CAPÍTULO 6

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El rescate

Cuando entré al bar me quedé paralizada, haciendo que Laura, que iba detrás mío, casi se tropezara conmigo, pero es que ahí estaba él. El señor Depp, estaba medio sentado, medio tumbado en uno de los sofás que había en el pub, hablaba o más bien gritaba por un teléfono móvil, estaba visiblemente ebrio, como era lógico estaba empezando a atraer la atención de la gente que al ver al famoso actor de aquella manera lo primero que hacían era sacar sus propios teléfonos para fotografiarlo en aquel estado, ebrio y gritando por teléfono.

No sabía que hacer, me entró rabia (y algo de pena) al ver a la gente que se empezaba a acercar a él, unos más disimuladamente que otros, para sacarle fotos como si fuera un mono de feria, pero no sabía que hacer, no sabía como el hombre reaccionaba cuando estaba ebrio, pero si era verdad lo que había leído en esos artículos en internet no era un borracho exactamente afable. Reaccioné cuando ví al que presumiblemente era el dueño del local marcar el número de la policía en el anticuado teléfono de pared que había en el local.

- ¿Vas a hacer algo? - me preguntó Laura haciéndome recordar que aún estaba ahí.

- Supongo, pero me tienes que ayudar, no sé como reaccionará, si se pone muy terco lo dejamos. - Miré a Laura y me devolvió una mirada de entendimiento.

Nos acercamos, abriéndonos paso entre la gente, hacia donde estaba, no sabía si me reconocería, pero al parecer estaba de suerte.

- ¡¡¡ Maríaa !!! - dijo con una sonrisa en un tono demasiado alto para mi gusto.- ¿¡Vienes a la fiesta?!

Me acerqué a él, lo que no pareció molestarle.

- No señor Depp, nos vamos - intenté que mi tono fuera algo dulce, pero me resultó difícil, solo esperaba que no opusiera resistencia y poder sacarlo de ahí lo antes posible.

- ¿Me voy contigo?- preguntó con cara extrañada.

- Si señor Depp, ya es la hora de irse.

- Entonces vale, pero primero me termino la copa.- dijo intentando agarrar la copa que había encima de la mesa, pero fallando miserablemente.

Cogí la copa y le dije que podría terminarla en el coche, lo que pareció ayudarle a quererse levantar del sofá. Entre Laura y yo conseguimos sacarlo del local, esquivando a la gente que se ponía en nuestro camino. Cuando llegamos al coche y le conseguimos acomodar en el asiento trasero Laura me preguntó que si quería que me acompañará a dejarlo en su casa, pero la dije que no era necesario, ya que vivía a escasos diez minutos en coche, pero si la pedí que tirara la copa, ya que no iba a permitir que bebiera más, después de despedirnos rápidamente me subí al coche.

-¿Dónde está mi copa? - Dijo intentando recordar.

- Se cayó por el camino, lo siento. - no le iba a decir que la había tirado, porque estaba segura que no le caería muy bien al hombre en ese momento.

- Bueno, te perdono.

Fue lo último que dijo antes de caerse dormido, menos mal que sabía donde vivía o no hubiera sido un buen viaje.

Cuando aparqué el coche me volví a mirarlo, la verdad es que no sabía si estaba dormido o desmayado, pero esperaba que fuera la primera.

Sabía que no iba a ser capaz de sacarlo del coche yo sola así que me armé de valor para acercarme a la enorme casa y llamar al timbre esperando que alguien abriera la puerta y me ayudara a sacarlo del vehículo. Para mi suerte una voz me respondió por el megafonillo.

- ¿Quién eres y qué haces aquí a estas horas niña? Juro por Dios que como seas otra fan...- la voz era de una mujer, la cual contestó con un tono algo chillón.

- Oh no, soy la conductora del señor Depp, solo vengo a traerlo de vuelta a casa, pero necesito algo de ayuda para sacarlo del coche...

-¿Ayuda? ¿Para sacarlo del coche?- me preguntó con curiosidad.

- Sí, bueno... El señor Depp se encuentra algo indispuesto y...

- Uff, no digas más niña ahora salgo. - contestó la voz con un tono que daba a entender que no era ésta la primera vez que algo así ocurría.

Al poco tiempo salió de la casa una mujer bajita y algo regordeta que me dio a entender que era la ama de llaves.

La mujer me ayudó a despertarlo un poco, para no tener que cargar nosotras todo su peso, y a llevarlo a la casa donde me indicó que lo dejáramos en un banquito de madera que había en la entrada. Me aseguró que ella se encargaba del resto y me dio las gracias por llevarlo.

Tras despedirme de la mujer volví al coche, dónde no pude evitar quedarme a pensar un rato en los eventos de la noche, había pasado todo en algo menos de una hora y aún así se me había hecho eterno. Quería pensar que lo había sacado de ahí por mi trabajo, sabía que si la policía lo sacaba del bar esposado por alborotamiento aquello podría acabar con su reputación, la cuál, últimamente, pendía de un hilo, entonces quizá le despedirían de la película, y sin película por la cual tenerse que desplazar al set yo sería la siguiente en quedarse sin trabajo. Eso quería pensar, pero en el fondo sabía que había sido esa niña de 15 años la cuál lo admiraba como nunca había admirado a nadie antes y soñaba con conocerlo y ser suya, solamente suya.

Siempre suya Sr.DeppWhere stories live. Discover now