Parte 3| Rumores y vergüenzas.

573 38 1
                                    

—Ya bájame, ya sonó la campana. —refunfuñe—

—¿Que clase tienes? —Dijo ignorando por completo lo que le acababa de decir—

—Literatuta —conteste de mala manera—

—Estupendo, te acompaño, estoy en las mismas clases que tu

—¿Que? ¡no!, todos nos están viendo. Te lo advierto, sino me bajas ahora mismo sufrirás las consecuencias —Mantuve una pequeña pizca de esperanza para que me bajará, estoy comenzando a tener ganas de vomitar. Pero no, el solo se limito a soltar una carcajada. como si lo que le hubiera dicho fuera un chiste— De que te ríes, es enserio.

—Digamos como que te creo

—Ha, ¿quieres jugar? 

—Como sea —Lo dijo con simplicidad. Ok me acaba hacer enojar. Este tipo no sabe a que demonio acaba de hacer enojar. Comencé a dar golpes ligeros en su trasero.

—¡Oye! —Se quejó— Si me sigues dando nalgadas te voy a dar igual y no solo con mi mano  —No se que me sorprendió más, que este tipo si tenga bastante trasero o lo que acaba de decirme. De verdad traspasó mi límite de cero violencia.

—Esta bien, dejaré de golpearte. Pero bajame ahora

No Diosito, al pasillo no. Al pasillo no.

—De verdad Abraham. ¡Bajame ya!

Al pisar el pasillo las miradas a los presentes se dirigió a nosotros, mientras ellos se reían de nosotros, yo estaba más roja que la misma sangre. ¡Maldición! Este dia debe ser el peor de todos. No debí haberle prestado ese bolígrafo.

(...)

Última hora, lo que siginifa adiós a más estudios por este día.

Estoy tratando de mantenerme lo más alejada posible de ese niño fastidioso. Por lo que cambie mi lugar con el de el. No sin antes haber recibido miles y miles de preguntas sobre ¿Por que abraham te tenía sobre su hombro en los campos del Instituto? O ¿Por que todos hablan de la nalgada que te dio en el pasillo? ¿Por que no nos cuentas lo que pasó en realidad? ¿Ya te gustan los españoles? Y más tonterías

Por lo que les dije que más tarde responderé a sus preguntas, ellos no dijeron nada más y respetaron mi decisión. El timbre resonó en todo el aula. Recogí mis libros, el profesor se retiro junto con varios alumnos

—No creas que te salvarás de nuestra plática. Daniela y yo tenemos entrenamiento en el campo, pero esta tarde nos vemos en tu casa y nos cuentas todo —hablo con autoridad louis—

—Bien. Ahí los espero —dije saliendo del salón, me dirigí al estacionamiento mientras me ponía los auriculares. Caí de trasero cuando me estrelle en el pecho de alguien

—¿Podrías fijarte?

—¿fijarme? Tu estabas en tu teléfono, la que se debería de haber fijado eres tu —levante mi cabeza cuando me dí cuenta de esa voz.

—Tu no me hables estoy enfadada contigo.

—Oh vamos no te enfades. No nos vieron.

—¿Que no nos vieron? Abraham, toda la escuela empezó a silbar cuando me diste una nalgada —Dije enojada—

—Ha, y también se empezaron reír cuando te baje y me diste una cachetada.

—¿Que querías que hiciera? 

—¿Y yo? Tu también me estabas dando nalgadas —Buen punto. Pero aun así tengo mucho orgullo como para admitir que también fue mi culpa—

—Agh, ¡Ya cállate!

—¡Vez! te enojas por todo. Admite que también fue tu culpa. 

—Que no, abraham. Ahora déjame pasar. Se me hace tarde 

—Yo te llevo 

—Haber, te lo voy a decir sólo una vez y espero que lo entiendas muy bien —dí un paso más acercándome aún más a el—¿Que no endiendes que lo unico que quiero es no verte la cara?

—Oh vamos, así sacamos algo de este tiempo.

—¿ha si? ¿Como que?

—Nos conocemos mas

—¿Y quien dijo que yo quería conocerte?

—Todos quieren

—No sé si estas acostumbrado a que todas las chicas se derritan a tus pies. Pero este no es el caso

—Si, eso ya lo veremos.

—Veremos nada. Ahora por segunda vez, ¡Quítate! —En su rostro se formó una sonrisa, para nada angelical. Lo cual me dice que se le ocurrió una idea cero agradable

Jennefer arriba.
Gracias por seguir leyendo
Me gustaría que votaran y comentaran que les gustaría que pasara.
No me gustan las lectoras fantasmas

Solo no me dejes cariño. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora