Harry salió de su habitación, puesto en forma, con sus skinny jeans negros, que remarcaba muy bien sus tonificadas piernas, y hacía a su trasero bien respingado y deseable. En la parte de arriba llevaba una camisa básica blanca, ni hablar de las botas de Chelsea en sus pies. Guapísimo, más de lo normal, verlo así, diferente, y a la misma vez sensual, asía parecer que era un jodido sueño.
Louis lo miró de pies a cabeza, veía un ángel, un ángel que se le había querido entregar en ocasiones. La mirada cayó redonda en el trasero de Harry, tan excitante como los mismos jeans apretados que lucía.
-¿A dónde vas vestido así? -Le preguntó, retomando la cordura.
-Voy a salir. -Le dijo él. Serio, con esa misma actitud, de ayer, de hace unas horas, y de siempre después de aquella discusión. -Hay un Pub cerca de aquí, y quiero distraerme.
-¿Un pub?
-Discoteca, como quieras llamarle. -Dijo el rizado haciendo un gesto con la mano como queriendo decir "Da igual".
-Joder, Harry. -Renegó él. -Hay una maldita guerra entre Rusia y Estados Unidos, la nación corre peligro, tu padre lo corre, y tú, -Lo miró a los ojos, Harry blanqueó los suyos, simplemente harto. - también lo corres.
- Quiero salir, punto. -Dijo terco.
-No puedes y no lo harás. –Le prohibió él, con autoridad. –Lastima, ibas muy guapo. –Le sonrió, cabreándolo. Harry se adelantó hasta la puerta, casi corriendo. Louis lo detuvo, cogiéndolo de la cintura, Harry se soltó, molesto.
-Sé perfectamente que estoy en peligro. Veo noticias todos los malditos días Louis, lo sé, y aparte te escucho a ti todo el santo día hablando de eso, pero estoy cansado. -Admitió. Louis no pudo evitar mirar sus labios, color sandía, encendidos, como le hubiera gustado comérselos en ese momento. -Lo único que quiero es no pensar en eso más. -Lo miró a los ojos. Louis intentó esquivar su poder, el poder que tenía sobre él. - Tengo miedo. -Susurró casi inaudible.
-¿De qué? -Le preguntó él. Su mano se deslizó por los marcados biceps desnudos de Harry. Él sintió aquel escalofrío, característico de su cuerpo al ser tocado por Louis. –Sabes que yo voy a estar...-
-No por ti. –Susurró el rizado. Acercándose a él, sintió aquella calentura, aquella tensión entre los dos. -Por papá. Él no es tan fuerte como tú.
-Va a estar bien, lo conozco, él me lo ha enseñado casi todo. -Dijo sonriendo. Harry amó que lo hiciera. Se sintió aliviado, mucho, a decir verdad. -Cuando todo esto termine... -Harry se abalanzó hasta sus brazos, Louis lo sostuvo, sorprendido por aquella muestra de afecto entre los dos. Sus manos se deslizaron suavemente tras la espalda de el rizado, hasta la cintura, las caderas, como le hubiera gustado bajar más, hasta abajo, tocar su culo, sentirlo. Se tensó. Harry se separó.
- Lo siento. -Dijo apenado. Y en realidad, era la primera vez que ambos demostraban ese tipo de afecto entre los dos, algo más que simple deseo, lo cual dejaba de ser normal, lo cual empezaba a ser más personal, empezaba a hacerse vergonzoso, pesado, empezaba a hacerse amor.
-No, no -Negó él, sonrió, Harry también lo hizo. Ambos sin saber que decir. -¿Me habías dicho que saldrías, no? -Dijo acomodándose el cabello.
Harry asintió. -Pues vas a ir conmigo. -Le dijo el mayor, tomó su chaqueta del perchero, se la puso, observando la sonrisa de Harry, a quien al parecer le había encantado la idea.
El bar 'Ilusiones' se ubicaba exactamente a dos cuadras, como Harry había indicado. No era el tipo del lugar al cual Louis se imaginaba a hombres como Harry. Sin contar con que todos los demás yacían cerrados. Al igual que la isla, en pena, sin ningún alma, debido a la guerra y a la desastrosa situación del país.
