Corrió lo más rápido que pudo. Mientras Liam disparaba y apuntaba lo que podía. Eran muchos. Mierda. Mierda. Mierda. Mil veces. Los ojos de Harry se humedecieron, sintiendo pánico, miedo, todo a la vez. Sintió que las piernas le temblaban, volvió a mirar a atrás.
-Hey... -Louis le volteó el rostro con su mano. –No mires atrás mi amor. -Harry se volteó, no sabía que decirle, cómo reaccionar. –Todo va a estar bien.
Las turbinas del helicóptero se escucharon cerca. Louis paró en seco. Si seguía corriendo las llantas iban a fallarle, no esperaría a eso. No. No y no. No para que se lo llevaran a Harry. No para que lo alejaran de él. No, primero muerto. A Harry no lo tocaban. Liam saltó de la camioneta, disparó a la camioneta rusa más cercana con éxito mientras Louis abría la puerta piloto.
- Ven. –Le indicó a Harry, salió del auto primero, mientras el menor se escabullía desde su asiento hasta el de Louis. Este colocó sus manos bajó las piernas de Harry, cargándolo. –No me sueltes. –Le ordenó. Harry asintió, apretó el cuello de Louis, escondiéndose en su cuerpo. – ¡Liam! –Gritó. –Cúbreme la espalda.
Corrió. Y el menor cerró los ojos. No quiso mirar. Apretaba a Louis cada vez que sentía los disparos a sus espaldas. Cada que escuchaba el corazón de Louis agitarse. Por primera vez le hubiera gustado intercambiar papeles, ser Harry quién tuviera que protegerlo.
El helicóptero apareció ante sus ojos.
Al igual que diez hombres armados. Todos apuntando a las camionetas rusas, que ahora se encontraban detenidas, mientras los hombres que iban adentro, ahora apuntaban hacia el helicóptero. Unos contra otros. Una guerra. La guerra de Estados Unidos y Rusia. Con un solo objetivo. Llevarse a Harry.
Louis llegó a la puerta principal del helicóptero americano.
-Repártanse en cinco. –Indicó Louis. –Hay aproximadamente trescientos rusos aquí. Si van atacar, va a ser completamente imposible.
- ¿Qué planea Tomlinson? –Oreguntó uno de los hombres del bando americano.
-Matarlos a todos. -Habló él. –Y solo hay una forma de hacerlo. – Harry levantó la cabeza. –Haré explotar la isla.
-¿Qué? -Murmuró Harry, con pocas fuerzas. Y Louis no tuvo tiempo de responder.
-¡Ataquen por el frente! –Le indicó al ejército de diez hombres. Y subió a Harry en brazos hasta dentro del helicóptero.
Los disparos se hicieron cada vez más continuos. Una granada. Dos. El cielo empezaba a nublarse. El humo. Los ataques. Y Liam disparaba. Y los rusos se defendían. Y los misiles. Otra granada. Joder. Un herido.
- ¿Estás bien? –Le preguntó él. Harry asintió. Cerrando los ojos con fuerza. Eran los únicos a salvo dentro del helicóptero. Lo sentó sobre el suelo, sobándole los hombros. –Te amo. -Se inclinó para besarle la frente. –Van a sacarte de aquí. -Le dijo. Harry levantó la mirada.
-Van a sacarnos... -Corrigió este. Louis le dedicó una sonrisa triste. Decaída. Tragó saliva. 'Los hombres no lloran' no lloran y punto. Para entonces los ojos se le habían humedecido. La piel empezaba a erizársele, tragó aire.
- Tengo que quedarme... -Dijo el mayor, mirándolo con lamento, roto por dentro.
-No... -Susurró Harry. –No, no... Louis ¡No! –Gritó. Descontrolado. Él fingió no haber escuchado sus palabras. Aunque en el fondo le dolían más que a nada en el mundo. –Dime que no vas a dejarme, por favor... lo prometiste. ¡Prometiste que siempre me protegerías! ¡Y no puedes hacerlo si no estás a mi lado!
-Ya cumplí mi misión. -Se acercó a su rostro, lo acarició con cariño y anhelo, aprovechando los minutos que le quedaban junto a su rizado, ese mismo por el que había perdido la cabeza. Las lágrimas llegaron solas. –Estás a salvo, y es lo único que importa, cariño... -Le acarició la mejilla. –Te he protegido. Justo como lo prometí.
-¡No! –Gritó él frustrado. Ahora con lágrimas en los ojos. –Prometiste que nunca me dejarías... -Le recordó. No podía creer que Louis le estuviera haciendo eso. –Eres un... maldito mentiroso. -Murmuró. -¡Dijiste que estaríamos juntos! –Gritó. Louis dejó que las lágrimas le cayeran por sí solas. Su corazón empezaba a ahogarse, al igual que él. Lo extrañaría tanto a ese mocoso malcriado que tanto amaba. -¡Te odio! –Le gritó él. Y le golpeó el torso. -¡Imbécil! –Volvió a golpearlo. -¡Idiota! Estúpido... -Dijo sin fuerzas, para luego volverlas a retomar, golpeándole el pecho con fuerza. – Te... odi... -Louis lo cogió con fuerza. Apegándolo a él, abrazándolo a la fuerza. Harry no hizo más que caer rendido ante sus brazos, no podía contra él. El pecho empezaba a contraérsele.
-Perdóname... -Susurró él. Y Harry sollozó con fuerza, abrazándolo más fuerte. No quería que se fuera, no quería perderlo, tenía tanto miedo. -Dijiste que era un cabrón el día que nos conocimos ¿recuerdas? -Río bajito. Meciendo a Harry entre sus brazos para que este pudiera reaccionar. –Lo soy.
-No me dejes... -Susurró este, entre lágrimas. Sus piernas perdieron fuerzas al igual que su cuerpo. Louis juntó sus manos, besándoselas.
-Por favor, no llores, los dos sabemos que no soy lo que necesites, habrá alguien mejor que yo, amor. -El menor negó con la cabeza. Nunca nadie se compararía con Louis, no amaría a nadie como lo amaba a él. –Alguien que pueda dártelo todo, alguien con el que puedas ser completamente feliz. -Le sonrió tiernamente. –Solo pido que cuando ese bastardo tenga a mi chico en sus brazos, él no se haya olvidado de mí... -Lo abrazó, como nunca lo había hecho. Cogiéndolo de la cintura, le acarició las caderas. Extrañaría tanto tocarlo. Tenerlo piel con piel. Bajo las sábanas. Desnudo. Haciendo el amor. Extrañaría sus besos, sus abrazos, esos en los que se sentía como en casa. Cada caricia, cada momento. Porque no volvería a tener nada de eso, y lo sabía. Nunca podría volver a tenerlo en brazos, nunca volvería a besar sus dulces labios, no podría estar ahí todos los días para decirle cuanto lo amaba. Si pudiera tener un deseo en el mundo en ese momento, pediría volver el tiempo atrás para revivir los momentos con el rizado de ojos verdes. –Que él nunca olvide a su protector. –Le alcanzó los labios, moviéndolos de una manera lenta pero con tantos sentimientos en ese simple rose. Harry le correspondió el beso, debilitado, su húmedo rostro hizo contacto por última vez con el de Louis. Abrió su boca, comiéndose la boca de Harry, aprovechando lo que sería el último momento con el rizado. ¡Joder! Gritó por dentro. Estaba jodido. Muerto en realidad. Disfrutando de su aliento por última vez. Le acarició las caderas, subiéndole ligeramente el Jersey. Tocando su piel por última vez. –Me voy... -Susurró. Harry se echó a llorar de nuevo. No... no...
-No, Louis... -Murmuró él. Él empezó a alejarse, dolido. Estaba llorando, como nunca en su maldita vida. Y era su culpa. El se había enamorado de Harry. De su Hazza. Porque era suyo, hoy, mañana, y para siempre.
-Espero que puedas obtener todo lo que deseas en la vida, porque te lo mereces, te mereces el mundo entero, mereces mucho más de lo poco que yo te he dado y que te podría dar. Te amo como nunca he amado a nadie en mi vida, tu eres mi vida, Harry. –Le dijo él. Fuerte y claro. Respiró hondo, llenándose de aire y fuerzas. Afuera le esperaba una guerra. –Te amo, Hazza. –Este negó con la cabeza. -Pase lo que pase, esté donde esté, siempre te protegeré...
-No... por favor, no te vayas... -Dijo, Louis se había separado de él, listo para dejarlo ir, pero ¿a quién engañaba? Él nunca estaría preparado para dejarlo ir. Harry corrió desesperado hacia él, cuando de pronto notó que dos manos lo cogían de los brazos. Amarrándolo. Deteniéndolo. Luchó todo lo que pudo para soltarse, pero los brazos no cedían. -¡Louis! Siempre te amaré...
Pero él ya había desaparecido.
La canción que esta en multimedia "I will always love you" (siempre te amaré) juega un rol muy importante en esta novela, ya que es la canción que bailaron en el bar, la vez que Louis le correspondió los sentimientos, y también es de la pelicula en la que está basada la novela (El Guardaespaldas). Además hay cosas que Louis le dice a Harry en este capitulo que estan en la canción. No sé ustedes, pero yo lloré mucho al escribir esto..
