ellos a cada lado mío.

-¿Y David? –Pregunte.

-No lo podemos saber hasta que cumpla dieciocho años.- Dijo mi padre.- Es la edad donde uno sabe si somos herederos de la telequinesis o somos telequinéticos extintos.

Herencia Maldita (1° ciudad Oscura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora